CUATRO
No se le ocurrió algo mejor que hacer tortitas. Todos estaban encantados con el nada esperado desayuno, y a ver quién era el inhumano que decía lo contrario. Pero yo no podía dejar de pensar en la mañana que dejé de comerlas, en la mañana que dejé de verla.
Debía admitir que pasar la noche en el refugio de los de sin facción había sido una muy buena idea tanto en escondite como en descanso, mas la constante presencia de mi madre me estaba afectando más de lo que alguna vez pensé.
—¿Novedades de Peter?—alcé la mirada hacia un Cam recién levantado con un plato de tortitas.
Negué con la cabeza, ni siquiera había vuelto a pensar en Peter. Seguramente haya decidido tomar la justicia por su cuenta, o simplemente haya huido hasta que la tormenta cesara. Ambas muy típicas de él.
—¿Te dijo dónde iba?
Volví a negar con la cabeza, dándole vueltas al café.
—¿Volverá?
—¿Te gusta Peter?—terminé por alzar una ceja en su dirección, Cam nunca había destacado por hablar y menos por hacer tantas preguntas.
El chico abrió los ojos con sorpresa.—¿Qué? ¡Claro que no! Estoy preocupado.
—¿Quieres enviarle una postal? A lo mejor la contesta.
—Estoy preocupado de que se haya cambiado de bando y le cuente el plan a Erudición.
Y como siempre, el estirado tenía razón.— Es algo inevitable, Peter va al equipo que más beneficios le proporcione.—le di un trago al café. Le faltaba azúcar.— Si es como tú dices, tendremos que adelantarnos aunque creo que no les correrá prisa. Ellos deben de tener un plan.
Cam asintió.— Si conseguimos una alianza antes de que ellos lleguen, no se atreverán a atacarnos con las facciones de nuestra parte.
No estaba tan seguro de ello, pero me limité a asentir.—Tenemos que aprovechar el tiempo como si fuera oro. Avisa al equipo que saldremos en cuanto comience a anochecer para pasar desapercibidos.
—Hecho.
Me levanté con la vista puesta en mis compañeros.
—¿No te vas a comer la tortita?—preguntó Cam un tanto vergonzoso.
—Para ti.—dije sin prestarle mucha atención, pues pude encontrar a mi objetivo a unos metros de distancia.
Nick se hallaba en una mesa rodeado de unos cuantos abandonados que omitían su presencia como si de un cuadro se tratase, comiéndose su tortita y un trozo de tarta con un aspecto espantoso con las manos.
—¿Le has cogido trauma a las cucharas?—mi voz asustó a Nick como en otras ocasiones. El chico se levantó de golpe de la silla.
—Quiedo adtame a la veda del sin facsio.—dijo con la boca llena de tarta.
Intenté omitir el bucle de la ridiculez en el que Nick había entrado. ¿Sería algo natural suyo o simplemente actúa así cuando se siente amenazado?—Los sin facción no tienen facción designada, pero no son cavernícolas.— tragó de golpe.—Además, antes tienes que hacerte a la vida del osado.
—¿Ah, sí?—dijo temeroso.
—Desgraciadamente, voy a tener que enseñarte algo de defensa para que pases de ser una carga a un peso tolerable. Andando.—me di la vuelta camino a las afueras del refugio.
—¿Puedo terminarme la tortita?
****************
—¡Me da, te prometo que esta vez si que me da! Me va a dar un infarto, un chungo, un jamacuco o como le llames.
—Yo si que te voy a dar con un cubierto si no dejas de quejarte, y te prometo que no es una cuchara.—observé como Nick llegaba a su tercera docena de flexiones a muy duras penas.
Unos segundos después, Nick cayó rendido en el suelo con la cabeza enterrada en el césped sin cuidar.
—Vamos, voy a enseñarte unos pasos para atacar.
—Normal que los osados seáis tan bordes, ¿os daban clavos para desayunar?—dijo jadeante. Su cara, aún siendo chistosa de por sí, había adquirido un tono rojizo que me recordaba a los tomates de esas ensaladas que Chris amaba tanto.
—Levanta.
—Mi cuerpo no me deja, me ha dominado.—hice el amago de levantarle a la fuerza, realmente sacado de mis casillas, pero casi al instante se incorporó con el miedo marcado en sus facciones.—Tampoco vamos a ponernos nerviosos, ¿no?—dijo con una risa nerviosa.
Suspiré con resignación, planteándome si no podíamos usarlo como cebo para cualquier pelea.
Decidí omitirlo.—Cuando vayas a golpear al atacante debes colocar el puño así si no quieres hacerte más daño a ti que a él o a ella.—le hice una demostración.—Tensa el brazo e intenta encajarlo bien en la mandíbula o en el estómago en el caso de que te sea posible. Te dará tiempo a atacar de nuevo o a huir su te ves mal en la pelea.
Para mi sorpresa, Nick asintió sin ningún comentario estúpido.
—Debes aprovechar bien tu entorno, bien sean palos, piedras, cualquier objeto consistente puede proporcionarte una gran ventaja a la hora de atacar cuando no controlas bien la pelea.
—¿Y si me pegan?
—No hay tiempo para enseñarte a esquivar golpes, pero intenta siempre proteger tu cabeza colocando tus antebrazos como escudo. Venga, inténtalo.
Dio un paso hacia atrás.—¿El qué?
—Bailar una jota si quieres.—ironicé.
—Pero...no querrás que intente pegarte, eso es muy...
Le corté antes de que siguiera con la verborrea.—El punto está en que lo intentes.
—Bueno, vale...—Nick adquirió una postura de defensa un tanto fácil de romper, pero le di la oportunidad de empezar el ataque.—Cuidado, que voy.
Blanqueé los ojos. Se acercó un paso y comenzó a moverse de un lado para otro.—Ya voy.
De los nervios, di un paso hacia él con la intención de propinarle un empujón que lo animara.
—¡Socorro!—Nick se tapó la cabeza como un niño asustado.
—Es imposible.—bajé los brazos con rendición. Definitivamente, serviría como cebo.
—¡Cuatro, Cuatro!
No tenía ni idea de por qué lo hacía, no sé si por la expresión de terror que vi en Cam o en el murmullo asustado de los que habían salido de repente al exterior, pero el temor se me contagió de una manera escalofriante.
Solo hizo falta que Cam señalara hacia el cielo para que mi corazón diera un vuelco al encontrarme a Tris con los ojos más vacíos que había visto en mi vida.
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Y volví (:
No sé por qué hay días que me dan venazos muy fuertes y me siento capaz de escribir y continuar cualquier historia. Es decir, ¿POR QUÉ NO ME PASA SIEMPRE?
Hoy ha tocado Insurgente de mi corasaao y me he dado cuenta que solo falta un mes de verano. Tengo miedo.
También me he dado cuenta QUE HICE DESAPARECER A MI AMANTE PETER EL TRIBUENO Y NO ME ACUERDO POR QUÉ JAJAJAJAJAJAJA. He tenido una idea que no sé si es la misma que pensé cuando escribí el capítulo anterior pero bue
OS HA GUSTADO EL CAPÍTULO??
QUERÉIS UN NICK EN VUESTRA VIDA? ESTÁN DE REBAJA Y ME LO QUITAN DE LAS MANOS!!!
Dadle a la estrellita bien fuerte que provoque una explosión que llegue a mi casa para saber que tengo que subir otro capítulo 💛
¡Nos leemos!
Luuuh
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Insurgente ¿Sin guerra?
FanficLa vida en Chicago no era la misma desde el día en que la guerra estalló. Ni siquiera sabía si a mi situación se le podía llegar a considerar vida. Había perdido la noción del tiempo y no ser capaz de distinguir entre la luz y la oscuridad me estaba...