24. Nueva amiga

5.8K 316 21
                                    

''Sabía que era tarde, pero no tanto.''



Justin Bieber


Mientras avanzo, me fijo en todo lo que me rodea, las personas viviendo sus días con normalidad, con sus preocupaciones, con sus miedos, con sus problemas, pero felices junto a su pareja. Todo lo que veo me hace pensar, reflexionar en mis acciones y por fin pensar en las consecuencias que poco a poco se me están cayendo encima como un muro antiguo derrumbándose frente al golpe de una demoledora. 

Cada sensación de hormigón cayendo sobre mi cuerpo es una imagen diferente de ella. Cassie sonriéndome, hablándome, cogiéndome de la mano. Yo acariciando su cabello y viendo como poco a poco cerraba sus ojos quedando completamente dormida sobre mi pecho. Su cuerpo estremeciéndose bajo el tacto de las yemas de mis dedos. Todo me envía corrientes de electricidad por toda la piel que rodea mi cuerpo provocando que me revolviera. 

No me vuelvo al mundo real hasta que no escucho un grito femenino, ahogado pero suficientemente fuerte para que agarre el freno de mano y haga que las ruedas del coche chirriaran contra el viejo asfalto a causa de mi repentina frenada. Segundos después un chillido agudo rodeado de un silencio que lo hacia más potente inundó mis oídos y abro los ojos con lentitud. No me había dado que por instinto los había cerrado. 

Mierda.

Mis ojos se encuentran de frente con  el paso de peatones a las puertas del hospital. Justo en medio se encuentra una anciana, quien esta agarrada a los mangos de un cochechito de bebé color negro con tanta fuerza que hasta yo dentro del coche puedo ver como los nudillos se le han puesto blancos de la presión. Con manos temblorosas y más rápido de lo que nunca me he visto moverme, me quito el cinturón de seguridad y salgo del Porche sin molestarme ni siquiera en cerrar la puerta cuando me dispongo a ir hacia las dos personas que siguen, por lo que veo, demasiado conmocionadas por el hecho de haber sido casi atropelladas. Corro casi saltando una esquina de mi coche hacia ellas, aún espantadas, que no se mueven, ni un solo dedo. Me agacho frente a la pequeña niña que se encuentra bien abrochada en su cochecito, llorando a canto y siniestro y apretando con fuerza un osito de peluche marrón contra su cuerpo. Tiene las piernas cubiertas por una mantita llena de cachorros de perro y por un momento sonrío con ternura. Le paso las manos por la cara y le seco las pequeñas lágrimas que se habían escapado de sus ojos. Un nudo se me forma en la garganta y se me hace difícil tragar antes de subir mis ojos como platos y mirar a la anciana, que tiene una mano sobre su pecho y trata de tranquilizar su respiración. 


—¡Abuela!— una voz femenina se escuchó a solo unos pasos de nosotros. Giro mi cabeza para encararme con una chica de aproximadamente mi edad corriendo hacia nosotros. Ni siquiera me había dado cuenta de que la gente a nuestro alrededor se nos había quedado mirando, y los coches avanzaban y hacían lo posible por esquivarnos. —¡¿Estas loco?!—¡Casi las matas!—la chiquilla se me lanzó encima pillándome con la guardia baja. Si no hubiera sido por la anciana, que la agarró or los brazos y la separó de mi me habría roto los dientes contra el suelo.


—Y-Yo, lo siento mucho, de verdad — mis ojos viajaban entre las tres chicas delante de mi, no sabía  a cual de las tres mirar y mis manos comenzaban a sudar. 


—¿Que lo sientes?— la que he supuesto que era la nieta, exclama. Justo cuando abre la boca para soltarme lo que perfectamente sé que se trataba de una montaña de insultos a mi persona, su abuela la interrumpe.

Bad; j.b Donde viven las historias. Descúbrelo ahora