Bad; j.b

16. Phone call

''Perfecta, tal vez.''

Justin Bieber 

Me quedo sobre la comodidad de mi cama, tumbado boca arriba mirando fijamente el techo mientras imágenes de Cassie pasan por delante de mis ojos imaginariamente. Suspiro al darme cuenta que no me la puedo sacar de la cabeza por mucho que quisiera.

Ha sido una noche larga, y me jode que Cassie le haya dicho esas cosas a Kate, ella es una buena chica, me hace bien y no tiene culpa de nada. Tiene que entender que ella no quiso ningún compromiso, que los dos estuvimos de acuerdo a ello. Tiene que entender que ella me hace mal, aunque no lo quiera admitir, me hace mal tener a alguien a mi lado sabiendo que solo le importo por el sexo.

Gruño con fuerza mientras me paso las manos por mi pelo y me restriego la cara. Kate me ha enseñado lo bueno de ayudar a alguien, la sensación de sentirse bien haciendo acciones buenas. Cassie, ella me ha enseñado...el placer de tener un buen cuerpo en la cama, a reírme, a sonreír y muchas veces, cuando yo estaba jodido, ella me ha ayudado a levantarme. Pero no, no es lo que necesito. Y después de lo que le ha estado diciendo a Kate, joder, me siento culpable por ella, sé...me ha dicho que le sienta mal que Cassie le diga esas cosas, que ella no tenía la intención de hacer daño a nadie. Y le creo, porque no sería capaz de ser tan arpía.

Vuelvo a suspirar cuando la sonrisa de Cassie, aquel día que íbamos de camino a la pista después de que la pasara a buscar en mi porche. Reíamos de cualquier tontería que se le ocurría. Ese día tuvimos sexo por quinta vez, en la cama de invitados de mi casa, haciéndole creer que era mi habitación, que era la única que pasaba por ella. Mentiroso, me recriminó la mente.

—Mierda.— Maldije en voz baja volviéndome a restregar la cara. —Joder, Cass. Tú y tu mala costumbre de invadir mis pensamientos a estas horas de la noche.

Miro mi móvil y veo que son las 3 de la madrugada. Aún no he comido nada, pero tampoco tengo hambre, así que lo único que hago es coger un cigarrillo y salir al balcón a la vez que me lo enciendo. Le doy una calada, bastante larga, y me trago el humo antes de soltarlo con un sonido suave. Veo como el humo se escapa libre hacia arriba, empujado por el suave aire de esta noche y por un momento pienso que me gustaría ser igual de libre, desaparecer unos días y olvidarme de toda la mierda por un tiempo, aunque sea mínimo.

Siento mi móvil vibrar en el bolsillo trasero de mi pantalón y frunzo el ceño confundido. Poniendo el cigarro en mi mano derecha, cojo el teléfono con la izquierda y lo desbloqueo al pasar mi pulgar por la pantalla. Un mensaje de un número desconocido. Me extraño aún más y lo abro, abriendo la boca al leerlo. ¿Pero que coño? Me pregunto a mi mismo preguntándome quien podía haberme enviado eso a estas horas.

El tiempo pasa, pero nunca se borrarán vuestros buenos recuerdos.

Lo leo unas cinco veces más y no caigo en quien ha podido enviarme eso, pero me distraigo cuando, por casualidades de la vida, me llega un whatsapp. Es de Jasper Parks, mi mejor amigo que se tuvo que mudar a la ciudad de sus abuelos hace un par de años. Dejando atrás el tema del mensaje desconocido abro en seguida la conversación con una sonrisa en la cara.

Hey bro, ¿como te va?

Dice y no tardo en escribir la respuesta.

Bien man, ¿y tu? Se te echa de menos por esta zona, capullo.