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Llegué a casa y subí las escaleras, mis padres estaban sentados en la sala y no estaba de humor para que me hicieran preguntas o que se dieran cuenta de que estuve llorando. Me encerré en mi habitación y me dejé caer en la cama. No estaba triste, estaba enojada, ya no quería llorar, solo matar a Shawn y la chica esa también.

Unos minutos después sonó mi celular, no era un mensaje sino una notificación, de Instagram. Recordé que mientras estábamos caminando, Lily nos tomó una fotografía con Taylor y la subí. Tenía likes, entre ellos el de Shawn. Mierda, había visto la foto. A los cinco minutos me escribió.

Shawn: Voy a tener que marcar el territorio, no puede ser que salgas así a la calle
Camila: No tiene nada de malo Shawn, yo me visto como quiero, además fui a hacer ejercicio, ¿Qué case de ropa iba a usar?
Shawn: Solo cuido lo que es mío
Camila: No soy tuya
Shawn: Si eres
Camila: No. Entiéndelo de una vez
Shawn: Definitivamente hoy no es tu día

No contesté. Me molesto su mensaje. Luego me quedé dormida de tanto pensar y me desperté con mi madre que golpeaba la puerta de mi habitación.

- ¿Qué? - Grité sin ganas
- Shawn está abajo - me respondió tono y salté de la cama
- ¿QUÉ? - dije desesperada y le abrí la puerta
- Está sentado en el sofá esperándote, pobrecito ya debe estar aburrido
- Dile que no estoy - le supliqué
- Pero él ya sabe que estas aquí, ¿Por qué no quieres verlo? - preguntó preocupada
- Porque no - susurré y volví a cerrar la puerta.

Suspiré y me tiré en el suelo, recostada sobre la puerta, esperando que Shawn se fuera de mí casa.

- Camila ábreme - dijo una voz del otro lado de la puerta.

Era él, imposible confundir su voz. Golpeó una y otra vez la puerta.

- Ya sé que estás ahí - bufé y le abrí - ¿Me vas a dejar entrar? - preguntó y le hice señas de que pasara.

Se sentó con confianza en mi cama y cerré la puerta antes de sentarme en la silla de mi escritorio, quedando justo en frente de él pero a cierta distancia.

- ¿Qué sucede? - preguntó mirándome a los ojos - no entiendo, un día estamos bien, al otro día mal...
- No sucede nada Shawn - lo interrumpí
- Entonces, si no te pasa nada... - hizo una pausa, junto con una sonrisa - ¿me das un beso? - dijo cambiando el tono de voz y acercando mi silla hacia el borde de la cama, donde él estaba sentado.
- No - dije cruzándome de brazos y bufó.

Se paró de la cama y sin decir ni una palabra se dirigió a la puerta, que estaba a mis espaldas y la abrió, decidido a irse y dejarme ahí con la palabra en la boca, como solía hacer siempre.

- Pídele un beso a tu amiga - agregué en voz baja

- ¿Cómo dices? - susurró en mi nuca y me paralicé

Mierda, mierda, mierda, me escuchó.

you keep me coming for you - shawn mendes & camila cabelloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora