P.O.V Alex
Miércoles.
Miércoles de mierda.
Hoy tengo deportes.
Gracias a la maldita de Zarina nos enteramos de que Jean Dunois oficialmente ha dejado el cargo de profesor y está de lo más feliz en Francia. ¿Y yo? Yo estoy esperando por el nuevo profesor. También, por supuesto, porque Grove me hable de una maldita vez.
-Buenos días, chicos-dice una mujer.
Creo que tendré una profesora, no un profesor. La mujer tiene el pelo negro atado en una coleta, su uniforme es como el de Jean y sus tetas, sin dudas son de silicona. De hecho me recuerda demasiado a...
-Mi nombre es Gia Lazaral.
¿Lazaral? ¿Otra maldita Lazaral? Joder, tiene que ser una maldita broma cósmica.
-¿Quién es el mejor con arco y flecha?-todos me apuntan-¿Cuál es tu nombre?
-Alex Zeller.
-Muéstranos que puedes hacer, Laurel me ha hablado mucho de usted.
Claro que sí.
Veo a la maldita esa y la asesino con los ojos-. ¿Qué le dijo de mí a su hermana? Voy a paso decidido hasta el arco y las flechas, coloco el carcaj en mi hombro y me pongo delante de un objetivo. Lanzo la flecha y acierto con facilidad.
Sigo lanzando y acertando hasta que las flechas se me acaban. Todos me vitorean, excepto, Laurel. Hasta su hermana lo hace. Okey... ¿Acaso mi profesora es la manzana buena de su familia?
-Muy bien-dice sonriéndome-Ahora vamos a la teoría.
Vemos un buen rato teoría de deportes, hoy el deporte escogido es Fútbol. Luego Ire es escogida como líder y un chico de la casa café como el líder del otro equipo. Los últimos en ser escogidos somos Laurel y yo. Mi bestie a mí, el chico a ella.
Comenzamos un partido de fútbol. Que en pocos minutos se vuelve muy reñido, estamos empatados tres a tres. Cuando estoy a punto de hacer gol, alguien me golpea en el estómago.
Todo el aire abandona mi cuerpo y caigo al suelo. Escucho un fuerte chillido. Justo como el de un silbato.
-El equipo de Simmons gana-grita la profesora Gia.
-¿Por qué?-chilla la zorra de Laurel, que estoy seguro fue quien me golpeo.
-Porque usted hizo trampa, de hecho, también porque soy el árbitro y decidí que ellos ganaron.
-Pero Gia...
-Gia nada, aquí soy la profesora Lazaral y usted raspó esta actividad.
Laurel sale chillando de la cancha. No me lo puedo creer ¿Una Lazaral protegiéndome? Y, ¿luego qué? ¿Las vacas volaran?
-¿Estás bien?-me pregunta Gia, extendiendo la mano.
-Sí, gracias profesora-le respondo, cogiendo su mano y levantándome.
-Laurel está peor de lo que pese-dice suspirando-Es toda una perra.
¡Buh! Perra.
Hasta tu hermana lo dice.
Alex: uno, Laurel: cero.
-Bueno chicos, hasta el próximo miércoles.
P.O.V NARRADOR
Kenji no puede dejar de pensar en Grove, necesita sacar la verdad de su pecho. Pero por supuesto está asustado de que se enteren de su pasado, por eso decide seguir callado.
Por su parte Grove, no ha dejado de pensar como probar que Alex no es su hermano y de paso como matar a Brandon y recuperar a su chico. Pero sabe que para ello necesita al menos un poco de su cabello para la prueba.
Con una llamada convence a sus abuelos para hacer la dichosa prueba, ellos no se oponen pero aseguran que él necesita el cabello del chico que cree que es su hermano-el rubio ni siquiera se le había ocurrido decirle a sus abuelos que sospechaba que Alex es su hermano-, entonces lo que tiene que hacer es conseguir el ADN de su amado.
¿Pero cómo lo consigue? Lo único que se le ocurre es incluir a alguno de sus amigos en esto y velozmente escoge a Kenji, pues todo esto es culpa suya. Al principio el japonés se resiste, pero por muy poco tiempo. Saber la verdad le ensuciaba el honor pero no podía decirla.
Decide ayudar a Grove, por la noche mientras Irene y Alex están en las duchas se escabulle en la habitación y consigue un cepillo de Alex, que guarda en una bolsita plástica. Luego va a la residencia del rubio y se lo entrega.
-Por favor, encuentra la verdad, Grove.
P.O.V. Alex
Lunes de nuevo.
Quiero pegarme un tiro, en serio odio los días lunes.
Nos sentamos todos juntos. Pero resulta incomodo, Grove apenas habla con Ian y ocasionalmente con mi hermanita y Helena. Kenji no le dirige la palabra a nadie, mi bestie y Lafayette parecen estar en su propio mundo. Loki está de muy mal humor últimamente.
Aquí viene lo incómodo: Brandon. Y también el chico nuevo: Lucas Espinoza, un chico que se transfirió recientemente al Internado desde España y que no deja de intentar algo con Helena, quien no deja de darle desplantes.
Gia a lo lejos, en la mesa para profesores, me saluda con la mano, le devuelvo el gesto con una sonrisa. Falsa por supuesto, porque justo ahora no tengo ganas de sonreír, especialmente cuando veo a la zorra de Noelle entrando al comedor muy pegadita de mi ex. Sus ojos celestes se clavan en los míos.
Solo unos segundos, porque en seguida me volteo a ver los ojos verdes de Brandon.
_____________
Medio día. Hora del almuerzo. Juntos otra vez. ¡Agh! Mi comida está del asco.
Brandon, quién ya se lleva mejor con mis amigos, dice un chiste. Y todos estallamos en risas, excepto Lucas quien no lo entiende muy bien. Como sé hablar español trato de traducirle lo mejor que puedo, pero no suena tan chistoso en el complicado español. No obstante al chico parece causarle risa. Me quedo viéndolo durante más tiempo del que debería pero demonios, maldita sangre de gente que habla español. Son tan sexys. Tiene abundante cabello castaño claro, ojos color miel y su labio superior es más grueso que el inferior. Es todo un bombón.
Dejo de verlo porque siento un líquido caliente y pegostoso recorrerme el cuerpo desde la cabeza hasta las piernas, luego de limpiarme los ojos, noto que estoy... verde.
¡Literalmente! Malditamente verde.
Me levanto y reconozco a la que es la culpable, lo sé. Se le nota en la sonrisa malvada.
-Eso es para que aprendas que NADIE se mete conmigo, perra-dice remarcando el ''nadie" y estallando en risas nuevamente.
-¿Sabes algo?-digo riendo-Odio el color verde. Para la próxima mejor báñame en color azul. Zorra.
Con la dignidad que me queda salgo del comedor. Maldita Laurel Lazaral.
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El Internado Harrison
Teen FictionHarrison es un enorme-y hermoso-castillo construido en el siglo XV, y hasta inicios del siglo XIX fue el hogar de la monarquía, poco después fue convertido en un Internado Élite. Eran cuatro los fundadores del internado, cada uno de ellos fue el líd...