13. Dave

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''Necesito su abrazo.''

—Buenas noches, hija.— Mi cuerpo se estremeció por solo el tono de voz al pronunciar la última palabra con cinismo y desprecio era lo que pude distinguir en ese tono, procedente de una voz que podía reconocer en cualquier parte del mundo. Obligándome a girar mi cuerpo sobre mis propios talones, me encontré con unos ojos de color verde oliva, difíciles de ver a causa de la poca luz a esas horas del día, pero que se podían distinguir gracias a las farolas que habían a nuestro alrededor.

Me lamí los labios, aún quieta en el sitio donde me había dejado Dylan. —Hola, mamá.— Dije en un tono bajo pero lo suficientemente alto para que ella pudiera escucharme. Una risa sarcástica se escapó de su boca y antes de que ella pudiera decir algo, yo me adelanté intentando sonar lo más inocente posible. —¿Cómo fue vuestro viaje?— Le pregunté mordiéndome el labio superior con nerviosismo.

Su cabeza se inclinó, no había expresión alguna en su rostro y sus ojos se entrecerraron hacia mí. —Bien.— Me respondió antes de moverse a paso lento en mi dirección para pararse a unos pocos centímetros de mi cuerpo. —Y que sea la última vez que me llamas mamá.— Me escupió sin ningún tipo de sentimiento, tragué saliva metiendo mis labios en mi boca antes de ver como subía la palma de su mano y la estrellaba con fuerza sobre mi mejilla izquierda.

Gemí ante el dolor y ardor, esa era la mejilla donde había recibido el golpe de Dylan la otra vez y, aunque ya la tenía casi curada, este golpe me había dolido como el infierno a causa de eso. —¿Te lo has pasado bien en tu revolcón?— Me preguntó fríamente haciéndome fruncir el ceño en su dirección. Ella negó con la cabeza dirigiéndome una mirada ahora de puro asco. Sorbí por mi nariz hacia arriba mientras me quedaba callada sin saber que decir exactamente o saber a lo que ella se estaba refiriendo.

Permanecimos unos pocos minutos más en silencio, yo dándole una mirada confusa y de respeto mientras ella me dirigía una de desprecio mezclado con asco. Hizo un asentimiento de cabeza hacia la puerta de la casa y movió su brazo, señalando con el dedo indice derecho hacia la misma seriamente y moviéndose hasta quedar de lado desde mi punto de vista, señalándome que entrara en la casa.

—Entra.— Me gruñó ella como si supusiera que yo no había entendido su gesto. —Vamos a hablar seriamente. Dave esta esperando en el salón.— Dave, mi padre. Bueno, yo lo veía como mi padre, los veía como mis padres. Aunque ellos me destituláron de su árbol familiar hace ya un tiempo. Me dolía, eran mis padres, las dos personas a las que les tenía que dar las gracias por darme la vida. Igual que le dieron la vida a mi hermano. Un nudo se formó en mi garganta al recordar a Bryan, con su pelo rubio y sus ojos azules, tan parecido a papá, tan él.

Mis pies movieron, moviendo así también mi cuerpo por el pequeño camino de piedras que daba a la puerta principal de la casa, la cual estaba abierta de par en par para ser cerrada detrás de mi madre una vez que ella estaba dentro de la casa también. No la miré en ningún momento en mi camino hacia dentro, con la cabeza agachaba pensaba en su expresión y mis ojos pinchaban por detrás. Cuando reconocí el suelo del salón por fin levanté mi mirada. El salón estaba ordenado, todo igual tal y como lo dejé yo antes de salir esta noche, a excepción de tres maletas paradas de pie justo al lado de la mesa del salón descansado.

Una falsa tos me distrajo de mis estúpidos pensamientos y sacudí mi cabeza. Giré mi rostro un poco para chocar con la furiosa mirada de Dave, quien me mirada fijamente con la mandíbula apretada y sus facciones completamente endurecidas. Se encontraba sentado ahora al lado de mi mamá, quien me miraba igual o incluso peor que él y yo, entendiendo la situación que se acumulaba en el ambiente me moví como pude para sentar mi culo sobre el pequeño sillón destartalado que estaba puesto en frente del que estaban ellos, quedando cara a cara con las dos personas que me dieron la vida a este mundo.

Bad; j.b Donde viven las historias. Descúbrelo ahora