-Esta va para ti-me dice mi padre. Al parecer se enojó porque no estuve en casa a la hora que el me dijo, pero tenia que terminar de estudiar y el bus que me recoge no estaba listo para la hora en que yo estaba esperándolo. El primer golpe se dirige hacia mi mandíbula, lo cual hace que esta duela y que comience a sangrar mi labio.
-P...para-le pido despacio pero lo ultimo que espero por parte de el es que pare lo que esta haciendo.
-Tienes que obedecerme-me lo dice firmemente y mi mirada parece perdida para lo que viene próximamente. Se saca su correa y yo solo espero que esto termine rápido para luego irme a mi habitación a llorar.
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El primer golpe con la correa lo siento en las piernas y caigo instantáneamente otra vez al suelo. Matt sostiene la correa con mucha ira y en su rostro no se ve ni una pizca de arrepentimiento. Veo nuevamente su mano alzarse y el segundo golpe se deposita en mi espalda, cerca del lado de mis costillas. Mi cuerpo se protege en modo de feto pero el dolor sigue siendo igual.Matt agarra mi brazo y me mira a los ojos, haciendo que su presencia me de terror y no lo quiera volver a ver.
-¿Qué hicieron nomas mientras yo no estaba?-pregunta y el agarre se intensifica mientras yo solo puedo sollozar del dolor y cientos de lagrimas se deslizan de mis mejillas.-¿Por lo menos ya lo conocías?-me pregunta nuevamente pero yo solo quiero que suelte mi brazo y es por esto que pongo mi otra mano sobre la suya para que así disminuya la presión por la fuerza que ejerce. Al parecer entendió el mensaje y me suelta de un solo movimiento, por lo que caigo nuevamente al suelo y me lastimo mi otro brazo al parar en el solido piso.-CONTESTAME-grita y su brazo se alza nuevamente para darme en el mismo lugar de antes.
-M...Me ahorcó-le digo por fin y él se aleja un poco de mí.
-¿Qué?-pregunta y se acerca un poco a mi para después aguacharse a mi altura.
-M...me agarro con... sus manos y g...golpeó mi cabeza-le digo y parece que le estuviera contando esto a alguien para que me salve, pero al tratarse de Matt ya no siento lo mismo. Siento que como si le estuviese dando una explicación para que deje de lastimarme, en lo que espero que me crea.
-¿Porqué?-pregunta y yo solo trato de recomponerme, pero fallo en el intento por lo que permanezco en mí misma posición de vulnerabilidad.
-D...Dijo que yo era tu puta, n...no pensé que no le... habías dicho que estabas casado-le digo y solo espero que con esta respuesta no me siga golpeando. Matt se queda estático pensando y yo siento que en cualquier momento me voy a desmayar, entonces para dormir un poco solo asiento mi cabeza en el suelo y cierro un poco los ojos.
-Eso no es verdad-me lo dice firme como que si todo lo que le dijera es una mentira. -Leo dijo que tú lo provocaste-me dice y abro nuevamente mis ojos ya que Matt agarra nuevamente juuuuuumi brazo, lo que hace que mi dorso se levante del suelo y grite bajo del dolor.-¿Que te pasa Melanny?-me pregunta como si yo fuese la del problema.
- ¿Q...Que te pasa a ti? -le pregunto lo mismo, pero él no entiende a lo que me refiero.
-¿Que tengo que hacer para que solo me quieras a mí?-Me agarra más fuerte y yo grito un poco más.
-S...Suéltame-le ruego y puedo mirar a sus ojos sin vida. -Me duele-le pido y bajo la mirada. Lloro ante su presencia y me suelta.
-Cuando estes lista para disculparte me avisas-se levanta y me ve por última vez. Suelta con fuerza la correa y la hebilla cae directamente en mi mejilla, lo que provoca que yo grite y me cubra la cara. -Y levanta eso-apunta la correa y se va de mi lado.
Me quedo en el suelo durante 5 minutos, todo mi cuerpo me duele. Matt se encerró en el cuarto y solo he escuchado la televisión, por lo que, no pienso ir y solo voy a tratar de bajar las escaleras para descansar en el mueble. No pienso estar aquí un día más, así que en la noche partiré al hotel más cercano que encuentre del aeropuerto.

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Esposo violento
RomanceMel es una música dedicada a tocar para la orquesta y su esposo Matt es el mejor boxeador de todos los tiempos. Los dos se enfrentarán al destino cuando una mentira llegue a sus vidas.