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P.O.V Alex

Veo la ventana que me va a permitir entrar a la oficina del Decano, y tan loco y capaz como soy comienzo a escalar. Por supuesto no es una tarea ni fácil ni cómoda. Pero al final, lo logro. En el interior todo está oscuro. Pero a pesar de todo diferencio rápidamente el archivador y busco "Hale, Loki". Grove me dijo su nombre ayer cuando estaba manoseándome, porque amablemente se lo pedí. Encuentro la carpeta de color amarillo pálido y tras observar la imagen estoy completamente seguro de que es él. Leo tan rápido como puedo todo lo que encuentro, aunque sin prestarle realmente atención hasta este párrafo:

"El joven Hale padece un grave caso de depresión post-traumática por presenciar el asesinato de sus padres. Él se encuentra al cuidado de su tutor legal. Además se le prescribieron antidepresivos tras habérsele encontrado múltiples cortes poco profundos en sus brazos. Ve terapia tres veces a la semana con..."

Dejo de leer abruptamente mientras que lo que acabo de leer cala hondo dentro de mí.

Dios mío, es suicida.

De acuerdo, necesito ser su amigo y... escucho un ruidito. Muy parecido a una cerradura. Me lleva la... Guardo todo velozmente. A continuación, literalmente me lanzo por la ventana abierta. Caigo durante lo que parece una eternidad aunque no puede ser más que unos pocos segundos, impacto un muy mullido césped-al cielo gracias-y apenas siento un leve dolor en el brazo cuando me pongo de pie y corro hacia el "Comedor Duende".

__________

Entro como un huracán y en cuanto diviso a mi bestie corro hacia ella, aún recuperando el aliento le espeto:

-Es suicida, Irene

-¿Quién?-me pregunta confundida.

-El chico con el que tropecé ayer, ¿recuerdas? Y su nombre es Loki Hale.

-Oh que triste.-a pesar de eso, una idea parece asentarse en su mente, pero cuando va a interrogarme, aparece Helena.

Lleva el cabello rubio atado en una coleta alta y un bolso color crema, todo lo contrario a la pelirroja quien lleva su cabello en una trenza ladina y su bolso es púrpura.

-Hola bellezas.

-Hola preciosa.

-Hola italiana.

Helena se sienta y antes de que pueda decir algo más aparece Grove, tiene el cabello algo desordenado y al vernos sonríe. Se acerca veloz y planta un beso en los labios de mi bestie mientras me revuelve-aún más-el cabello.

-Buenos días.

-Buenos días, lobo.-saludamos de vuelta al unísono Helena y yo.

-Ahora son mejores.-Puaj, Irene está enamorándose.

Él se sienta y apenas lo hace suena una risita, Gro, saca su Samsung última generación, supongo que noticias de Zarina, un instante después cuando comienza a leer en voz alta lo confirmo:

-Buenos días bellezas, tengo una sarta enorme de chismes nuevos: Laurel se tiró a Brandon el cap del equipo de Lacrosse. ¿Qué puta no lo creen? Por otro lado, el sexy Grove Kalassi de la casa licántropo es el nuevo-y súper caliente-novio de Irene. Y para completar tal parece que la monarquía crecerá porque ayer vi como Alex chocaba con Loki el emo. Iugh. ¡Aléjate de él, Alex! Por último faltan solo cinco o seis semanas para los juegos XVII. ¡Estoy sedienta de sangre! Eso es todo por ahora, besos y abrazos, Zarina.

-Auch, descubrieron a Laurel.-comenta Helena antes de romper en risitas.

-Totalmente.-luego mi voz se vuelve más decidida.-Pero yo en serio quiero al "emo" en mi grupo.

-¿Uh? ¿Qué?

-En serio quiero que Loki forme parte de mi grupo de populares, ¿okay?

Tal parece que esto de ser el rey de la monarquía en Harrison se me está subiendo un poco a la cabeza, pero cuando mis tres amigos responden en acuerdo, me doy cuenta de que ellos no creen que se me esté subiendo nada.

__________

Luego del desayuno busco como loco a Loki Hale, pero no me honra con su presencia hasta la tercera hora, supongo que le gusta el arte, porque es exactamente la clase en la que estamos: Educación del arte. Loki lleva el uniforme de la casa Unicornio: su pantalón es largo y blanco, lleva un par de mocasines negros y un suéter color violeta, su insignia es un unicornio tan blanco como la nieve sobre una ladera tan verde como sus ojos. Su cabello es más claro que el de mi bestie, de hecho está tirando como al naranja. No le dirige la mirada o la palabra a nadie, sólo camina cabizbajo hasta el final del salón en donde se sienta.

Nuestra profesora entra al salón y comienza la clase. Ugh, tendré que esperar a que termine para hablar con él. La mujer no consigue aburrirme ni un segundo a pesar de que el arte no es exactamente lo mío. Es incluso una clase entretenida.

-Alumnos, para la próxima clase deberán hacer una pirámide de base cuadrada con ochenta centímetros de alto y es en grupos de cinco.

Rogando-lo sé, está mal-que Loki se quede sin grupo; me levanto como un rayo y vuelo hacia él. Sus ojos verdes están llenos de ira, sospecha y tristeza. Le han hecho mucho daño, pero voy a intentar ayudarlo.

-¡Hola! ¿Eres Loki Hale, cierto?-me da un corto asentimiento con la cabeza.- ¿Te gustaría estar en mi grupo?

Parece genuinamente sorprendido y desconfiado al mismo tiempo.-Seguro.

Me siento en una esquina de su pupitre y lo ataco:

-¿Cómo estás?

-Supongo que bien.-gruñe, aunque veo en sus ojos la añoranza.

Quiere amigos. Y eso es justo lo que le daré.

-Me enteré de que te has cortado.

Su piel de por sí ya cenicienta-sin peca alguna al contrario de Irene quien posee unas cuantas en el puente de su nariz-, se torna aún más blanca. Y su última defensa cae.

-Sí, lo he hecho.-tartamudea, bajando la mirada.

-No lo hagas más, ¿sí?-tomo sus manos, hecho que lo sorprende y cuando me ve le sonrío, y es como si yo fuera el sol para él.

-Lo intentaré.-no intenta alejar sus manos de las mías, pero tampoco sonríe.

-Ahora te presentaré a los chicos.-alejo mis manos de las suyas y con un gesto los llamo.

Para mi sorpresa y la de mis amigos él los señala y espeta:

-Tú eres Irene Simmons, tú Grove Kalassi y tú... Tú eres Helena Ruggieri.

-Lo siento.-se disculpa mi rubia amiga.

-¿Por qué?-la voz de Loki gotea ira y está tenso.

¿Qué diablos está pasando aquí?

-Por no defenderte de esa perra, Loki. Cuando hizo tú sabes qué.

De acuerdo, ahora parece que estos tres quieren dejarnos a Irene y a mí a oscuras.

-No pasa nada.-responde.-Todo está perdonado, tú no eres ella.

Luego él nos regala la más pequeñas de las sonrisas, pero al menos está sonriendo, ¿no?

El Internado HarrisonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora