Capítulo 10:

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Capítulo 10:

Reuniones, nuevos platos de comida, nuevos restaurantes fuera del país y entre otras muchas cosas más que empezaban a generarle un poco de estrés, aunque en realidad su trabajo se basaba más en decirle a su asistente y mejor amigo a quien debía llamar y que decir o hacer, realmente no era un trabajo complicado el del día de hoy, pero es que no podía dejar de pensar en esos bellos ojos zafiro ocultándose detrás de cualquier persona cercana ante la presencia de un alfa.

Se quedó mirando por la ventana a las personas pasar corriendo, las gotas de agua golpeaban el vidrio haciendo un ruido que terminaba relajándolo.

-¡Harry!- Exclamó su amigo haciendo que se sobresaltara -¿Qué sucede contigo?- Preguntó

-Nada en realidad- Sacudió su cabeza

-Claro que si, cuéntame- susurró -Soy tu viejo amigo, al que le dices todo y sabe cuando mientes porque eres muy malo.

-Argh- rodó los ojos -en verdad a veces te odio, eres tan manipulador cuando quieres saber algo- el Omega sonrió

-Ya, dime.

-¿Recuerdas que te dije de un Omega que estaba en mi casa?- Asintió -no se que me sucede, realmente no lo entiendo, no lo saco de mi mente y empieza a desesperarme, estoy obsesionado o encaprichado- el rubio rió

-¿Qué tiene ese Omega que no tenga otro como para haberse encaprichado por una persona?

-Él...él es diferente- susurró -su aroma, su forma de actuar frente a un alfa y realmente me da pena que no pueda acercarme, deberías verlo, es precioso- suspiró agotado

-Bien, te voy a decir algo- pausó -tu mamá  quiere verte y eres un idiota.

Se lanzó a la silla acomodándose un poco, estaba en la espera de que su mamá entrara por esa puerta y le dijera lo que necesitaba para así poder ir a casa y quizá tomar una buena siesta, toda la noche y madrugada había tenido que estar preparando aquel nuevo proyecto secreto, algo como una remodelación a uno de sus restaurantes favoritos que aún no sería revelado, lo tenía rotundamente prohibida porque solo era encargado de la administración.

Pero eso no tenía nada que ver con la razón por la cual la mujer estaba en aquel lugar, la verdadera razón estaba en algo que había pensado toda una semana completa, entonces simplemente entró y se sentó frente a su cachorro mirándolo atentamente, no quería tener que decir esas palabras pero debía hacerlo por el bien de Louis a pesar de que sería una decisión muy arriesgada.

-Tienes razón- suspiró

-¿La Tengo?- frunció su ceño -¿De qué hablas mamá?- Preguntó confundido

-Lo he pensado mejor y tienes razón con respecto a Louis- suspiró triste -no quiero tener que herirlo, pero quizás sea lo mejor, esto será difícil para él y para mi también lo será porque Louis ahora pertenece a la familia- el alfa puso una mano sobre la suya

-Sabes que lo voy a cuidar.

-Lo se, solo por eso te lo permito- Cerró sus ojos -Hay que ir lento.

-Lo que tú me digas yo lo haré- sonrió dulcemente apretando su mano

-Quiero que te lo lleves- suspiró

-¿Estas segura?- Sacudió su cabeza

-Todo ese dolor no debería pertenecerle, debe sanar, debe estar con alguien que le asegure que estará bien- lo miró atentamente -necesita un alfa, uno que lo ayude a ser feliz pero si las cosas van mal no dudaré en llevármelo- susurró algo dolida

-Puedes confiar en que haré lo mejor para él.

[...]

Desde la última vez que había tomado un celular entre sus manos había pasado tanto tiempo, la nueva tecnología había empezado a llegar y bueno, él era un adolescente inútil para usar esa clase de celulares tecnológicos con millones de opciones que apenas estaba aprendiendo a usar con ayuda de su amigo, estaba recibiendo una pequeña clase de todo lo que pudiese hacer con aquel celular hasta que terminó en un completo desastre, ninguno de los dos sabía que había hecho Louis entonces estaban intentando remediarlo, pero en realidad lo estaban empeorando.

Al final lograron desbloquearlo y entonces ahí le enseño a descargar aplicaciones como algunos juegos, YouTube para que viera algunos vídeos divertidos entre otras cosas para recibir mensajes.

Pero no todo era color de rosa, luego de estar un rato juntos era tiempo de que el pelinegro se fuera y entonces su estómago rugió obligándolo a ir en búsqueda por algo para picar, pero en cambio se encontró con una gran sorpresa, se escondió detrás de una de las amables mucamas mirando dos pares de ojos verdes mirándolo fijamente, ahí fue cuando supo que algo iba mal.

-Louis, cariño...- tragó duro -Hay algo que debo...mencionarte- frunció su ceño sin dejar de mirar a la mujer

-¿Q-qué es?- su voz tembló ante la presencia de aquel alfa

-Necesito que hagas tus maletas- susurró casi inaudibles -a partir de ahora vivirás con...vivirás con mi hijo- señaló bajando su mirada

-¿Q-qué quiere decir con eso?- susurró mirando preocupado a ambos -Yo no...usted no puede hacerme esto- Ella intentó acercarse a él, pero el Omega no se lo permitió

-Lo lamento tanto- susurró -te prometo que todo va a estar bien- una sonrisa deforme apareció sobre sus labios

-¡No quiero irme!- chilló -¡No quiero, no quiero, no quiero!- cerró sus ojos

-Te prometo que vas a estar bien con Harry, no me permitiría ponerte en peligro- suspiró decidida -pero te hemos comprado...- sonrió una punzada en su corazón

-¿Es por eso que quiere que me vaya con su hijo?- preguntó -pero tienes razón, yo les pertenezco como si fuera un objeto y harán de mi lo que se les plazca ¿verdad?- murmuró con frialdad

-Haz las maletas- ordenó el alfa con suavidad, entonces Louis se quedó mirándolo sintiendo un escalofrío por todo su cuerpo

-Bien.

Se dio completamente por vencido, subió rápidamente a la que había sido su habitación y empezó a arrugar su ropa y meterla a su maleta con furia, no podía contra esto porque era algo mucho más grande de lo que podía manejar, su única opción sería vivir en la calle o quizás ir con su amigo, pero no quería molestarlo mas, además, le habían pagado a su padre para estar en ese lugar y había una deuda que saldar a pesar de que fuera difícil y doloroso.

Su llanto era tan fuerte que apenaba a las mujeres que trabajaban en lo quehaceres de la casa, pobre joven omega que había pasado por tanta mierda, pero eso acabaría ahora, sólo que eso era algo que no sabía.

-Lo lamento tanto- le echó una mirada

-No, no lo haces- Sacudió su cabeza -está bien, te perdono, de todas formas he vivido cosas peores.

-Louis por favor, no creas que hago esto para hacerte daño...

-No me importa, no debes explicarme nada- sorbió su nariz

-Debemos irnos- murmuró el alfa

Todo el camino hacia la casa de Harry se lo había pasado llorado mientras abrazaba su propio cuerpo, no podía creer que una persona como Anne lo hubiera lastimado de una forma tan horrible, así que al llegar a aquella casa, la cual a pesar de no ser tan impresionante como la de sus padres, era preciosa. Le fue presentada una de las mucamas que lo dirigió hasta una habitación libre cercana a la de Harry, allí se dispuso a instalarse después de ponerle el pestillo a la puerta.

SOLD OMEGA | Larry Stylinson [A.U]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora