Capitulo 40

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—Entonces... ¿Te caíste de las escaleras?

—Así es.

—Bueno, ¿podrías decirme de que edificio eran esas escaleras?

—Ya te dije que fueron las de aquí afuera.

—Pues al menos que te hayas caído unas cuatro veces de las escaleras es como me explicaría semejantes golpes que tienes.

—Sé que no estoy muy atractiva en estos momentos pero tranquila, solo es cuestión de días para que se quiten los moretones y  puedas  presumir a tu sexy novia — bromeé para tratar de suavizar el ambiente.

Nicol hizo un esfuerzo por no reír pero fue en vano; sonrió.

Alzé mi mano y la llevé a su mejilla.

—Así esta mejor — susurré.

—¿Qué?

—Que sonrías. No me gusta que estés enojada.

—Todo es tu culpa, si quisieras decirme la verdad, yo...

—Ya te dije la verdad — interrumpi y quité mi mano de su mejilla.

—Vamos Jenifer, eso ni tu abuelita te lo cree.

—Pero es la verdad.

—Mira. Si me dices la verdad no te volveré a obligar nunca mas a ver películas románticas conmigo.

—Suena tentadora tu propuesta, pero no la aceptaré.

—¿Por qué? Pensé que no te gustaba ver películas románticas conmigo.

—Ni contigo ni con nadie. Es sólo que es divertido ver como sufres viendo esas películas, hasta pareces señora viendo su telenovela preferida.

—Oye, no es cierto — renegó y me dio un pequeño golpe en el estomago.

—¡Ay! Duele — me queje y apreté los ojos.

—Apenas si te golpee... ¿y te dolió?

Asenti con la cabeza y en un rápido movimiento Nicol alzo mi playera para ver mi estomago.

—No... — fue lo único que alcance a decir antes de que viera mi estomago.

—¡Jenifer! — susurró alarmada — es obvio que no te caíste de las escaleras... ¿Dime que fue lo que pasó? — su tono de voz era firme.

—Yo... Bueno...¿ si te digo la verdad prometes no regañarme?

—¿Regañarte?

—Solo dime si o no.

—Esta bien, no te voy a regañar pero ya dime la verdad.

—La verdad es que... Intentaron asaltarme y yo no quise darles mis cosas y por eso me golpearon.

—¡Jenifer! ¿Por qué no les diste...

—Dijiste que no me regañarias — interrumpi.

Después de unos segundos de silencio Nicol solo asintió con la cabeza, se puso de pie y agarró una pomada que estaba en la mesita  junto a mi cama.

—Tu mamá me dijo que te untara esta pomada — dijo sentándose de nuevo en la cama como lo estaba minutos atrás.— Alzate la playera — ordenó.

La obedecí y me levante la playera dejando solo mi estomago al descubierto.

Nicol untó un poco de pomada en las manos y las llevó a mi estómago.

—¡Ah! ¡Esta fría! — me retorci en la cama.

—Jenifer, no te muevas.

—Pero es que esta fría.— me arrastre literalmente hasta el otro extremo de la cama.

—Jenifer, ven acá y deja ya de chillar.

Negué con la cabeza.

—¡Ay!... Aveces eres tan infantil.

Se subió a la cama y de un solo movimiento se subió a horcajadas de mi, sentándose entre mi pubis y mis muslos.

—Ya... No te muevas —  susurro y bajo la vista a mi estomago.

—No es tan malo como se ve — dije después de unos segundos donde Nicol había estado viendo detenidamente mi estomago — casi no duele.

Nicol dio un pequeño suspiro y volvió poner una de sus manos con pomada en mi estomago.

Me estremeci. Pero esta vez no fue por el frío de la pomada, fue por el contacto de su mano con mi piel.

—¿Te lastime? — preguntó con preocupación.

Negué con la cabeza y por si fuera poca mi tortura, Nicol agregó su otra mano al masaje.

La pomada estaba fría pero yo sentía que las manos de Nicol ardían y quemaban mi piel pero a la vez me causaban cosquillas en todo el cuerpo. Mi respiración se volvió mas pesada y....¡Demonios!. En ese momento me di cuenta del rumbo que empezaban a tomar mis pensamientos y mi cuerpo. Yo deseaba a Nicol, la deseaba.

Nicol alzó la vista y sus ojos se posaron en mi. Mi cara ardió. Me sentí descubierta porque no era necesario preguntar que pasaba, mi cara lo decía todo.

Una ligera sonrisa se dibujo en el rostro de Nicol y se inclinó hacia adelante, con cuidado de no lastimarme, y unió sus labios con los mios. Coloqué mis manos en su cuello para profundizar el contacto. El beso iba subiendo de intensidad.

Mis labios atraparon la lengua de Nicol  y la supcionaban con suavidad pero con determinacion. La necesida en ambas iba crecieno haciendo que nuestras bocas se movieran con mas desesperación. Abandoné su boca y empecé a dar besos por su mandibula hasta llegar a su cuello, el cual mordí ligeramente.

Nuestras pulsasiones aumentaron mas, si es que se podia.

Nuestras caderas empezaron a moverse en busca de friccion y mis manos se posaron en sus caderas, apretandola para profundizar el contacto. 

—Jenifer — Mas que como advertencia sonó como un gemido.

Abandoné su cuello y subí de nuevo a su boca. Mis manos ahora se deslizaban de arriba a abajo por las piernas descubiertas por el short de Nicol.

Justo en ese momento tocaron la puerta de mi cuarto.

!Que inoportunos!

Nicol se levantó muy rapido de mi cuerpo y salio de la cama. Después de tratar de normalizar su respiracion fue a abrir la puerta. Segundos despues llegó con una charola con comida.

—Era tu mamá, dice que tienes que comer.

Llevé una almohada a mi rostro ahogando con ella un grito de frustración.

Nicol, divertida por mi reaccion, se acero a mi y me quitó la almohada de mi cara.

—Todo a su tiempo amor .... ademas, este  no es el lugar ni el momento adecuado — se acercó mas a mi dejo un suave besó en mis labios

Fuck! ¿Y ahora...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora