Fuck! ¿Y ahora...?

Capitulo 35

—Buena decisión — se acercó, la tomó por la barbilla  y la besó.

—¡No! ¡no me beses! — gritó empujándolo.

—Estas de nuevo conmigo Nicol — la agarró fuertemente de los brazos y la acerco a él — así que te voy a besar cuando quiera. — la besó contra su voluntad.

—¡Eres un estúpido! ¡Sueltala! — entré furiosa a la cocina.

Andrey rió.

—Mi novia no quiere que la suelte — bajó su mano a la cintura de Nicol — ¿verdad cariño?

—¡Que la sueltes! — me acerqué, lo tome del cabello y lo separé de Nicol.

—¡Jenifer! ¡no! — dijo Nicol

—Ya ves, ella me defiende

—No te defiende — ahora lo tomé de los hombros y lo puse contra una pared.

Andrey no ponía resistencia alguna, por lo que se me hacia fácil manipularlo.

—Para ser mujer, tienes mucha fuerza — rió

—Ya te pegué una vez, puedo hacerlo de nuevo — amenacé. — vete y ya dejala en paz.

—Me iría, pero en primera: me tienes aquí contra la pared y en segunda: si me voy, me voy con Nicol. No quiero dejar sola a mi novia aquí.

—¡Ella no es tu novia! — dije furiosa.

—Pero por supuesto que si lo es... ¿Verdad Nicol?

—Yo... Si — susurro.

—¡Mientes! — dije sin quitar la vista de Andrey — escuché todo lo que le dijiste... La tienes amenazada.

El semblante del chico cambió. Pasó de divertido, a serio.

—¡Mierda! — susurró.

Me tomó de los brazos e invirtió los papeles. Ahora yo era la que estaba contra la pared.

Nicol solo veía con cara de ausente la situación.

—Te propongo un trato... Me das a Nicol y a cambio, las fotos desaparecen de la faz de la Tierra.

—¡No me interesan tus malditas fotos!.

—Haré como que no escuché eso y te volveré a...

—¡QUE NO ME INTERESAN TUS MALDITAS FOTOS— eleve la rodilla y golpeé su estómago haciendo que me soltara — puedes enseñar se las a quien se te pegue tu regalada gana.

Al sentir mi golpe llevó sus manos a su estomago, solo por unos segundos y después se reincorporó y alzó la mano para golpearme. Yo solo cerré los ojos para recibir el golpe.

—¡No le pegues! — gritó alguien y le detuvo la mano a Andrey antes de que pudiera golpearme.

Pero Andrey reaccionó rápido y utilizo su otra mano para golpear mi mejilla.

—¡Te dije que no le pegaras! — y lo empujó sacándolo de la cocina.

En cuanto vio que salieron de la cocina, Nicol se acercó a mi.

—Jenifer... ¿Estas... Bien?

Asenti con la cabeza.

—Ya se fue — dijo entrando de nuevo a la cocina —¿ estas bien ? — se acercó a mi.

—Si... Gracias, Sergio.

—No agradezcas... ¿Pero se puede saber por qué se estaban peleando?