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POV NARRADOR

Luego de que se bajan de los vagones de la "casa endiablada", Loki es arrastrado por Ian hacia una atracción que gira en círculos, y que tiene forma de tazas sobre platos. Los ojos marrón rojizo de Ian perforan los verdes de Loki, mientras toma sus manos.

-¿Te gusta estar aquí?-pregunta Ian, inseguro.

Loki le regala una de esas extrañas-y escurridizas-sonrisas suyas.-Sí, cada uno de ellos es genial. Incluso Helena.

Ian asiente, emocionado. El juego finaliza y él comienza a arrastrar al otro sin ningún tipo de pena hacia el baño público. Un nudo se instala en la garganta del pelirrojo, pero a pesar de eso, se deja arrastrar. Cuando el castaño se asegura de que adentro está vacío, pasa el seguro quedando ambos encerrados en el interior.

Entonces, comienza a besarlo. Sus manos acarician su espalda por debajo de su camisa, dentro del beso, Loki deja escapar un leve gemido que provoca que el otro sonría de forma pervertida. Ian con sus musculosos brazos lo sube al largo mesón de granito negro en donde están los lavabos. Deja caer su camisa en el lado libre; en seguida le arranca la suya al otro. Comienza a mordisquear sus pezones aterciopelados color de rosa, debido a ello, es recompensado por la sarta de gemidos de Loki.

Aleja sus labios rojos de sus pezones y lo besa con necesidad, luego se deshace de su jean y de su bóxer, besa sus pómulos de mármol, luego chupa cuanto puede la piel sensible debajo de su mandíbula; sin contemplaciones deja un camino de saliva desde entre sus pezones hasta llegar a la palpitante erección del pelirrojo. En seguida, hace algo que le provoca una inmensa cantidad de vergüenza. Lame la rosada cabeza de su miembro y a medida que introduce más y más de la erección, más gime el otro.

-Detente.-tartamudea entre gemidos Loki.-Yo...

Sin poder evitarlo llena la boca de su amante con su semilla, quien sube el rostro y clavando sus ojos de fuego lame sus labios de placer. Mientras que el otro siente que su corazón escapará de su pecho. Decidido, Ian deja caer su blue jean, permitiendo que su erección se libere; tan grande y dura como es. Voltea al amor de su vida y lo deja viéndose a sí mismo mientras está a cuatro patas.

Su caliente lengua lame sin piedad la virginal entrada del pelirrojo, un minuto después uno de sus dedos se desliza en su interior, provocando que de un brinco. Para el tercero, lagrimas adornan el sonrosado rostro del otro.

-Sólo relájate, mi amor.-pide Ian, mientras que su cara adquiere el tono más rojo posible.

Saca sus dedos de su interior y en su lugar, la dura punta de su miembro toma su lugar. Con toda la delicadeza de la que es capaz comienza a desflorarlo.

-¡Joder Ian, entra de una vez!-gruñe, exasperado.

Obedeciendo, se introduce por completo. Los ojos verdes lagrimean debido al intenso dolor, pero a medida que su cuerpo se acostumbra a su anchura y su largo aquello se convierte en el mejor placer. Loki mueve su cintura, pidiendo a gritos que lo embistan. Por supuesto el otro lo entiende perfectamente, porque comienza a bombear sin piedad. El baño se llena con la unión potente de sus gemidos de placer. Ian toma entre sus dedos la erección del pelirrojo y comienza un vaivén delicioso, que, combinado con el de sus caderas, apenas permite que él piense.

Loki deja que su semilla se libere manchando la mano de su amante, el mesón y un poco del espejo. Sus paredes internas se aprietan con fuerza, asfixiando deliciosamente la erección del otro, que tras unas cuantas embestidas más se deja ir. Ian sale de su interior, mientras que el pelirrojo se sienta adolorido.

-¿Podrías dejarme solo un momento?-pregunta Loki.

-Mmm, ¿por qué? Somos novios.

Loki, molesto se cruza de brazos.-Aunque seamos novios, necesito mi privacidad idiota.

Tras decir aquello, se arrepiente en seguida. No sabe si eso lastimará al otro, pero cuando una soberbia sonrisa alumbra su semblante, sabe que aquello no fue así.

-¿Así que sí somos novios?-pregunta burlón.

Pone sus ojos en blanco.-Ajá. Sí. Somos novios. Ahora vete.

-De acuerdo.

Ian lo besa y sale, dejándolo solo. Loki no puede evitar sonreír, es que cree que lo ama. Luego de limpiarse lo mejor posible, se viste y sale. Por supuesto su novio lo espera en el exterior. Cuando entrelaza su mano con la suya, ambos sonríen. Parece que el mundo es perfecto y todo está en su lugar.

El Internado HarrisonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora