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P.O.V Alex

La próxima semana paso casi todo mi tiempo con los Kalassi, aunque sin el conocimiento de mi bestie, quien ha estado ocupada con Olivia, jugando a ser la chica dulce de la alta sociedad. Por supuesto, como Olivia y mi madre son mejores amigas, Alyssa y yo también tenemos que jugar el mismo juego. Sin embargo, durante el día, yo escapo para estar con Grove, mientras que Alyssa e Irene se divierten juntas.

Hoy, Lara y Grayson me piden que cuide a Grove, debido a que ellos tienen que ir a resolver unas cuantas cosas. Por supuesto, asiento, feliz de estar más tiempo con él.

-¿Cuándo te darán de alta?

-Dicen que en un par de días.-gruñe, molesto.-Quiero irme a casa ya.

Asiento, de acuerdo con él y luego hago que se arrime para poder acurrucarme con él.

-Tengo algo para ti.

Me pongo rojo.- ¿Qué?

-Tú pensaste en mí cuando viste esa pulsera.-él me besa.

-Pero tú no has podido salir de aquí.

-Tengo a mis abuelos.

Luego me da una cajita larga color rosa oscuro, lo fulmino y me sonríe prepotente. Al abrirlo me encuentro con un collar precioso. Es una cadena de oro negro con un corazón de rubí.

-¡Esto es hermoso!

-Sí, lo es.-asiente.-Además como que hace juego con mi pulsera.

-Gracias, Grove.

Me inclino y ya estamos besándonos. No sé que somos o que va a pasar con nosotros pero por ahora, solo disfruto de "esto".

____________

Como de mis gomitas mientras el ascensor sube, luego dejo de comerlas para poder compartirlas con Grove. Abro la puerta de su habitación y me encuentro con la sorpresa más desagradable. Por supuesto esta tiene cabello negro, ojos de hielo y es una perra.

-¿Cómo estás Grove?-pregunta con la voz goteando falsa preocupación.

-Estoy bien, Laurel.-gruñe.-Pero mejor vete, fue un completo error estar contigo. Estoy enamorado de alguien más.

-¡No irás a decirme que de la pelirroja oxigenada esa!-grita y entonces me apunta.- ¡O peor, del marica!

Por supuesto mi diminuta paciencia se acaba, dejo caer las gomitas y le grito:

-¡Dale gracias al Creador de que estamos en una clínica, perra!

Es entonces cuando salto sobre ella, le estrello el cráneo contra el suelo. Laurel chilla pidiendo ayuda, aquello me irrita en sobremanera por lo que le rompo el labio. Estoy a punto de abofetearla de nuevo cuando el doctor llega, y me separa de la muy zorra.

-¿Se encuentra bien, señorita?

-Ahora sí, doc.-dice, muy seductoramente. Pongo los ojos en blanco.

-Me parece que usted necesita un examen psicológico, joven.-me espeta, mientras que una sonrisa malvada se forma en el rostro de Laurel.

A pesar de que quiero resistirme, al final Grove me convence de que vaya, por lo que lo hago. El doctor me escolta a través de pisos y largos pasillos hasta que por fin llegamos hasta una puerta en la que se lee: "Dr. M. Harker". Aunque toda la clínica huele a muerte, antiséptico y sangre, en cuanto paso por la puerta el olor que llena mis sentidos es algo parecido a la miel.

El doctor que me escoltaba le explica la situación y luego me deja a solas con el psiquiatra. El hombre parece ser latino, tiene cabello castaño rojizo, profundos ojos marrones enmarcados por unos espectaculares lentes sin marco y cuerpo atlético.

-Hola, soy Moisés Harker.-se presenta, sonriendo.

-Alex Zeller.

-Es un placer conocerte, ¿te gustaría contarme por qué Miles te trajo aquí?

Suspiro profundamente.-Es una larga historia doc.

Sonríe aún más.-Tengo todo el tiempo del mundo.

Me dejo llevar por su sonrisa y le cuento toda mi vida. Él se saca los lentes, se acaricia la barbilla y luego me dice:

-Me doy cuenta de que tú posees mucha ira acumulada contra tu padre y contra la tal Laurel.

-Creo que así es.

No es realmente sorprendente para mí cuando empieza a escribir en un papel, estoy seguro de que es mi nueva prescripción médica, pero al dármela tiene un nombre raro y una hora. Estoy a punto de preguntarle, pero se me adelanta:

-Starbicj es un gimnasio, quiero que vayas allí mañana para que entrenes conmigo y con un amigo.-luego si me da una caja de pastillas.-Estas son para cuando te estreses, toma solo un cuarto de una, entera podría drogarte lo suficiente como para que duermas dos días seguidos.

-De acuerdo, Doc.-le sonrío.- ¿Nos vemos mañana entonces?

-Sí, descansa.-asiento y estoy a punto de cerrar la puerta cuando lo escucho gritar.- ¡Y trata de no golpear a nadie!

Me rio como idiota mientras camino para ir a despedirme de Grove.

___________

Llego justo a tiempo al gimnasio, y al entrar me doy cuenta de que es exactamente el mismo en el que estuve con Jean, busco con la mirada inconscientemente hasta que por fin reconozco la rojiza cabeza de Tobías, para mi sorpresa mi psiquiatra está riendo con él. Me trago la maldición que tengo lista para dejar salir y camino hasta ellos.

-¡Hola Doc!-saludo, enérgico.- ¡Hola Tobías!

Mi psiquiatra se sorprende de que conozca al entrenador, luego sonríe y me pide que lo llame "Moi" o "Moisés", por su parte Tobías me sonríe lascivo, me da un abrazo y me susurra al oído algo que suena como "Espero que hoy también te sientes en mi verga". Aunque no estoy completamente seguro.

-Quiero que boxees con él, para que liberes tensión.

-Con gusto, Moi.-luego, miro lascivamente a Tobías.-Busca mis guantes.

Él ríe a carcajadas y me trae los guantes rosados que utilice la última vez que estuve aquí. Esta vez, Tobías me da un poco de pelea, pero consigo aventajarlo-como antes-por mi altura y luego cae. Por supuesto, en seguida subo a horcajadas a su regazo, y comienzo a reírme de él.

-No puedo creer que cada vez que estamos en este cuadrilátero, te pateo el culo, amigo.

Se ríe y pone sus dos manos en mi culo.-E igual que la última vez, otra vez estás sobre mi verga.

Me muevo un poco-demasiado-seductoramente, hasta que obtengo su erección. Luego me acerco tanto a su cara que nuestros labios casi están rozándose.

-Es divertido estar sobre tu verga.

Se queda atontado viéndome con cara de deseo, sonrío ampliamente, me levanto de un salto; le tiro los guantes al pecho y huyo hacia mi psiquiatra.

-Creo que he liberado bastante tensión.

-Hasta sexual. 

El Internado HarrisonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora