12 de agosto

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«Suits»









- Te ves bien hoy -alagó el pelirojo, admirando el traje negro que su esposo estaba probandose

- ¿Insinuas que ayer no me veía bien? -preguntó juguetón Katsuki, acercando su mano al rostro del pelirojo, apretando sus mejillas dolorosamente

Eijiro río aún con las mejillas apretadas, tomando la mano de Katsuki con una de las suyas, apartandola suavemente, con cariño.

- Te verás más hermoso que el novio -susurro, haciendo que el cenizo sonriera con orgullo

- El jodido cara plana la va a tener difícil. Especialmente porque ya escogí tu traje -recordó Bakugou, caminando hasta la segunda planta, adentrándose en su habitación matrimonial, sacando un esmoquin cuidadosamente guardado en una funda especial

Bajó con el traje en sus manos, extendiéndoselo al pelirojo en cuanto regreso a su lado.

- Katsuki... -murmuro Kirishima, sonriendo al ver el traje bajo la funda- Está genial, muchas gracias, amor -dijo, acercándose para besar castamente los labios del rubio, tomando el traje entre sus manos y quitando la funda, revisándolo

Era elegante y atractivo, las costuras hacían una peculiar forma de rosa en uno de los costado inferiores del saco. Definitivamente su esposo sabía lo que le gustaba.

- ¿Qué esperas? Pruebatelo -exigió Katsuki, palmeando con rudeza una de las nalgas de Kirishima, quien río ante su emoción mal contenida

- Voy -contestó Eijiro, quitándose el poleron que llevaba encima, probandose el saco sobre su polera manga corta

Abotonó el único botón que el saco tenía, el cual le remarcaba la cintura, y luego procedió a quitarse los pantalones, colocándose los del traje.

Katsuki se mantuvo fijo en su lugar, mirando los dobleces y contornos del traje, el cual se apagaba a la figura de Eijiro.

Le quedaba realmente muy hermoso.

Tal vez demaciado. Sero tendría que conseguir un traje de puta madre si quería superar los suyos.

- Estoy apretadito -dijo Eijiro, riendo al final de su frase

- ¿Es incómodo? -preguntó preocupado Katsuki

Sería una verdadera molestia tener que volver a ese jodido centro comercial a comprar otro, además de que aquel traje le quedaba muy bien.

Kirishima sonrió, acercándose a Bakugou, sentándose sobre sus piernas.

- Para nada -confesó, sintiendo su propio aliento mezclarse con el del rubio, acercándose cada vez más, hasta sentir su pecho chocar con el ajeno, sintiendo los apresurados latidos del corazón de Katsuki coordinarse con los suyos propios

Pero no se besaron, solo se mantuvieron allí. Mirándose fijamente, reflejándose en los ojos rojos del otro.

- ¿A qué hora debíamos ir a ver la decoración? -preguntó repentinamente Eijiro

Bakugou rio, chocando su frente con la nariz del pelirojo, escuchando a este reír por el brusco acto, sin embargo, el rubio se enderezó rápidamente, ahora besando el lugar afectado de la nariz ajena.

- No tengo ni puta idea -contestó

- Pero hay que estar ahí, sabes que Mina estaba muy nerviosa -recordó Eijiro, levantándose lentamente de las cómodas piernas de su cónyuge, quien protesto por aquello, pero finalmente accedió ante los tiernos ojitos del pelirojo, quien le pedía que fuesen a ver a la nerviosa Ashido

- Me debes unos buenos manoseos por esto -aclaro Katsuki, apuntando acusador al pelirojo, quien no pudo evitar avergonzarse por el descaro de su esposo al exigir aquello

Ambos se quitaron los trajes, colocándose ropa más cómoda para ir a ver a la pelirosa, quien ya los estaría esperando de brazos cruzados por su pequeño retraso.

KiriBaku Month 2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora