1 de agosto

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«Travels»

Bakugou tenía por costumbre el hacer al menos un viaje al año.

No siempre iba a lugares distintos, pues su deceso no era recorrer el mundo, lo que quería era simplemente disfrutar de su juventud.

Así que salía, conocía, comía y participaba de las cosas típicas de las distintas culturas.

Sin embargo, siempre tuvo un consentido.

Isla de pascua.

Ese hermoso lugar decorado por un peligroso pero atractivo volcán.
Era un lugar majestuoso, y a él le fascinaba.

Era por eso mismo que, ya por cuarta vez, se dirigía a la isla.

Los inicios ya se los sabía de memoria. En la entrada lo recibirían unas chicas que le pondrían flores decorativas en forma de collar, deseándole que pasará una agradable estadía allí en la isla y recomendándole a la pasada una buena posada.

Cosa a lo que Bakugou nunca respondía.

Aceptaba que le colocarán las flores solo por cortesía, sin embargo, no le interesaban los sutiles coqueteos de las chicas, ni tampoco respondía a las propuestas de hoteles y restaurantes que ella mismas le ofrecían.

Él ya sabía a dónde iba.

~   ∞   ~

Dejo sus maletas en la habitación y bajo a comer algo, escuchando a un par de turistas hablar sobre una presentación que se daría cerca del lugar donde estaba.

Al parecer era una celebración por la gran cantidad de visitantes que la isla tenía, pues aquella presentación sería totalmente gratuita.

Katsuki decidió que también asistiría.
Así que, luego de comer, subió a asearse y a vestirse, después simplemente bajo y se dirigió al lugar que los turistas habían mencionado.

Iba un par de minutos atrasado, pero eso no importaba.

La gente reía, amontonada en un círculo, todos alrededor de un grupo de jóvenes pascuences, quienes bailaban las típicas canciones de la isla. Sin embargo, y a pesar de que el grupo estaba realmente muy apretado, Katsuki logró hacerce un espacio dentro de las primeras filas.

Veía con claridad a las chicas que movian sus caderas cubiertas por plumas y otras decoraciones de arcilla, también se veían unos chicos un poco más atrás que las damas, sin embargo, ellos meneaban la pelvis, saltando de vez en cuando, demostrándole "hombría" al público.

Katsuki no pudo evitar reír por las caras coloradas de la gran cantidad de pubertos que había a su lado, luciendo increíblemente patéticos al excitarse solo por un jodido baile.

Claro que, Bakugou no vio venir al atractivo pelirojo que se coló en su campo visual.

El chico tenía su cabello levantado, dejando su frente y ojos perfectamente visibles, el chico sonreía avergonzado al público, quienes no reparaban en el torpe chico que se tropezaba con sus pies.

Porque, si bien sus movimientos no estaban mal, al momento de cambiar de frecuencia o saltar, su concentración se iba y terminaba tropezando con sus compañeros.

Bakugou sentía sus ojos secarse poco a poco. No podía dejar de mirar al chico, algo en él lo había cautivado, y no sabía si era su linda sonrisa o sus pómulos rojos (delatando su vergüenza), de hecho, tal vez se tratara de su piel ligeramente bronceada; cualquiera de las cosas que resultarán ser, el chico era realmente muy atractivo.

KiriBaku Month 2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora