A medias

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¡Hola! Otra vez soy yo.
Regresando al principio; devolviendome por el laberinto de espejos asustada por la persona que se está reflejando en él.

Seré estúpida, lo sé, pero es inevitable volver al mismo lugar: Sola, triste, destrozada y sin nadie con quien hablar. ¿De mi qué se puede esperar?

Sólo quiero gritar.

¿Una dama en apuros? Tal vez lo sea. Pero no quiero ser salvada por un príncipe superficial, que desea que caiga a sus pies por un favor que no se debe pagar.

Solo quisiera dejar de estar a medias, dejar de tener estos sentimientos atorados en mi ser. Quisiera ser libre y volar alto, tal y como lo había dicho el hombre de blanco. ¿Pero acaso sería posible? ¡Si no dejo de darle vueltas y vueltas al mismo asunto como la patética que soy!

Estoy siendo muy brusca, de verdad lo lamento. Tiendo a serlo cuando en serio me encuentro mal y me han ofendido profundamente. Supongo que también odio esto de mí misma y también él ha de odiarlo, incluso si hay quien es más impulsiva y la tiene como el amor de su vida.

No quisiera ser caprichosa, tener todo lo que deseo tener, ser amada por quién llego a amar, y recibir todo el cariño que suelo dar... Más ¿qué puedo hacer con estos sentimientos? ¿qué puedo hacer con este dolor? ¿y la angustia? ¿y los celos según "de amiga"?

No quiero vivir así, no quiero sufrir así. Yo merezco amor... ¿No es así?

Algún día llegará la persona indicada, y para ese entonces estaré tan completa como debe ser. Sólo nos complementaremos, más no nos completaremos.

Pero detesto en mi amarga ilusión pensar siempre que él podría llegar a ser esa persona, aún sabiendo que sus ojos no son para mí, que su estrella se apaga y su deber es iluminarla en lugar de reemplazarla.

Por favor, dime ¿qué puedo hacer? No sé de qué trata ya este poema más que de aquel amor que se reprimió hasta que la princesa en apuros descubrió que no merecía ser amada ni por sí misma ni por su propia familia, así que mucho menos lo sería por un desconocido que tanto apoyo le brinda.

No te confundas, bruja malvada. Tu pequeña dama crecerá y crecerá, y esto en el pasado ha de quedar.

Ahora solo toca esperar.
(Y llorar).

Diosa del amor, sálvame de un destino fatal.

Escapando de mi prisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora