¡A trabajar!

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Málaga, España.

14 de febrero de 2026.

10 días Antes del Evento.

Año del Evento.

Emma fue la primera en llegar.

Realizó un rápido reconocimiento de la sala que sería su lugar de trabajo durante los próximos treinta días. Parecía tener todo lo necesario. También un pequeño servicio privado y una cocina. Se dirigió a la cafetera y la cargó con agua.

Encendió la televisión de la sala para comprobar que el mando a distancia funcionara. Cambió un par de canales, subió y bajó el volumen y, cuando estuvo conforme, lo apagó. Se acercó a la pizarra blanca con bordes de aluminio y escribió la fecha.

"¡Vaya! Ayer fue viernes 13 y ni siquiera me dí cuenta". No era supersticiosa, pero se sorprendió que nadie se lo recordara. Es algo normal que todo el mundo acote diversas maldades que te van a suceder ese día.

"Y, además, hoy es el día de los enamorados. Bueno, todo un símbolo".

"Vale, conocí a Franco". Emma decidió que no se tomaría ni unas cañas con él hasta que no terminara ese mes de trabajo.

"Nada de confraternizar", afirmó.

"Hasta que terminemos con este curro solo seremos...", pensó sin poder terminar la idea.

"¿Qué seremos?", se preguntó.

"¡Nada! No seremos nada!", se reafirmó.

En ese mismo momento entró Franco y Emma estuvo segura de haberse ruborizado.

Lo vio avanzar hacia ella casi en cámara lenta, con la sonrisa desplegada en su rostro. Emma apenas pudo reaccionar después de los dos besos.

—La verdad es que venía con un poco de miedo —confesó Franco después del saludo.

—¿Por qué? —preguntó Emma extrañada de forma sincera.

—Es que si hoy te veía tan formal como ayer, y si además volvías a ofrecerme la mano como saludo ¡puf! Estaba realmente asustado ¡De verdad!

Emma cayó en la cuenta de que vestía informal, representando su propio estilo, algo que contrastaba diametralmente con la "Dra. Emma Medina Callejón y sus seminarios" de ayer. Hoy eran solo unos vaqueros, unos tenis, el pelo recogido. En resumen: la auténtica Emma.

—¡Si! —dijo soltando un risita nerviosa— Es que ayer usaba mis superpoderes y mi traje de conferencista y hoy soy... Bueno, solo yo.

—Pues, entonces empezamos de nuevo. Mucho gusto. Yo soy Franco y estoy encantado de tener que trabajar durante los próximos treinta días contigo. Y me temía que iba a ser el mes más largo de mi vida.

—El gusto es todo mío. Soy Emma y me alegro de que se haya aclarado el malentendido.

"A mí igual me parece que será un mes muy largo", pensó sin dejar de mirar de reojo el mentón y el cuello de Franco.

"¿Por qué siempre me fijo en estas cosas? ¡Confirmado! Este será un mes muy, muy largo."

—Hoy parece bastante más frío que ayer ¡eh!

—Ni lo menciones. ¿Café? —se recompuso Emma.

—Si, no es temperatura para unas cañas y, además, hay que trabajar ¿Verdad? Sí, solo, por favor. Sin azúcar.

—Yo no empiezo a trabajar sin un par de cafés, así que... Bueno, y tú ¿qué piensas?

—¿Del café?

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