Capítulo 51

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Despertó de golpe.

Había soñado de nuevo con aquel día... El último día que la vio. Aún pasados dos años de aquel momento lo seguía recordando como si hubiera sido ayer.

Se levantó, se lavó la cara y fue a la cocina. Tomó un vaso de leche y se sentó en la sala. Sonrió al ver la foto que estaba en la mesa de centro donde salía ella, Taylor y Jeni. Con su dedo acarició la silueta de Jeni.

—Te extraño tanto — susurró y una lágrima cayó

Escuchó a Taylor salir de su habitación y secó rápidamente sus ojos pero aún así Taylor lo notó.

El chico la vio, se acercó a ella y la abrazó.

—¿Otra vez Nicol? — dijo al ver que sostenía la foto — voy a tener que quitar esta foto

—¡No! — gritó rápidamente.

—Es que siempre te deprimes cuando la ves.

—Pero no la quites. Te juro que no me voy a deprimir está vez. Ella ya va saliendo de mi.

—Sabes que es mentira Nicol.

—Lo sé — agachó la cabeza.

—Me siento muy afortunado de que quieras mucho a mi hermana. Pero en este caso lo mejor es que la dejes ir

—No puedo

—Sí puedes Nicol. Pero te aferras tanto a su recuerdo. Ya dejala ir. Sé feliz .

—Ella era mi felicidad — se encogió de hombros.

—¿Y qué hay de Dayan?

Sí, Dayan. La chica del antro. Después de aquel día hemos estado en contacto por medio del celular. Y recientemente nos hemos visto mucho pues terminó su universidad y ahora es musica de un ballet importante aquí en México y por las noches ambas cantamos en el restaurante-bar en el que aún trabaja Taylor.

—Ella solo es mi amiga, ya te he dicho.

—Ay, es obvio que ambas se gustan.

—Pues sí — comento sin dudarlo — pero ella nunca podrá darme la felicidad que Jeni me daba.

—No te estoy pidiendo que reemplaces a mi hermana. Por lo mucho que se amaban sé que será imposible. Solo te pido que no te dañes más con su recuerdo.

La pelirroja se quedó callada. Sabía que él tenía razón. Pero es que era tan difícil sacar de su mente a aquella chica, el tiempo no había logrado que la dejara de querer ni un poco.

—Date una oportunidad con Dayan. Es buena chica, se gustan, comparten gusto por la música... ¿Que más quieres?

—Está bien. Lo intentaré

—Siiiií —Festejo el chico

—Pero no prometo nada Taylor.

—Con el hecho de que lo intentes me doy por bien servido. Ahora ve a bañarte que ya casi tienes que irte a la Universidad.

***

No me salen las palabras, para expresarte que te quiero
No sé cómo explicarte, que me haces sentir
Como si fuera el verano, y el invierno no existiera
Como si se para todo
Y con esa sonrisa, que cambia la vida
Miraste hacia aquí, y ya no puedo contemplar
Que tú no seas la que me ama

Y como mirarte, esos ojos que me dejan en enero

Cuando sé que no son míos y me muero
El destino no nos quiere ver pasar
Ohh, y como decirte, que no quiero que este amor sea pasajero
Que de pronto se dé un día y yo te espero
El destino no nos tiene que importar

No se cómo ser yo mismo si no estás al lado mío
Se harán largos estos meses, si no estás junto a mí
Y con esa sonrisa, que nunca se olvida
Llegaste y te vi, y ya no puedo soportar, que tu no seas la que me ama

Y como mirarte, esos ojos que me dejan en enero
Cuando sé que no son míos y me muero
El destino no nos quiere ver pasar
Ohh, y como decirte, que no quiero que este amor sea pasajero
Que de pronto se dé un día y yo te espero
El destino no nos tiene que importar

Y como olvidarte si la vida me enseño que vas primero
No me importa la distancia, yo te quiero
Y al final se que a mi lado vas a estar

Voy a esperarte, cuando se ama de verdad no existe el tiempo
Y te juro que no es el final de cuento
El destino no nos puede separar
Como mirarte...

Sonó la última estrofa de aquella canción y toda la gente empezó a aplaudir. Se le hizo un nudo en la garganta, sin duda aquella canción le había traído recuerdos.

—Muchas gracias— susurró la pelirroja al micrófono y con su guitarra salió del escenario.

—Ey Nicol. Estuviste genial — dijo Dayan abrazándola

—Gracias— contesto sin muchos ánimos.

La chica de piel blanca la vio de manera interrogativa. Pero creía saber que tenía su amiga.

—Vamos Nic, tienes que dejarla ir. Lo sabes.

—¡Todos me dicen que tengo que dejarla ir! ¡Ustedes no entienden lo difícil que es esto! — alzó la voz con todo se desesperación.

Dayan la abrazó y como por arte de magia la furia se fue. Después de unos segundos de estar así le correspondió el abrazo.

—Perdoname — susurró la pelirroja — es solo que últimamente la recuerdo mucho

—No te preocupes — comento sin terminar el abrazo aún — sé que es difícil. Pero tienes que pensar en ti, creo que ni siquiera estás comiendo bien.

La morena de ojos cafés se soltó del abrazo.

—Ayy ya te fue Taylor con el chisme

—Él al igual que yo estamos preocupados por ti — interrumpió — me lo encontré en la entrada del bar y nos pusimos a platicar y me contó cómo estabas últimamente.

—Le prometí que trataría de olvidar el tema así que lo haré, te lo prometo a ti también. Trataré de seguir con mi vida.

—Me parece perfecto. Si necesitas mi ayuda aquí estaré para ti siempre, lo sabes. — sonrió cálidamente

—Gracias — sonrió.

—Bueno... ¿Quisieras... Ir a cenar conmigo?. No hay nadie en mi departamento, mis amigos se fueron de antro, ya sabes cómo les encanta eso.

—¿Y por qué no los acompañas?

Negó con la cabeza haciendo un gesto de desagrado.

—Prefiero algo más tranquilo. Como ir a cenar contigo, no sé, platicar, ver películas. Algo así... Si aceptas ir conmigo te dejaré escoger la película

Ambas reímos. Pues siempre era la rubia quien imponía sus gustos a la hora de escoger y se veían las películas que ella quería.

—Esta bien, suena tentador. Vamos.

Fuck! ¿Y ahora...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora