Negro luminoso

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Con la mirada baja,

evito desatar el huracán;

corto la corriente sanguínea

y así se esparcen lejos los sentimientos.


Os alejo, porque duele.

Una energía de mil voltios

me destroza el alma;

me electrocuta los sesos.

Ha de ser por ello que

 mi confuso y negro corazón

no sabe sino de amargura.


Una pasión desapasionada

sin vestiduras sale al sol;

¡pobre ceguera maldita!,

pensamiento maldito,

agrias venas recorridas.

¡Prohibida dulzura escondida!,

éxtasis en la juventud

que aborda atroces vergüenzas

y un rojo intenso cual paleta.


Un ruido sordo colonizando;

fragmentos de lo que hubo anteriormente.


Silencio.


Ya se ha ido.

Escapando de mi prisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora