9

399 25 0
                                    

Le quisieron seguir preguntando, creo que todos teníamos la misma duda, ¿Quién era la chica? Pero antes de que pudiera contestar, grité, no podía seguir escuchando.

- ¿Ya podemos ir a la fiesta?, creo que ya va a ser tarde - todos me miraron al instante, arruine el juego, sin embargo él me miró aliviado, lo había ayudado a evitar un momento incómodo.

Íbamos a ir caminando, el antro quedaba cerca. Llegamos en más o menos unos 10 minutos. Una vez adentro, nos dirigimos a la barra, a seguir bebiendo. Nos compramos cada una, una cerveza y en menos de cinco minutos ya estábamos bailando, entre una multitud de personas. Impresionante, no se podía ni caminar aquí. Seguimos bailando juntas hasta que las Tay y Lil se encontraron con Frank y Nick y me di cuenta que yo estaba de más, así que me fui sin decirles nada y me quedé sola, en la barra, contándole mi vida entera al chico que me vendía los tragos, un completo desconocido. Una, y otra, y otra, y otra hasta que me quedé sin dinero y el chico solo me miraba y se reía, seguro ya se había cansado de mí.

- ¿Qué haces Camila? - dijo una voz, LA voz, SU voz. Temblé.

Levanté la cabeza ya que anteriormente estaba apoyada entre mis brazos, sobre la barra, y lo vi. Borroso, pero lo vi. Me miraba enojado, como rezongándome.

- ¿Quién te crees que eres para gritarme así? - dije como pude, me costaba hablar. Y luego lo empujé, inútil, porque ni siquiera logré moverlo del lugar en el que estaba parado.
- Soy más de lo que tú crees, pero no tiene sentido discutir contigo en el estado en que estás, algún día te darás cuenta - hizo una pausa, tragó saliva - vamos, te llevo hasta tu casa
- Já, ni lo sueñes - dije con una sonrisa falsa y me di media vuelta, para perderme entre la gente.
- Te dije que nos vamos, te guste o no - dijo alcanzándome y agarrándome fuerte del brazo.

Me llevó casi arrastrando hasta la salida del boliche. ¿Por qué era tan bruto? ¿Tan seco? Tan... ¿idiota? ¿Y por qué me gustaba tanto?

- Suéltame, me duele! - grité una vez que habíamos salido de ese lugar. Me soltó y sin decir nada continuó caminando.
- sígueme - gritó cuando ya estaba un poco lejos.

Corrí como pude hasta donde él se encontraba, no quería dar otro espectáculo como en el antro así que no me quedaba otra que hacerle caso.

No nos dirigimos la palabra por unas de cuadras. Estábamos solos por el medio de la calle, con un silencio incómodo que nos invadía. Suspiré y me sujete de su brazo, sin pedir permiso, necesitaba sostenerme o en cualquier momento me caería. Entre el alcohol y los tacones, se me estaba haciendo muy difícil volver caminando. Él me miró, y sin decir nada, sonrió. Creo que fue la primera vez en toda la noche que lo vi sonreír, tenía la mejor sonrisa del mundo, lo puedo jurar.

- ¿Tienes frío? - dijo por fin, me ponían muy incómoda los silencios, y más cuando estaba con él.
- Sí, un poco - confesé, en voz baja.
- Espera, toma - dijo deteniendo el paso y quitándose su chaqueta para luego, con delicadeza, ayudarme a ponérmela.
- Pero, ¿y tú? ¿No tienes frío?
- Un poco, pero nada que no pueda soportar - dijo riendo. Quedé embobada mirándolo, su risa era perfecta, y pude notar como se le achinaban levemente los ojos cuando lo hacía. Sonreí, sin dejar de mirarlo.
- No tengo una chaqueta para ofrecerte, más que la tuya, pero seguro no la vas a aceptar, así que por lo menos déjame darte un abrazo – dije tiernamente. Él me miró y levantó una ceja, sorprendido ante mi reacción.

No le di tiempo a contestar que ya estaba pasando mis brazos alrededor de su cintura, abrazándolo fuerte y escondiendo mi cabeza en su pecho. Cerré mis ojos y pude sentir su corazón latiendo más fuerte de lo normal. Él automáticamente pasó sus brazos por mis hombros y depositó un sentido beso en mi cabeza. Jamás me había sentido tan protegida en toda mi vida. Sonreí, ¿Cómo era posible ser feliz con tan poco?

you keep me coming for you - shawn mendes & camila cabelloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora