A pesar de las miles de discusiones que tuve con Dierk sobre la fecha de la boda, terminó siendo antes de Navidad, justo como él quería, retrasó así todos mis planes y trajo dificultades dentro del asentamiento de Maxim. Ya somos una carga demasiado pesada para ellos. Pese a que he mandado a Dasha a Nueva Zelanda con mi familia, y yo paso la mayor parte del tiempo en el ático de Liebeskind, Sergéy aún depende de ellos, y mantener a un soldado como él es costoso. Su alimentación y su entrenamiento deben ser perfectos.
Por suerte, el tiempo ha pasado rápido y solo restan cinco días para la ceremonia. He hablado ya con Dierk sobre nuestro trato y ha dicho que en cuanto estemos casados, todos sabrán quién soy y entonces su ejército estará a mi disposición. Espero que al menos su honor lo obligue a cumplir su palabra.
Estos dos meses han sido difíciles. Semanas de planeación con Sergéy y Maxim. Problemas con Mallory y Jessika, ni hablar de lo pesado que se pone el hermano de Dierk, Ancel, a veces. Me dan ganas de mandar todo a la mierda, pero rompería la fachada que con tanto esfuerzo he mantenido con Dierk. Para él estoy enamorada hasta perder el sentido cuando estoy a su alrededor, nada más lejos de la realidad. Muchos creerían que con tanto tiempo junto a alguien que se comporta como caballero, es guapo y además da los mejores orgasmos, el amor fluiría con naturalidad. Sin embargo, no es mi caso. Sé perfectamente que Dierk también actúa y que pretende enamorarme para conseguir más de mí, mas este es un juego de dos en el que yo voy ganando. Él cree que estoy pérdida por su persona, y eso me da mucha ventaja.
Con el tiempo he aprendido a pensar igual que los tipos como él.
No les interesa nada más que el poder, no importa lo que tengan que hacer para conseguirlo, les da igual a cuántos lastiman para obtener lo que quieren. Y yo le he dado a Dierk más de lo que puede palpar en sus manos, pero no le es suficiente. Necesita más para alimentar su ambición, incluso si tiene que matarme. Y no lo hará, no obstante, me torturará hasta el punto que desearé estar muerta. Y eso es algo que no estoy dispuesta a soportar. Primero le corto el cuello.
Después de tanta lucha, no estoy dispuesta a perder.
Temprano en la mañana, me despierto, y mi primera tarea del día es realizarme un test de embarazo. Observo cómo las líneas se dibujan en el aparato para dar un maldito negativo... como las otras veinte que me he realizado.
—¡Maldita sea! —Lanzo el test contra la pared.
Ni una vez hemos utilizado protección.
En todas hago que Dierk eyacule dentro de mí, y todavía no logro embarazarme. Siete putas semanas haciéndome pruebas y ninguna da positivo, ni siquiera las de sangre.
Ahora entiendo a la perfección la frustración de Larissa cuando se hacía estas mierdas sin resultado alguno.
Me veo en el espejo de mi baño, ¿y si soy estéril? Eso sería mi maldita ruina. Necesito ese bebé a como dé lugar. Tengo que tener un hijo de Dierk Liebeskind sí o sí.
—¿Svetlana? —escucho la voz preocupada de Sergéy detrás de la puerta.
—Déjame tranquila —le espeto.
Lo oigo suspirar.
—Sigues obsesionada con embarazarte. Olvídalo ya, no lo necesitas. Puedes tomar todo por ti misma.
Ignoro sus palabras. No es cierto. Tener un heredero del Linaje dentro de mí es mi boleto para la victoria. Ser vencedora depende de un hijo. Da igual si es niño o niña, ese bebé será la única persona con el apellido Liebeskind que quedará viva.
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La Rusa©
General Fiction***DISPONIBLE LIBRO EN FÍSICO*** Muchos piensan que estoy abatida, que han acabado conmigo. Se regocijan porque creen que exterminaron a Lana Záitseva. Sus mentes tan pequeñas no se detuvieron a pensar que podría estar viva. ¡Pobre crédulos! Estoy...