you keep me coming for you - shawn mendes & camila cabello

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Reaccioné cuando sentí algunos besos sobre mi frente. Sí, quedé dormida sobre él, y no existe en el mundo mejor forma de despertar que con sus besos, y entre sus brazos.

Abrí de a poco los ojos viendo la enorme sonrisa con la que me miraba

- Al fin, dormilona - dijo riendo - amo verte dormir pero ya estoy aburrido, hace como dos horas que estás así
- ¿Dos horas? Que horror, no me mires, parezco una foca cuando duermo - dije con vergüenza y él se limito a negar con la cabeza y acomodó el cabello que caía sobre mi cara, detrás de mi oreja
- No sabes lo tierna que eres cuando duermes, pareces un bebe - dijo sonriendo y largué una carcajada - ¿tienes frío?
- Si, un poco - dije apoyando una mano sobre su pecho
- Espérame - dijo yendo hacia una mesa donde había una manta.

Sonreí cuando lo vi venir, me senté y pasó la manta sobre mis hombros, sentándose a mi lado.

- Gracias - dije mirándolo a los ojos y sonrió - Ya está amaneciendo - grité sin poder creerlo, ¿cómo es que se había pasado tan rápido? - ¿Tienes hambre? - pregunté mirándolo - ¿Quieres comer algo antes de dormir?
- ¿Juntos?
- ¿Qué?
- ¿Dormir juntos? - preguntó con una sonrisa y me puse de pie para entrar a la casa para ir a la cocina
- Era una broma, y si me gustaría, tengo hambre- dijo corriendo para alcanzarme.

Entramos y nos empezamos a reír, los demás se quedaron dormidos en la sala, dudo que hayan llegado a ver el final de la película. Nos dirigimos a la cocina en silencio y revisamos toda la heladera, encontramos la mitad de un pastel de chocolate y lo miré a Shawn quien asintió enseguida. Cortamos unas porciones, servimos dos vasos de jugo y volvimos al jardín.

- ¿Dormimos afuera? - preguntó cuando terminamos de comer y lo miré seria
- ¿Es en serio?
- Y si, no hay camas disponibles y los sofás están ocupados, además estas sillas para tomar sol no se ven tan incómodas
- Bueno, pero tú en esa y yo en esta
- Pero hay una sola manta, tendríamos que compartirla, ¿no te parece? - dijo divertido
- Siempre te sales con la tuya - dije y asintió, orgulloso de eso - me tocas un pelo y te mato
- Si, señorita - dijo y me acomodé a su lado, tapándome con la manta
- Mantén distancia - dije mirándolo
- Bueno cálmate, no dije ni hice nada y ya te enojas
- Está bien, lo siento - dije dándole la espalda y el hizo lo mismo.

Me quedé unos largos minutos pensando, el tenerlo tan cerca y a la vez tan lejos me esta volviendo loca.

Rodee su cintura con mi brazo y sentí como él agarraba mi mano con la suya, entrelazándolas. Sonreí. Me acerqué a su cara y dejé un sentido beso en su mejilla.

- Buenas noches, que descanses - susurré en su oído
- Buenas noches, hermosa - dijo sin abrir los ojos y las mariposas de mi panza hicieron una revolución en mi interior.

Escondí mi cara en su cuello y dejé un beso corto allí, para luego quedar profundamente dormida, atrapada por su perfume y aferrándome a él, deseando no separarme nunca.