Capitulo 22

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Camino lo más rápido que mis pasos lo permiten para alejarme de esa casa. Creo que he caminado como 3 cuadras en un minuto y reviso cada 2 segundos atrás por si vuelve por mi. Mis pies duelen y mi nariz sigue de roja por la sangre. Veo a unos niños jugar en el parque qué hay cerca y sus caras son de susto cuando ven mi aspecto, una señora me visualiza de arriba a abajo y su expresión no tiene ningún sentimiento. Su mano empuja a su Niño a seguir jugando con el resto para luego acercarse a mi de una manera apresurada. Mi pánico se acerca y trato de alejarme lo más posible de ella.
-Niña, ¿Que te pasó?-me pregunta casi gritándome y persiguiéndome.-Espera, no te voy a hacer nada-me dice nuevamente pero mi mente divaga en el sentimiento que me quiere hacer daño y me va a mandar nuevamente a ese infierno.
La señora logra alcanzarme y su rostro es de miedo al ver mi nariz. Mis pies se detienen de cansancio y me quedo estática viéndole.
Ella saca de su bolsillo una toalla pequeña, quizás la usa para limpiar a su niño pero aún así decido aceptar el hecho de que quiere ayudarme.
-Toma, puedes limpiarte-me extiende la toalla y la tomo para limpiarme.-¿Que te ha pasado?, ¿Te robaron?-me dice y ahora se porque me persigue. Ella quiere saber si estoy así porque algún hombre a intentado robarme mis pertenencias y mi cuerpo se calma por mucho por ese gesto de esta persona.
-N...no-le digo y procedo a limpiar un poco mi frente con mi sudor.
-¿Que pasó?-me pregunta y no quiero decirle lo que he estado sufriendo en todo este tiempo. Es una historia muy larga para poco tiempo.
-N...necesito un taxi-le pido para que así pueda escapar de este barrio.
-Ven, aquí pasan muchos que son seguros. ¿Dónde te diriges?-me pregunta y saca su teléfono para llamar al taxi.
-Hotel Miraflores-le digo porque es el único hotel que es bonito y lo puedo pagar.
-Hola, necesito un taxi para la avenida rustoff-me queda mirando un poco y procede a seguir contestando-lo necesito para este momento-lo dice y me mira nuevamente.-Esta bien, gracias-cuelga su teléfono y le entrego la toalla.
-Quédatela mija, ¿segura que quieres ir sola?-me pregunta y su expresión es de compasión.
-S...si-le digo y me limpio el resto de mi cara.-Estoy bien, gracias-le digo y cuando finalizo el taxi pita del otro lado de la esquina.
-Anda-me dice y yo solo asiento con la cabeza para luego treparme al vehículo con mi maleta. Siento que mis fuerzas no dan mas pero no quiero demorarme mucho y logro subirla al auto.
-Buenas tardes-me dice el taxista.
-H...hola-le saludo y el señor me ve por el espejo retrovisor. Su expresión es de confusión y un poco de preocupación.
-¿Está bien?-me pregunta y yo solo asiento. El señor no dice ni una palabra más y se dispone a conducir al lugar de destino que la señora le indicó hace un rato.
Al llegar le pago por traerme y el solo me dice muchas gracias. Miro la calle de los dos lados para ver si no hay gente que puede empezar a mirarme y avanzo hacia el hotel. Me dirijo a la entrada y entro para después toparme con la recepcionista. El lugar es tranquilo y tiene decoraciones muy modernas por lo que hace que me sienta cómoda.
-Buenas tardes, señorita. ¿En que le puedo ayudar?-me pregunta y mira mi aspecto.-¿Disculpe, le ofrezco una toalla o paños húmedos?-quizas mi cara este sucia y con sangre en la nariz.
-N...no, siempre me pasa, lo siento-me disculpo y trato de normalizarlo aunque ella no me cree mucho.-Quiero una Habitacion por favor.
-Si, está bien. Tenemos disponible la 623. ¿Cuál es su método de pago y cuantos días?
-Efectivo y espero quedarme una semana.-le digo y me ofrece una servilleta para el sangrado de mi nariz.
-Listo. Puede pagar ahora si desea-
-Gracias, ¿Cuanto es?-le pregunto porque no tengo idea de cuánto es el precio.
-Son 1196 pesos-me dice y creo que si puedo pagarlo pero no por una semana. Accedo y me entrega la llave de la habitación. Recojo mi maleta y camino hacia el ascensor para subir. Mis pasos son descordinados pero logro subir a mi piso. Apenas estoy entrando a la habitación siento un poco de paz por todo el caos que se ha creado a mi entorno anteriormente.
Me dirijo a la cama y mi cuerpo es depositado para después descansar por todos los golpes que Matt me ha dado y descansar mis pensamientos por todo lo mal que la he pasado a su lado.
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Han pasado una semana desde que llegue a este hotel. He comido cerca del lugar con el dinero que tengo pero ya se me está acabando. No he recibido alguna noticia de Matt y tengo que irme dentro de 2 días.
No se si podré sobrevivir o quizás le dé la dirección de tarjeta de Matt. Mis heridas han sanado, mi cara solo tiene las cicatrices de los golpes y ya no está hinchado mi estómago. Espero que para el día en que tenga que irme n tenga señales de golpes en todo mi cuerpo pero se que es algo casi imposible de pedir. He estado practicando mucho para estar preparada y he estado muy emocionada por el nuevo futuro que me espera. Quisiera poder estar mejor o salir a comprarme ropa pero no me alcanza. En el tiempo en el que estuve en el conservatorio solo he recibido algunas pagas muy cortas y el que siempre se encargaba de las cosas para la casa era Matt. Quizás eso era lo bueno de él. Aveces no preguntaba como me mantenía, es más, no tenía la necesidad de hacerlo porque el lo hacía por mi. Lo malo es que siempre pagaba el precio por hacer eso. Supongo que eso también hacia mi papá, excepto que a él no le importaba nada que tenga que referirse a mi, quizás por eso no quiero tener hijos.
Son las 6 de la tarde y tengo que comer algo, así que me dispongo a bajar por algo de comida. Quizás tengo algo de efectivo que me ha sobrado aún. Reviso mi bolso y me doy cuenta que tengo dinero para un sándwich. Agarro un abrigo y bajo las escaleras. Llego a recepción y la señorita que me atendió ese día está ahí. Me mira de pies a cabeza, seguramente porque no me he vestido muy bien que se pueda decir.
-Señorita-me llama la atención y yo parezco retroceder.-¿Me permite hablarle unos segundos por favor?-me hace esta pregunta y se acerca a mi.
-S...si-le digo y me adapto a una posición más firme con mi cuerpo.
-¿Como sería su método de pago?, tiene que hacer una renovación desde hoy si quiere seguir hospedándose aquí en este hotel-me avisa y me pongo demasiado nerviosa que no se que decir.-No se preocupe, yo la espero pero tendré que avisarle a mis supervisores-me dice dándose cuenta de mi estado.
-N..no!.-suspiro y continuo.-Hare el pago después de que regrese de comer.-afirmo y ella agradece y asiente con la cabeza.
Continuó con mis pasos para ir a comer a un restaurante cercano y me encuentro con uno. Decido entrar y ordenar algo de comida. Me atienden como es debido y disfruto lo que he pedido. Pago y salgo de ese lugar para dirigirme al hotel nuevamente. Voy a mi Habitacion y desafortunadamente tengo que dar el número de tarjeta de Matt. No quisiera tener pagos pendientes y tener que irme a la calle. Supongo que es mi única forma de pago en estos momentos.
-Voy a pagar-le aviso a la señorita de la caja y ella agarra el número de tarjeta.
-Esta tarjeta es de alguien más, sale como primer nombre Matt-me avisa y yo asiento con la cabeza con un poco de preocupación.
-Si, es mi esposo-le indicó y ella me sonríe.
-Tengo que hacer una llamada para confirmar.-me dice y mi rostro palidece.
-N..no es necesario.-le digo temblorosa pero ella responde que es por políticas del hotel.
-¿Tiene algún número que me pueda confirmar por favor?-me dice insistente.
-Si-le digo finalmente para luego marcar el número de Matt.
El teléfono timbra y al cuarto sonido Matt contesta.
-Mel, ¿cómo estás?-me dice y le pongo inmediatamente a la señorita.
-Como le va señor, su esposa Melanny está hospedada en el hotel Miraflores, ella me ha dado su tarjeta para proceder con el pago de los días próximos a hospedarse. Me confirma por favor que esta es su tarjeta y que puedo proceder con el pago por favor-le dice y mi cara está más que pálida.
-Continue, no se preocupe. Es mi esposa.-le dice y ella me da el celular nuevamente.-¿Melanny?-escucho la voz de Matt.-Melanny, ¿en Que Habitacion estás?-me pregunta y antes de que me haga otra pregunta le cuelgo y guardo mi teléfono dañado por la anterior vez.
La señorita me queda viendo un poco estragada por mi comportamiento y su rostro es de ligera duda hacia mi.
-E...estamos peleados-le respondo con una sonrisa en mi cara pero mi corazón esta latiendo a mil por segundo.
Ella confirma el pago y me agradece. Corro hacia mi habitación y solo espero que esto no haga que Matt quiera verme aquí y arruinar todo una vez más.
Las horas pasan y yo sigo en mi cuarto, he dejado con llave y mi cuerpo sigue inmóvil en la cama. No he podido reconsiderar el sueño porque tengo miedo de que en algún momento toquen la puerta y pueda ser él esperando a vengarse o querer maltratarme de igual forma a cómo lo ha estado haciendo.
Quisiera poder olvidarme de esto o irme ya mañana lejos de aquí pero tengo que esperar hasta que eso pase.
Cuando pasan dos horas mas es que el cansancio entra a mi cuerpo y tengo ganas de dormir. Me acomodo en la cama para poder disfrutar de algunas horas de sueño y eso pasa. Mis ojos se cierran y mi cuerpo se relaja hasta mañana.
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Mis ojos se abren y veo la hora alado mio. Son las 8 de la mañana y tengo mucha hambre. Decido pedir algo para la Habitacion ya que no tengo ganas de salir y tengo que arreglar mi maleta para salir mañana en la mañana.
Me levanto de la cama y me quito la ropa para darme un baño. Agarro la toalla de la habitación y entro a la ducha para estar ahí unos 25 minutos. Salgo ya aliviada por el agua que cayó en mi cuerpo y suavizo mi piel con mi crema para después del baño. Me cepillo los dientes y salgo del baño.
Alzó mi mirada y mi cuerpo se congela. El hombre con el que me casé y me causó tanto daño esta sentado en mi cama de hotel, en mi habitación y solo estamos el y yo.
Mi mirada se carga de miedo y tengo muchas ganas de vomitar. Mis manos tiemblan que hace que caiga mi toalla y mi cuerpo queda al desnudo completamente. No soy capaz de alzar la toalla ya que mis ojos se empañan de lágrimas de tristeza y desesperación. No puedo articular palabra y creo que en algún momento mis pulmones dejarán de entregarme oxígeno.
-Buenas días-me saluda.

Esposo violento Donde viven las historias. Descúbrelo ahora