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Estuvimos abrazados por una eternidad. Se sentía tan bien estar entre sus brazos, no me importaba el frío, las personas, no me importaba nada. Podía oler su perfume que me estaba volviendo loca, y sentir los latidos de su corazón, que seguían igual de acelerados que cuando recién lo abracé.

- Gracias - susurró y me separé, dedicándole una gran sonrisa para luego continuar caminando
- No sé si realmente te lo merecías por cómo me trataste adentro en el antro pero... de nada - dije y él se limitó a reír, pasando su brazo derecho por mi hombro mientras caminábamos, yo, como por inercia rodeé su cintura con mi brazo izquierdo, apoyé mi cabeza en su hombro y emprendimos camino hacia mi casa.

Menos mal que él recordaba el camino porque si era por mí, con lo perdida que estaba, no hubiéramos llegado a ningún lado.

- Llegamos - dijo entre risas – voy a ir para mi apartamento, ya que está un poco lejos de aquí.
- No, quédate, ¡por favor! Recuerda que estamos de vacaciones, relájate - le supliqué mirándolo a los ojos
- Bueno, si me lo pides así... me quedo un rato más
- ¿Cómo que un rato? ¡Hay lugar para que te quedes! - Camila controla tus impulsos y cierra esa boca - pensé
- No gracias, me esperan en casa, pero te prometo que me quedo hasta que te duermas - dijo con una sonrisa

Entramos y nos dirigimos a la cocina, él insistía en hacerme un café y no tuve forma de convencerlo para que no lo haga. Me lo dejó servido frente a mí y lo miré sin ganas, odiaba el café solo. Lo probé y acto seguido, lo escupí, casi en su cara.

- ¡Esto es un asco! - grité y el rio
- Cállate que vas a despertar a tu familia, no soy muy bueno haciendo café pero te va a hacer bien, estás destruida - dijo sentándose a mi lado y corriendo el pelo que caía en mi cara
- Ni me lo digas, debo estar horrible, seguro hasta te doy vergüenza - dije y tapé inmediatamente mi cara para que no me vea
- Eres hermosa aún en este estado
- ¿Cómo haces para ser tan tierno? - dije, más sincera y ebria que nunca.
- Shh, estas delirando - dijo haciéndome señas de que no gritara – enseguida regreso, voy al baño, espérame aquí.


Me quedé observándolo hasta que atravesó la puerta de la cocina y suspiré.

Cuando me desperté estaba en mi cama, no entendía como había llegado hasta mi cuarto y no recordaba nada, lo último que recuerdo es el abrazo que nos dimos en el medio de la calle, pero después de eso, nada. Me moví un poco en la cama, con una resaca horrible que me recordaba todo lo que había bebido el día anterior y todas las cosas que habían sucedido, entre ellas, el beso con Adam. Sacudí mi cabeza intentando borrar esa imagen de mi mente. Me senté en la cama y me vi, estaba vestida como la noche anterior y llevaba puesta SU chaqueta, me había olvidado de devolverla. La olí un poco y sonreí, tenía su olor, ese olor que me volvió loca cuando nos abrazamos. Definitivamente su perfume era como una droga para mí. Metí la mano en uno de los bolsillos y solo había un poco de dinero. Por otro lado, en el bolsillo izquierdo, un papel. Lo saqué rápidamente y lo leí.

you keep me coming for you - shawn mendes & camila cabelloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora