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Mis piernas no respondían, quería salir corriendo de ese lugar y a la misma vez no quería dejar de mirarlo. Opté por la mejor opción, salir corriendo. En un abrir y cerrar de ojos ya estaba fuera. Cerré mis ojos con fuerza pero las lágrimas seguían cayendo por mi rostro, me maldije a mí misma por creerle a ese imbécil, y por haber confiado tanto en él.

Empecé a caminar para volver a casa, y decidí tomar el camino más largo y por la playa, pero el camino de vuelta no era lo mismo si él no me acompañaba. Sacudí la cabeza para no seguir recordando y me quité los zapatos, que me dificultaban para caminar. Y no tuve mejor idea de bajar a la arena. Estaba descalza y el primer contacto con esta fue lo mejor de la noche. La arena estaba fría y suave, y el viento que golpeaba contra mi cara y empujaba mi pelo hacia atrás me llenaba de paz. Era lo que necesitaba, mi mente se relajó por un momento. Caminé hasta la orilla y mojé los pies en el agua, estaba fría pero ya ni siquiera eso me molestaba después de haber visto lo que vi. Me acosté en la arena mirando al cielo, lamentablemente no se veían las estrellas, estaba nublado y se veían algunos relámpagos, pero ni siquiera eso me importó. No tenía fuerzas para levantarme.

Estaba realmente relajada cuando el maldito celular vibró. Era una llamada de Shawn, no le conteste, y guarde el celular. Cerré mis ojos y me concentre en el ruido del viento y las olas. Volvió a sonar mi celular y esta vez lo atendí, porque seguramente no iba a dejar de llamarme.

- ¿Qué quieres Shawn? - pregunté
- ¿Dónde estás? Recién acabo de ver el mensaje que enviaste antes
- Si, creo que estabas ocupado
- ¿Estás en tu casa?
- No
- ¿Donde? - preguntó preocupado – Vi a tus amigas y ya se están por ir a tu casa, ¿Puedes decirme dónde estás? - no pude distinguir si era preocupación o enojo
- En la playa, Shawn, estoy en la playa, ya no molestes - dije y le corté, no podía seguir escuchando, en cualquier momento las lágrimas iban a volver a caer, y él no se merecía ni una.

Pasaron aproximadamente quince minutos de lo sucedido, yo estaba con los ojos cerrados cuando de repente una gota cayó sobre mi cara, y otra, y otra, y otra. En vez de alterarme, eso me relajo aún más, estar a la noche en la playa, sola, y que encima este lloviendo no era algo que pasara todos los días.

- Camila, ¿estás bien? ¿Qué pasó? - preguntó una voz desesperada, era la voz de Shawn, la única persona que no quería ver en ese momento.

Seguro se preocupó por verme acostada en la arena, bajo la lluvia. Abrí los ojos con cuidado y vi su cara, estaba asustado.

- ¿Qué haces aquí? - Pregunté con mi peor cara
- ¿Tú que haces aquí? Casi muero cuando te vi aquí tirada
- Ojalá te hayas muerto - dije mientras una lágrima caía por mi mejilla, me puse de pie y dándole la espalda, caminé otra vez hacia el mar, para volver a mojar mis pies en él.
- ¿Por qué dices eso? - dijo acercándose
- Porque es lo que te mereces - respondí tratando de evitar el contacto con sus ojos
- ¿Qué sucede? Yo no te he hecho nada - dijo acercándose más
- Te he visto Shawn, te vi abrazando a otra persona, ¿o me vas a decir que estoy loca? - grite mientras un millón de lágrimas caían y se mezclaban con las gotas de lluvia que cubrían mi rostro.
- No lo puedo creer - dijo negando con la cabeza

Lo miré asustada, parecía enojado y se estaba conteniendo para no gritarme. Aun así no pude evitar apreciar su belleza. La lluvia había aplastado su cabello el cual caía por su cara tapándole levemente los ojos. Las gotas caían por su rostro que apenas podía ver debido a la oscuridad. El silencio se adueño del lugar, él seguía negando con la cabeza y yo ya no podía con mis nervios, necesitaba una explicación, y la necesitaba ahora.

- Eres una atrevida - dijo finalmente y lo mire extrañada
- ¿Qué? Tú eres el atrevido, como no estuve en la noche contigo te fuiste con otra, ¿no? ¡Resentido! - grite ahogada en lágrimas
- No era cualquier otra - dijo con la voz quebrada
- Bueno, por lo menos eres sincero y me di....
- ¡Era mi hermana! - gritó dejándome sin poder hablar. No podía creer.
- Yo... no... no lo sabía - dije en voz muy baja
- ¿Es muy fácil pedir disculpar verdad? Pero por ti fui a la fiesta, te busque desesperadamente y cuando te encuentro me dices que me vaya porque quieres estar con tus amigas. Me voy con Aaliyah, me ves abrazarla y eso ya es un motivo para que me trates de esta manera, para que desconfíes de mí - dijo mirándome a los ojos, con una mezcla de enojo y tristeza.

Yo solo lo miraba, cada palabra que decía me estaba matando por dentro pero llegó un momento que dejé de prestarle atención a sus palabras y solo me concentraba en sus expresiones. Sus ojos me miraban amenazantes, su boca se movía mil veces por minuto, no paraba de hablar.

-¿Camila, tú me estas escuchando? Te estoy diciendo que - y no lo dejé terminar de hablar.

Agarré su cara con ambas manos, a la misma vez que unía nuestros labios, por primera vez. Sentí como una descarga eléctrica ante el contacto con su piel. Al principio él no reaccionó, realmente no se lo esperaba, quedó inmóvil, pero enseguida rodeó mi cintura con sus brazos y sus labios se empezaron a mover lentamente al ritmo de los míos. Era un beso suave al principio, pero con mucho sentimiento. Era por mi parte una forma de pedirle disculpas, por todo, y al parecer él las estaba aceptando.
Mi mano derecha rodeó su cuello y se entretuvo con su pelo, que estaba todo mojado por la lluvia y yo misma me encargue de despeinarlo. Con la otra mano seguía sosteniendo su cara, para acercarlo más hacia mí y profundizar el beso. Fue sinceramente el mejor beso de mi vida, con el agua del mar bajo nuestros pies y la lluvia cayendo sobre nosotros.





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Gracias por todo el apoyo 

you keep me coming for you - shawn mendes & camila cabelloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora