▬▬▬▬▬ஜ۩۞۩ஜ▬▬▬▬▬▬Cuatro días transcurrieron desde la batalla contra el clan Senju, los que sobrevivieron a la masacre llevan dos días de haber regresado a sus respectivos hogares. Dos días que se tomó Madara para descansar y sanar sus heridas hechas por la Senju. Dos días en los que pensó una y otra vez lo que pasó entre ellos. Quería olvidar todo y enfocarse en las bajas y la reunión que venía en camino. Su padre Tajima, ordenó una reunión en tres días con todo el resto del clan, a lo que restaba un día para saber qué tramaba el líder Uchiha con los suyos.
No había más que hacer que estar acostado sobre su fotón, mientras reposaba su desnudo cuerpo viendo hacia el cielo a través de la única ventana en su habitación. De repente puso la mano derecha en el aire y empezó a contar sus dedos.
—Una, dos, tres... Tres días para que sea domingo.
Bajó la mano y cerró los ojos para volver a dormir. Dos horas más, alrededor de las cinco de la tarde, tocaron la puerta corrediza de la habitación de Madara, quien abrió los ojos y llevó sus iris hacia la puerta corrediza.
—¿Quién es? —preguntó Madara, puesto que no conoció aquel chakra, ya que lo mantenía bajo.
—Yo, onii-san.
Madara antes de responder tomó la sábana a lado del futón donde yacía.
—Pasa, Izu...
El azabache con coleta baja entró de inmediato con ropa casual puesta y descalzo. Frente a él su hermano mayor lo ve detalladamente.
—Tienes una visita, afuera está sabes quien.
Madara incorporó un poco la espalda y bostezo antes de preguntar:
—¿Quién? —no tenía duda quién pudiera ser.
—Sakumi está esperando por el jardín posterior.
—¿Qué te dije la vez pasada? Que si venía le dijeras que yo después la buscaría —se expresó molesto.
—Claro que recuerdo, pero su padre la trajo consigo. Está con otō-san hablando sobre el Comité de vendimia.
—Maldito rabo verde, no sabe cómo deshacerse de su hija —mascullo.
—No te molestes, puedes sacar algo bueno de esto.
—Nada. Ella es aburrida.
—Eso ya lo sé, pero aunque sea te trajo comida.
—No tengo hambre —de sus tripas se pudo oír un crujido —. Dile que ya voy...
Izuna riéndose salió de la habitación para darle privacidad a su hermano. Tras la retirada de su hermano menor, Madara se levantó del fotón y entró a su pequeño baño a darse los aseos adecuados. Saliendo de su habitación hacia el pateo posterior de la casa que compartía con su padre, hermano, y la concubina de su padre, el futuro líder caminó descalzo con ropa normal de un ninja Uchiha, hasta donde estaba Sakumi. Al llegar a la parte trasera de la casa, vio a su prometida sentada por el borde del piso de madera. La Uchiha, hija de un veterano encargado del Comité de vendimia, era una joven de 17 años de edad como la mayoría de los Uchiha, tenía el cabello largó de tono azabache, su tez era blanca y su físico era delgado. Este joven no tenía algo en especial ante los ojos de Madara, ella era una mujer común como el restó de las mujeres de su clan. En realidad a Madara no le llamaba la atención las mujeres de su clan, le llamaba más la atención aquellas mujeres del clan Uzumaki por esa melena roja que lo dejaba encantado cada vez que se encuentra con ellas en el campo de batalla.
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El beso de Judas "Un rey sin corona" [Finalizada] ANTI ROMÁNTICO
FanfictionMadara se enteró que Hashirama no es varón, sino hembra, tras una batalla, a sus 15 años de edad. Desde ese día las intenciones del Uchiha cambiaron hacia la Senju. Intenciones llenas de malicia y perversión a un nivel retorcido. Ella está enamorada...