30 de agosto

845 164 40
                                    

«Marryage»










No podía hacerlo, no quería casarse, no con ese imbecil ¡No con alguien que no fuera su pelirojo!

- Bakugou Katsuki, ¿acepta a Midoriya Izuku como su esposo? -repitió el padre, mirando fijamente al rubio, quien mantuvo un largo silencio, provocando temor en el pecoso

Izuku sabía que un matrimonio arreglado no siempre era aceptado por ambos bandos. Pero él amaba a Katsuki y, basándose en todas las cosas buenas que él hacía por el cenizo, estaba seguro de que Bakugou (tarde o temprano) también lo amaría.

- Katsuki -llamó, señalándole con la mirada la banca en la cual estaban sus padres

Bakugou exhaló, no le quedaba de otra. Sus padres necesitaban el dinero que la familia Midoriya les ofrecía al cerrar el pacto.

Cosa que Kirishima jamás podría igualar.

- Yo... -susurro, sintiendo sus ojos aguarse, teniendo una molesta opresión en su estómago

Se sentía impotente.

- Acepto -terminó, apretando sus puños, viendo de reojo la sonrisa de oreja a oreja que el peliverde portaba

Asquerosa.

- De ser así, por el poder que la iglesia me otorga, yo los declaro-

- ¡¡Alto!! -

Katsuki, sobresaltado por aquella voz tan familiar, se volteó rápidamente.

Mientras que Midoriya, quien no conocía al pelirojo que estaba parado el las puertas de la iglesia, miro a su alrededor en busca de alguna respuesta.

- Disculpa, estás interrumpiendo algo muy importante -le dijo cortes Izuku, mirando al rubio a su lado, buscando poder tomar su mano.

Pero Katsuki no se lo permitió, pues, impulsivamente atino a bajarse de la pequeña tarima en la que estaban.

Sin embargo,antes de hacer algo más, su madre lo agarro. Frenandolo en seco antes de que cometiera una equivocación.

- Katsuki, por favor regresa junto a Izuku. Nosotros nos ocuparemos de echar a ese andrajoso

Bakugou asintió sin escuchar, mirando fijamente quien lo había venido a rescatar.

Eijiro estaba sucio, sudado y (por la manera desesperada en la que respiraba) se notaba que estaba exhausto.

Seguramente llegó corriendo.

- ¡Espere, señora Bakugou! No puedo permitirle que case al amor de mi vida con ese chico -apuntó Eijiro sonriendo tontamente al ver el rosado que comenzaba a teñir las mejillas del cenizo

Mitsuki miro atónita al pelirojo, acusando a su hijo con la mirada.

- Así que este es el famoso Kirishima -murmuro, viendo totalmente desilusionada a su hijo asentir, mirando con sus rojos ojos los del contrario, quien se fue acercando a aquel par

Midoriya, alertado por lo que no comprendía, bajo también de la tarima, acercándose a su prometido y a su "suegra".

Pero no hicieron falta explicaciones, pues Eijiro termino de acercarse y (al ya estar junto al rubio) lo beso. Lo beso sin importar lo que los demás le dijeran, sin importar la cachetada que la señora Bakugou le dio al separarlos, sin importar que de paso le estuviera rompiendo el corazón (y las ilusiones) al pecoso peliverde.

Pues él lo amaba y no iba a aceptar que nadie más desposara a aquel hermoso cenizo de ojos rojos que no fuera él.

- Te amo -le dijo, sintiendo la mano de Bakugou acariciar ahí donde su madre lo había golpeado

Y, ya sea por los cientos de ojos curioso o por la furiosa mirada de su madre, Katsuki sonrió. Feliz.

- Y yo a ti -respondio, acercándose para abrazar al dueño de su corazón




















Los murmullos no se hicieron esperar, el rumor del egoísta Bakugou menor estaba en boca de todos.

Pero eso no le podía importar menos al aludido, quien iba de la mano de Eijiro, caminando hasta llegar a su granero familiar.

- Casemonos mañana -pidió el pelirojo, tomando ambas manos de Katsuki entre las suyas

El rubio suspiró, mirando con falsa molestia a Eijiro.

- Acabo de escapar de un matrimonio y tú ya me atrapas con otro -comentó, besando efímeramente la nariz del menor

Kirishima asintió, divertido con la extraña situación.

Y Katsuki, mostrando falsa indecisión, asintió. Sintiendo los musculosos brazos ajenos abrazarlo con emoción.

- Joder... Te amo tanto -murmuro Kirishima, suspirando contra el hombro de Bakugou

- Guarda tus palabras pala la ceremonia, Eijiro -interumpió Katsuki, feliz de haber tomado la desición correcta con su vida

Porque eso era. Era SU vida.

Y aveces debía de ser un poco egoísta si quería ser feliz.

KiriBaku Month 2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora