Una cebolla azul, se encontraba entre la fría noche.
¿Por qué entristezco a los demás? ¿Será que es por no ser igual?
Esa cebolla frustrada estaba, no paraba de pensar, y pensar, y pensar.
Debe ser mi color tan peculiar
el que debería cambiar.
¿Qué podría salir mal?Intentó sofreirse,
una manera de teñirse.
Pensó que así dejaría
de ser la excluida.Pero fue esa cebolla azul,
la que jamás cambió de color.
Ni siquiera por medio del calor,
su tonalidad se asemejó
a las otras cebollas blancas,
quizá no perfectas, más sí inspiradas,
por tanto amor y esfuerzo
que surgió de tan solo una mirada.¿Yo merezco así ser tratada?
Tal vez ni merezco que me dirijan la palabra.Soy la cebolla azul, la cebolla más débil de todas,
la que sólo con verse en el espejo, las lágrimas asoma.Soy la cebolla azul, la que entristece un día soleado;
la que soñó con ser blanca,
y resultó con un sueño frustrado.Soy la cebolla azul, esperando su cebolla dorada;
La más reluciente de todas,
que la haga sentirse amada.