29 Parte 1.

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Sí, no lo negaría, dudé algunos minutos en hacerlo.

...Mi mano izquierda apretaba las sábanas, mientras mi espalda estaba arqueada. De mi boca salían jadeos, uno tras otro.
El dedo índice de mi mano derecha masajeaba mi clítoris con lentitud.

No quería que aquellos pensamientos estuvieran en mi mente en éste momento, pues se suponía que la estaba olvidado, pero, no podía evitarlo.
Sólo me imaginaba las veces que estaba con Dua, cuando nuestros labios estaban unidos, cuando nuestras pieles se tocaban, cuando ella estaba dentro de mi.

Y me encantaba, me encantaba sentirme de aquella forma.
El placer que me transmitía esa mujer me encantaba.

Ahora metía dos dedos a mi sexo. Un gemido salió de mi boca.
Sacaba y metía mis dedos con lentitud. Con cada pensamiento, cada roce de nuestras pieles, cada sentimiento de por medio, cada mirada... Todo aquello hacía ésto más placentero.

-...Dua... -pronuncié su nombre al ingresar el tercer dedo en mi vagina.

Coño, ahora era como que si yo no tuviera el control de mi mano. That's crazy.

Qué loco, para los que no saben Inglés.

Movía mis dedos con más rapidez, seguro dirán... "Que rápido llega ésta chica al orgasmo" y no, no soy yo, es Dua Lipa.

Sí, llegué al orgasmo minutos después, sentí que mi alma dejó mi cuerpo por un minuto, eso es lo que me hace sentir Dua.

Pero es que la escritora me hace enojar, ella hace muy cortos los smut, por eso es que nadie la quiere.

Por suerte, no pensé en lo que había hecho, pues después de aquello, sólo me sumergí en un increíble sueño.

______

-Tiempo sin verte, Camila. -me saludó la fotógrafa marihuanera.

-Pues sí, olvidas a tu cuñada, Lauren. -dije con una sonrisa.

-Lo admito, pero no lo hago por hacerlo, no, sólo he tenido días difíciles, pues mi trabajo ha estado algo complicado. -confesó y sólo asentí.

Quizá a aquellas chicas le incomodaría mi actitud, mis comentarios y, tal vez, mi presencia.
Éste era uno de los momentos en donde yo no me encontraba bien, en donde mis buenos ánimos eran escasos, en donde pensaba y, extrañaba a mi madre, a Sofia, en donde me sentía vulnerable.

Entre todo aquello estaba Dua.
Pensaba sobre ella, sobre lo nuestro, sobre las palabras que compartimos, pensaba en sí todo aquello fue real.
Y yo estaba segura, muy segura de que yo no era nada para ella... Me cansaba pensar en ella, pero no podía evitar que ella estuviera en mi mente.

Sí, ya estaba cansada de todo.

Me sentía cansada, pero más psicológicamente, éstas dos semanas habían sido pesadas para mi.
Mi rutina se había vuelto dura, aunque no podía quejarme, pues yo era la que había cambiado tal rutina.
Ahora todo era simple, pero aburrido y deprimente.
Despertaba, normalmente a las tres de la tarde. Almorzaba para luego volver a la cama, sólo dormía o, sino, veía alguna película, aunque a veces podría pasármela en las redes sociales. En la noche me daba una ducha si me apetecía.

-Camila, ¿irás con nosotras?. -sus palabras me sacaron de mis pensamientos.

-¿Ah?. -sólo pude pronunciar. Observé a la castaña.

-¿Dónde está tu mente, Camila?. -bufó irritada.

-Lo siento, estaba pensando. -ella negó.

-Siempre... -murmuró. -Saldremos a cualquier lugar, vamos, esperaremos por ti.

The psychologist. - Duamila Donde viven las historias. Descúbrelo ahora