15 Henri

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Me levante a las siete de la mañana directo al cuarto de Jayden.

- Jay necesito hablar contigo. - abre la puerta con cara sobnolienta.

- Diga? - paso a su habitación y me acuesto en su cama. - ¿Qué  crees que estas haciendo? - se sienta a mi lado.

- Ami dime ¿cómo a que hora el cartero deja las cartas? - acaricia mi cabello.

- En unos 10 minutos. - lo miro y él parece perdido en sus pensamientos.

- Y cómo se llama el cartero?

- Normalmente quien iba a nuestra residencia es Evan.

- Ok pues gracias amigo. - me acerco y le doy un beso en la mejilla. Pronto se escucha como alguien azota la puerta de su cuarto. - seguro y Ashton ya despertó no creo que sea bueno que nos encuentre así.

- Me vale un comino lo que Harrison quiera o no quiera.

- Eres una gran chica Azul. - le Sonreí levantándome de la cama.

- Y tu un partidaso muy buena onda. - me enredo con las cobijas y tumbo a Jay conmigo ambos quedamos tirados en el suelo riendo. - pero ahora tendré una charla con Evan.

Baje rapidísimo y me quede en el sillon esperando a que el timbre sonara.

Entonces al escuchar el mismo corri hacia la puerta para abrirla pero Ashton llego y me atrapo colocando sus manos alrededor de mi cintura.

- Hola preciosa a donde ibas tan temprano. - se acerca y besa mi cuello cabe aclarar que por ello  lo empujo violentamente. - tranquila solo iba a hacer lo que tú me permitieras.

- Idiota. - sonríe arrogante y luego ambos pasamos a ver la manija de la puerta, corremos chocando uno con otro y resbalando, prácticamente ambos terminamos en el suelo, yo abro la puerta mientras me levanto del piso con Harrison a mi lado.

Ambos miramos al cartero y vemos que tiene las postales en las manos.

Al unisono decimos - Evan? - el cartero que parece de unos 25 años nos mira y luego habla.

- Noooo, Boris. - señala a su gafete que especifica que su nombre es Boris.

- Bueno como te llames trae acá. - Ashton le arrebata las cartas y le cierra la puerta en la cara.

- No seas grocero aquel tipo parecía amigable.

- Callaté Smith no me dejas concentrar. - se sienta en el sillon. Me acerco y me pongo a su lado muy cerca de su rostro pero solo para poder leer bien.

- ¿Qué dice? - pregunto.

- Parece ser que aún no abrirán el edificio posterior F. - pone cara de tristeza y yo recargo mis manos sobre sus hombros.

- Tranquilo chico fresa ya pronto te irás y yo celebrare por tu perdida.

- No me voy a morir.

- Pues yo celebrare pero en agradecimiento a tu partida de esta casa. - pone su mano sobre la mia.

- Vas a extrañar las discusiones, las indirectas directas, mis encantos.

- No tienes tanta suerte. - Lo unico encantador que tienes son tus ojos porque lo demás ya lo fuiste perdiendo con el tiempo.

- Tambien mis besos son apasionados. - eso lo dice levantandose del sillon y poniendose a dos centímetros de mi cara.

- Yo nunca te he visto hacer eso con una chica.

- Puedo hacerlo aquí y ahora si quieres. - por un momento senti unas ganas locas de besarlo pero luego recordé sus maltratos y la apuesta. Sus labios carnosos son una debilidad pero tambien parecen ser una adicción o una locura. No sientas, no sientas.
- yo sinceramente siento que formariamos la pareja perfecta.

Simplemente tú. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora