Parte 4

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-Pensé que no ibas a despertar- escucho una voz desde lejos.
Es Matt, al parecer me dejo en el sillón.
- Anda, levántate y hazme algo de comer. Quiero ver si para eso sirves por lo menos- dice enojado, yo solo no puedo estoy reaccionando a lo que me
acaba de decir, aún cree que lo engaño con alguien que solo lo he visto
una vez en mi vida.
-Matt...- digo para que me escuche y se acerque a mi, pienso que hace eso pero solo veo cómo agarra fuertemente mi brazo para que me levante del sillón.
-No has escuchado lo que te he dicho?, hazme rápido el desayuno zorra.- dice y me avienta hacia el mesón de la cocina es por eso que me golpeo ligeramente mi cadera y gimo bajito de dolor.
-Que pasa contigo? - le digo en un susurro, quiero saber porque lo hace.
-Lo qué pasa es que ahora se que eres una zorra y siempre tratas de demostrarlo. No quiero una palabra más y quiero mi desayuno, y créeme
que la paciencia que te tengo es bastante porque es la tercera vez que te lo digo.- es lo último que dice y comienzo a hacerlo.
Cuando termino voy a servirle su café, pero un dolor agudo me ataca en el estómago y me dejo caer en el suelo.
Quizás Matt escucho este desastre porque se para de su asiento y se dirige donde estoy yo.
-Pero mira lo que hiciste, ahora ya se que ni para eso sirves.- me dice en tono duro.
Solo soy capaz de mirar hacia abajo mirando el café derramado y soltando lagrimas, el dolor en mi vientre duele mucho y me late mi pómulo golpeado por Matt.
-solo recoge todo, me voy- dice se levanta y se va.

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Es de noche, hoy no fui a mis prácticas de la orquesta, me sentía muy mal y solo faltaba 10 minutos para que Matt regrese de sus entrenamientos.
Siento que Matt ingresa por la puerta y solo decido hundirme en mi cama.
-Melanny- grita Matt, estoy con mucho miedo pero decido hacerme la dormida.
Escucho que él sube las escaleras y cierro mis ojos cuando la puerta se abre.
Mi cabello es halado y me lleva fuera de la cama.
-Aqui estas pequeña perra, adivina lo que me contaron de ti una vez más- me dice y sé que ha tomado mucho.
-Matt me lastimas, suéltame por favor- digo en pequeños sollozos, jamás pensé que Matt el malo volvería.
-Jacob es tu puto amante verdad, pero verás que en dos semanas mas ya no lo verás, después del torneo quedará irreconocible- me advierte y mi rostro es golpeado por su puño.
Grito un poco alto y avienta mi cabeza al suelo, haciendo que quede aturdida por unos minutos, cuando tengo conocimiento otra vez de lo qué pasa Matt golpea nuevamente mi estómago y es cuando sé que debo decirle que pare.
-Matt, t..tienes q..ue p..parar, y..ya no res..sisto, m..me duele- le digo lo más alto que puedo ya que mis respiraciones son limitadas.
-ENTONCES PORQUE RESISTES LO QUE JACOB TE HACE EN SU CAMA?, ME CREES ESTUPIDO MALDITA PERRA, EL MISMO ME LO CONTÓ.- dice muy alto haciendo asustar mas de lo que estoy y me doy cuenta de lo estúpido que Matt puede llegar a ser. Jacob es un maldito bastardo y solo lo hace por molestar a mi esposo.
-Matt, t..tienes que escucharme, y..yo no me acuesto con e..el- le digo rápidamente pero solo veo cómo se acerca y me hala nuevamente a la cama.
Me resisto a que haga cualquier cosa así sea solo tocarme y para que no lo haga me propina otro golpe en mi cara y creo que ya he sufrido bastante y que en cualquier momento voy a desmayarme del dolor. Así que lloro alto para que el se dé cuenta de que me esta lastimando, de que está lastimando a su esposa.
-CÁLLATE, MIERDA CÁLLATE, YA SABÍA LO QUE ERAS DESDE QUE ME CASÉ CONTIGO MALDITA ZORRA, VAS A VER QUIEN PUTAS ES TU ESPOSO- dándome otro golpe en mi cara y con eso ya no puedo mas.
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Despierto por los rayos de luz y me encuentro en el mismo lugar donde me dejo tirada. Me duele infinitamente mi cara y mi estómago, giro mi cabeza y son las 8:40 de la mañana.
Matt ya debe estar entrenando y yo debería estar practicando ya que tengo una presentación en tres semanas pero no tengo ganas de hacerlo, estoy demasiado deprimida y adolorida.
Me dirijo al baño y veo mi cara hecha un asco. Tengo mi labio partido y mi mejilla morada con algunos rasguños.
Me meto a la ducha y lloro por todo lo que he vivido con Matt en estos últimos momentos, yo no lo engaño con nadie.
No sé qué piensa el qué hago y con quien.
Salgo de la ducha y me dirijo al armario para ponerme ropa nueva y nuevamente dormirme, mi cabeza me duele mucho y estoy muy débil para prepararme algo de comer. Me acuesto en la cama y mi estómago me palpita del dolor de la patada de ayer.

Esposo violento Donde viven las historias. Descúbrelo ahora