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P.O.V. Alex

-Lo siento, Brandon yo...-digo, con voz estrangulada.

-Está bien Alex, yo te enti....-se le quiebra la voz, y comienza a llorar

Instintivamente lo abrazo, Brad no me corresponde, pero al menos, no se aleja.

-No quiero que te alejes de mí-digo, apretándolo más fuerte-Yo te quiero y lo sabes.

-Necesito tiempo.-gruñe.-Para perdonarte.

-Lo sé-mis lágrimas ya caen salvajemente.

-Nos vemos Alex.

-Adiós, Brandon

¿Cómo es que yo hace unas veintiséis horas estaba bien y ahora, mi cara esta empapada y le hice tanto daño a Brandon? Oh, cierto, la razón tiene nombre y apellido: Grove Kalassi.

30 minutos antes

P.O.V NARRADOR

Su cabeza esta vuelta un lio, realmente no sabe que pensar. Hace veinticinco horas le había admitido a Grove que lo necesitaba y que solo quería estar con él. Y tal parece que la cosa es recíproca, entonces... tiene que cortar con Brandon.

Alex lo quiere, es solo que no se merece que su novio este con otro a sus espaldas. Se incorpora y se viste rápidamente. Sale de la casa Sirena y le envía un sms a Brandon.

El rubio tarda unos diez minutos en llegar, a Alex se le hace un nudo en la garganta y el ácido estomacal le sube hasta la garganta. Comienza a morderse con fuerza la mejilla interna.

Actualidad

P.O.V Alex

Me recuesto contra el césped y clavo mi mirada en el cielo celeste e intento pensar en todo lo bueno que pase con Brandon, lográndolo. Este es un chico increíble que merece a alguien mucho mejor que yo, ¿por qué mis acciones siempre terminan lastimando a alguien?

Un par de minutos después siento que alguien se echa a mi lado, me volteo algo demasiado brusco, y reconozco el cabello marrón de Ian, con sus gigantes ojos café-rojizos. Más lágrimas caen. ¡Dios santo! ¡Odio verme débil! Él me acaricia la nariz y sonríe.

-¿Qué pasa, pequeñín?

Si estuviéramos en otras circunstancias lo golpearía, pero me inclino mas por contarle todo, y así lo hago. Entonces en resumen, solo Irene, Loki, e Ian saben por completo mi historia. Ian me ve con una cara de trauma y sorpresa total durante varios minutos, luego respira profundo y se levanta.

-Vamos-dice, extendiéndome su mano.

Durante varios segundos no sé si tomarla, pero en serio necesito olvidarme del mundo un rato así que la tomo. Ian me levanta sin mucho esfuerzo, caminamos lado a lado hasta la casa Licántropo. Genial, espero que Gro no me vea.

-Espérame aquí-dice entrando a la casa.

Me muerdo el labio inferior durante unos segundos, luego comienzo a trenzar mi cabello que ya casi pierde por completo el celeste de las puntas. Cuando termino, comienzo a morderme la uña del dedo pulgar. Mi consciencia me asegura que soy una puta, pero yo peleo contra ella, asegurándole que Ian es solo uno de mis besties.

De todas formas tengo que teñirme de nuevo el cabello, sigo meditando acerca de los colores hasta que Ian sale con una gigante sonrisa, que logra hacerme reír a mí también. En uno de sus dedos esta un llavero con las llaves de algún auto.

-Leo me prestó su auto.

Caminamos hasta el estacionamiento y allí frente a nosotros un precioso Camaro color aguamarina nos espera. Entramos velozmente e Ian acelera, unos veinticinco minutos después llegamos a un parque de diversiones.

-¿A dónde quieres ir primero?-me pregunta

Me quedo unos segundos callado, analizando si esto está bien, antes de finalmente sonreírle y espetar:-A la montaña rusa

Haciéndome caso nos dirigimos a esa atracción. La adrenalina comienza a llenarme el cuerpo, pero cuando nos bajamos la culpa es más fuerte que antes: Yo estoy divirtiéndome y Brandon seguramente está llorando. Qué asco doy. De verdad soy un ramero. Los ojos se me llenan de lágrimas, que escondo al gritarle a Ian:

-¡Quiero algodón de azúcar!

El susodicho se asusta un poco, luego me toma de la mano y me jala hasta un puesto con algodones de todos los colores.

-¿Color?-pregunta juguetón

-Lila

-Seguro su majestad.

Aquello me hace reír como foca con epilepsia, el hombre del puesto me da mi algodón lila e Ian pide uno naranja para él. Cuando terminamos de comerlos salgo corriendo hacia los carritos chocones, a penas la atracción comienza choco varias veces a Ian. Me sorprendo al escuchar mi risa, pero no la detengo. ¿Por qué tengo que sentirme mal? Hice lo correcto, era peor que continuara con Brandon sintiendo lo que siento por Grove.

-¡Ahora el Revolución!-grita el castaño.

Trotamos hasta allí, y tenemos que hacer una cola, aunque cuando comienza grito y rio al mismo tiempo. Cuando bajamos Ian recupera el color.

-¡Miedoso!-chillo y el comienza a reír.

-Ahora vamos a por helados.

-¡HELADOOO!-grito alargando la "o"

Nos montamos de nuevo en el Camaro de Leo. Y conduce hasta la heladería "Copo de nieve" Al menos veinte sabores distintos se presentan brillantes, ante mí. Por supuesto mi yo gordo se babea antes de gemir pidiendo:

-Quiero vainilla, brownie, torta suiza, chispas de chocolate y sirope de caramelo

La chica que atiende pones los ojos como platos, pero sirve mi orden. Ian no se queda atrás es tan extravagante como yo.

-Yo quiero limón, chocolate, brownie, maní, chispas de colores y sirope de fresa

Cuando tenemos nuestros helados y nos sentamos, no podemos evitar reír. La cara de la chica era todo un poema. Mi helado se termina antes y quiero probar el de Ian, así que hago algo muy atrevido, hasta para mi, considerando que las chicas y algunos chicos no dejan de babear por nosotros.

Me inclino sobre la mesa y apoyo mis manos, Ian me ve confundido luego yo lo beso-¿qué clase de persona soy?-y cuando nos separamos me meto en la boca el helado. Aunque la combinación que hizo es asquerosa. Mi castaño amigo esta rojo como tomate. Así que digo en voz alta:

-Ese helado esta asqueroso

-Claro que no-responde él y me saca la lengua.

-Como sea, ¿qué rayos pasa con tus papilas gustativas?

¿No qué rayos pasa conmigo? Ian ríe a carcajadas y yo trato de hacerlo también, especialmente porque todas las personas que antes babeaban por nosotros ya no lo hacen. Cuando terminamos salimos del centro comercial y nos vamos al Internado.

Es genial que este chico sea uno de mis mejores amigos, lo que no es genial es yo lo haya besado. Dios, espero que Loki no se entere. 

El Internado HarrisonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora