El Internado Harrison

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P.O.V Alex

Nuestra semana sin clases-debido a los Juegos XVII de Harrison-llega demasiado rápido para mi gusto. Em nos permite levantarnos algo tarde, aún así a las nueve y quince ya estamos todos en la sala común de la casa. Nuestra líder luce brillante-en ese modo guerrero-, cuando habla, su voz resuena y todos escuchamos.

-Buenos días chicos.-contestamos.-Hoy elegiremos a dos de ustedes para que nos representen.

Los gritos y chillidos de expectación llenan el aire. Ella levanta las manos pidiendo silencio.

-Va a haber una votación. Las chicas nominadas son: Jonnaha Liant, Theresa Delacour y Miriam Bellefleur.-los chillidos llenan el aire y tres chicas se acercan a Em. Una tiene cabello rubio ceniza oscuro, otra tiene cabello negro y la tercera lo tiene teñido de rosa oscuro.-Y los chicos son: Leonardo Rubeos, James Hitsed y Alex Zeller.

Un chico de cabello rubio arena y otro que parece latino se acercan a Em, y yo también aunque mareado.

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Cuarenta y cinco minutos después, luego de que Em y un chico de último año cuentan los votos mi líder anuncia feliz que Miriam Bellefleur-la chica de cabello rosa oscuro- y yo somos los elegidos, gritos de excitación y júbilo llenan el aire. Mientras que siento como si estuviera flotando. Con un poco de esfuerzo ella nos guía a ambos hacia su cuarto.

-Escuchen chicos.-empieza.-Sólo uno gana los juegos.

Asentimos y Em comienza una especie de charla emotiva junto con estrategia. Pasamos un largo rato escuchándola, y cuando acaba nos permite irnos. Miriam me desea suerte y entro a mi habitación. Mi bestie grita de emoción, me estruja y pide a gritos que le patee el culo a todos-incluida mi compañera.-Asiento, y sonrío.

El miércoles es el día en que se realizarán los juegos. Por la mañana cuando bajo con el uniforme para los juegos-un short negro, nikes negras y una camisa azul oscuro con nuestra insignia en el lado izquierdo y nuestros apellidos en la espalda-, y salimos, veo la decoración de la casa. Cintas celestes entrelazadas con otras de color oro cuelgan como vides y en el centro un cartel blanco con mi nombre y el de Miriam escritos en letras doradas. Todos nos animan a mí y a Miriam, así que cuando empezamos a ir hacia el lugar en el que empezaran los juegos no estoy tan nervioso.

Al final, resulta que el inicio de los juegos es en la entrada al terreno. A lo lejos veo a Helena y a Brandon, Loki está acompañado por una chica de cabello muy largo y muy claro, casi blanco. Grove tiene de compañera a una chica de cabello negro muy denso y de piel también negra. Em nos desea suerte, por lo que tomamos eso como una despedida y nos encaminamos hacia allí.

La directora-una mujer vieja que probablemente haya conocido a los dinosaurios-comienza con su largo discurso, al final nos explica que hay dos deportes este año: atletismo y arquería. Ahogo un grito de alegría, acto seguido nos guía al inicio del bosque. Nos desea suerte y pide que siempre corramos en línea recta.

Lo que parece ser un gong resuena dejándome levemente aturdido, realmente no siento el momento en que mi cuerpo se lanza a la carrera. Lo único que siento es las ramitas que golpean de vez en cuando mi rostro y el viento. Cuando estamos frente al lago me doy cuenta de que tras pasarlo, están nuestros guías-o eso creo, al menos-, sin siquiera sacarme las medias me lanzo a la helada agua, pataleo con fuerza.

Cuando llego al otro lado, estoy temblando y mis dientes castañean. Tal como había pensado veo a Leo frente a mí, con un uniforme realmente sexy que... concéntrate Alex, no te hace falta una erección justo ahora.

-Hey, Leo.

-Hola, sirenito.-fuerzo a mis pulmones a recuperar el aire.-Por allá tienen arcos y flechas, el que clave más flechas en las dianas, gana.

Corro hacia el lugar y con velocidad me pongo el carcaj y aferro un arco. A mi lado Helena lo hace con la misma eficacia. Leo nos explica en donde estarán las dianas, por lo que corro en su búsqueda. Clavo flecha tras flecha en el centro de cada una, hasta que se me agotan.

Por lo que supongo que ya debo volver, tras unos minutos Helena, Loki, Grove y sus respectivos compañeros regresan. Leo va en busca de las flechas, cuando regresa chilla:

-¡La casa sirena gana!

Miriam y yo saltamos como locos, Leo nos explica que tenemos que hacer el recorrido de vuelta, por lo que veloces lo hacemos. Cuando vuelvo a salir del agua, estoy hecho un asco, estoy seguro. Mis dedos están adormecidos, y mientras corro de regreso sin zapatos, una rama se estampa contra mi mejilla derecha, desgarrando levemente. Al llegar al lugar en el que empezó, me doy cuenta de que todas las casas están reunidas esperándonos.

-¡Alexander Zeller y la casa sirena ganan!-exclama la vieja directora.-Los gritos de emoción de tres casas llenan el aire-como es obvio, la casa Fénix no está exactamente feliz de que sus mayores rivales ganen-pero cuando nuestra directora continúa hablando, sólo mi casa celebra.- ¡Y como ya saben eso significa que los exámenes finales para todos y cada uno de los integrantes de la casa Sirena están suspendidos!

Ella nos explica que Grove y su compañera quedaron en cuarto lugar, Loki y su casa en tercero y Helena y Brandon en segundo. Estoy súper emocionado cuando me acerco a abrazar a mis amigos, incluso estuve a punto de abrazarme con Grove. Un instante después Em viene a por mí-y una emocionada y muy risueña Miriam-para llevarme de vuelta a nuestra casa.

Ella se asegura de estrujarnos con fuerza a ambos y de felicitarnos, cuando finalmente entramos a nuestra residencia mis pies están matándome debido al dolor. En nuestra sala común me reciben gritones mis amigos-Ire, Lafayette, Kenji-y el resto de los integrantes. Miriam consigue escaparse pero a mí me cierran el paso. Tras muchos abrazos, apretones-y hablo también de unos ocasionales en mi culo-finalmente nuestra líder consigue que me dejen ir a ducharme.

Al verme en el espejo tengo que ahogar un gritito. Mi cabello está completamente enmarañado, lleno de ramitas y hojas; mi ropa tiene una levísima escarcha por la helada agua del lago, mis labios están casi blancos y la herida en mi mejilla ya está cicatrizando pero la sangre se encuentra manchando alrededor de mi mejilla.

Me deshago de la ropa-en serio, la dejo caer en la basura-y tomo la ducha más larga que puedo con el agua más caliente que soporto. Cuando entro a mi habitación, mi bestie me felicita, y al darse cuenta de mi corte, le agrega alcohol y una bandita.

Mientras charlamos como locos debido a la emoción de que no tendremos exámenes finales, me encuentro anhelando besar a Grove.