18. One more fight

5.1K 277 3
                                    

                                                        ''Estoy cambiando.''


Cassie Delaney


Los nervios no habían abandonado mi estómago ni un segundo desde este mediodía. Macy y Tayson se fueron alrededor de las 5 de la tarde para prepararse y me vinieron a buscar a las 9:30 para llegar a las pistas a las 10:00.

Para cenar me había comido una simple manzana, y ni si quiera había cenado nada, por lo que les mentí a mis amigos cuando me preguntaron y yo les dije que me había cenado un buen plato de pasta. No tenía hambre, ni apetito, ni si quiera tenía el gusanillo. En mi cuerpo lo único que habría instalado eran nervios, cada vez más intensos.

Abro la puerta trasera del coche de Tay y la brisa caliente que muestra que ya es verano me acaricia mis piernas descubiertas. Me iba a poner algo provocativo, sexy y, para que mentir, un poco de guarra callejera. Pero no, aparté toda esa ropa de mi armario y fui a por lo más básico que tenía, mi estilo de cuando mi hermano aún vivía. Lo que llevaba era un outfit bonito, algo pijo, nada comparado con mi yo después de la muerte de Brian. Y sé que muchos, esta noche, quedarían sorprendidos, al igual que Macy y Tay, quienes me dieron su total aprobación, aparte de que no llevaba demasiado maquillaje, no como antes, que me ponía de todo en la cara hasta parecer de puro plástico.

Y, tal y como había previsto, con solo estar a dos pasos del circulo que siempre se forma al principio de la fiesta, más de 30 pares de ojos se posaron sobre mi, subiendo mis nervios e incomodidad aún más. En ese momento es cuando me encuentro con esos dos pares de ojos que tanto he llegado a odiar en estos días. Él, me mira fijamente mientras va entrecerrando sus ojos y aprieta la mandíbula. Mis ojos pasan a los de ella, que me mira burlona y divertida, como si estuviera disfrutando de la situación pero...¿que situación?

Entonces, sin darme tiempo a poder hacer nada, alguien me empuja con tanta fuerza que pierdo el equilibro y me estampo -con suerte- en la pared que tengo detrás mío. Es ahí cuando entiendo la diversión de Kate. —¡Eres una jodida zorra!— Y estamos otra vez, ya es como si tubiera que tatuar esa palabra en la frente, o ir a que me cambien el nombre en el DNI. A veces desearía que simplemente cambiaran de insulto, me da igual a cual, simplemente que lo cambiaran.

Miro fijamente los ojos hipnotizantes color miel de Justin y puedo ver el completo asco y desprecio que desprenden hacia mi. —¿Que mierda te pasa?— Pregunto, intento poner voz de indiferencia y de enfadada, pero tengo la mala suerte de que ha salido en un susurro roto, lo que hace que Justin estalle en carcajadas.

—¿Que qué me pasa?¿Quien mierdas te crees para pegar a Kate?— Sus gritos son de completa histeria, entonces él, sin dejarme decir una palabra más, continúa gritándome improperios a la cara. —¡Joder, supera que quiero a Kate, Cassie!— Cassie...me había llamado Cassie. Mi hermano me viene a la mente y mi estado de ánimo, el cual ya era malo, se vuelve pésimo. Quiero defenderme, pero no puedo, las palabras no salen de mis labios. —¿Ahora te quedas callada, puta de mierda?— Ya no me grita, pero todos los presentes escuchan la conversación atentos. —No intentes cambiar mis putos sentimientos hacia Kate, porque si quieres cambiar al mundo, empieza a cambiarte a ti misma.

—Estoy cambiando...— Digo en un susurro y cuando quiero continuar, muevo un poco mi mirada sobre su hombro y me encuentro a Macy peleándose con Kate, Tayson sujetándola y, justo al lado, me encuentro a Dylan mirándonos fijamente. Me mira con decepción, lo que me sienta como una patada en el Oops!. No viene, no me saluda, no me defiende. No hace nada, simplemente disfruta de la situación

Justin mira hacia donde estoy mirando y, sorprendentemente ignorando la escena de Kate y Macy peleándose, se ríe con cinismo. —¿Qué, tu principito ya se ha cansado de jugar contigo? Yo ya sabía que no ibais a durar ni dos semanas. No aguantas con el mismo tío ni aunque te pagaran, ¿o tal vez sí?— Se ríe, pero pocos segundos después se vuelve a poner serio. Si él supiera, si realmente fuera consciente que desde mucho tiempo, no me acosté con nadie más que él. Pero sus palabras me hieren en los más profundo, y antes de poder decir nada más, lo siguiente que dice me sienta como más de una apuñalada por cada zona de mi cuerpo. —Entiende que eres la puta del pueblo, nunca vas a conseguir que te amen. Mucho menos vas a conseguir que tú si quiera me gustes a mi. Para mi fuiste como una muñeca hinchable.

Me ofendo y como en ese momento el enfado es lo que me controla, mi mano está a punto de estampar-se contra su mejilla, pero mi acto se ve interrumpido cuando un puñetazo le gira completamente la cara y lo aparta unos centímetros de mi. —¿Pero que mierda haces, Justin?— Le grita el chico que lo ha pegado. —¿Desde cuando le haces o dices eso a las chicas?— ¿Quien era él?

No miro hacia arriba, me quedo con la cabeza gacha, pero su voz tampoco se me hace familiar. Escucho todo el barullo que se forma a mi alrededor, alguien me llama, pero ignoro todo y salgo de ahí con la poca dignidad que me quedaba. Mi orgullo acababa de ser pisoteado como el que más por la persona que me llevaba a otro mundo con solo una sonrisa, y creo que eso era lo peor.

Corro sin rumbo entre la oscuridad, escucho gritos detrás mío, también escucho mi nombre varias veces, pero a medida que voy corriendo el ruido de los gritos va disminuyendo, es cuando sé que me estoy alejando de la peor pesadilla. Había sido una mala idea ir.

—¡No!— Escucho a mi lado un grito de una mujer, seguido de un coche frenando bruscamente a mi lado. Abro los ojos volviendo a la realidad, dándome cuenta que he llegado a la calle que está a tres manzanas de mi casa corriendo. Me estoy ahogando, pero en el momento en que veo esa imagen delante de mi, mi respiración se corta por completo.

El coche, por desgracia, no ha conseguido frenar a tiempo colisionando contra el pequeño cuerpo de ese niño que no parecía tener más de 12 años. Veo como su madre se acerca corriendo mientras tiene su boca tapada, el conductor para el coche y sale rápidamente de él, no puedo verle bien, solo se que debe estar en una mediana edad, no más. Se agacha mientras el niño está en el suelo tirando, mirando hacia arriba. No llora, no abre la boca, no mueve los labios.

No dice nada.

Imágenes vinieron a mi cabeza como un torbellino. Mi hermano en el suelo, completamente inestable. Igual que ese pequeño de ahí, entonces mi cuerpo actuó, mi corazón hablaba en estos momentos y nadie ni nada podría pararme. Mis piernas se movían con rapidez y yo me acercaba al niño, hasta caer de rodillas a su lado. Le levanté la cabeza, le miré el pulso, y cada vez iba más lento.

—¡Llamen al 112!— Grito y en seguida el dueño del coche agarra su teléfono y llama. Como me gustaría que el que atropelló a mi hermano fuera como él. —Aguanta, cariño.— Digo con voz suave, no sé ni como a salido, realmente. Me lo quedo mirando a los ojos, me miran fijamente, y sé que esta haciendo su mayor esfuerzo por no cerrar los ojos.

Hago lo que aprendí mirando por las redes después de que mi hermano muriera. Lo pongo de lado, para que si vomitaba, no se lo tragara. Le acaricio la cabeza y noto a su madre a mi lado, que me mira fijamente con cara de admiración.

No debería mirarme así. No soy merecedora de una mirada así.

No sé cuanto tiempo pasa, pero alguien me coge de los hombros y me aparta con cuidado. Veo a los médicos revisar al niño, que sigue mirando,e, y luego ponerlo sobre una madera. Lo levantan, y con cuidado de no hacerle daño, lo ponen sobre la camilla. Todos lo rodean, su madre le coge de la mano, y los médicos dicen optimistas que el chico tiene oportunidades de salir adelante. El dueño del coche se sube al asiento conductor de este, para seguirlos. Yo me quedo ahí, con lágrimas acumuladas en mis ojos. Y solo me entran ganas de hacer una cosa.

Algo que quería hacer hoy, pero se me habían roto los planes.

Vuelvo a la plaza de las pistas, deseando interiormente que la carrera no hubiera empezado aún.

Bad; j.b Donde viven las historias. Descúbrelo ahora