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El primer día de enero, una mañana helada, una tropa de novatos Uchiha se encontraron con un pentagrama satánico pintado con lo que parecía ser sangre en el suelo terroso. El hallazgo no fue todo lo que los sacó del mundo real y los llevó hasta las puertas del infierno, sino lo que había al centro del círculo, un feto de aproximadamente cinco meses de gestación. La escena fue horrible. El élite que se hacia cargo de sus estudiantes cubrió con su capa el símbolo satánico y el feto, luego envió a dos novatos en busca del líder Uchiha, y ex-líder Tajima.
Los dos jóvenes Uchiha llegaron a las puertas de la fortaleza por donde encontraron a Madara dialogando con su padre. Minutos antes que los novatos se hicieran presentes, el ex-líder le comentaba a su hijo mayor sobre el extraño comportamiento de su concubina. Le contó que la noche anterior, lucía alterada y nerviosa, que raramente dormían separados, y que ayer ella le pidió que la dejase dormir sola en una habitación para huéspedes. Lo más extraño sucedió cuando antes de despedirse esta le pidió dinero para comprar kimonos nuevos, pero él se negó a darle ese dinero porque era tardé para activar el sello que aseguraba la caja fuerte que tenía escondida. Ella se molestó, sin decir más le cerró la puerta en las narices. Al principio Madara entendió aquello como una pelea entre pareja, y supuso que, su padre, quería hablar con alguien sobre su intimidad. Sayuri no le ha dirigido la palabra desde que le ordenó interrumpir con su embarazo.
—Madara-sama, Tajima-sama, nuestro sensei, nos ha inviado a informales sobre el hallazgo a medió kilómetros de la fortaleza. —Ambos Shinobi estaban colocados; una rodilla contra el suelo, y la otra doblada, torso inclinado hacia enfrente, una mano tocando suelo, y la otra apoyándose contra el muslos de la pierna doblada.
Madara fijó su vista en la dirección que vio llegar a los ninja. Su postura era firme y prepotente. Antes que preguntará qué fue el hallazgo, vio de reojo a su padre correr hacia adentro de la fortaleza. No preguntó, corrió con dirección hacia los demás por el bosque.
Llegando miró a los novatos retirados de una capa en el suelo, algo cubrían, lo que fuera se podía saber por las orillas de la capa, que habia algo muerto por la sangre que sobre salía. El élite al ver al líder aproximarse se encontró con el a medio camino. Frente a Madara le aconsejó:
—Creo que debe llamar a la patriarca del clan después de ver esto.
Madara lo vio seriamente y continuó caminando hacia la capa. Ordenó a dos de los novatos que removieron la capa.
Uno de los novatos removió la capa, Madara quedó atónito al ver el pentagrama satánico con un feto de aproximadamente cinco meses de gestación. Los latidos de su corazón aumentaron su ritmo, y su aurora se desprendió de inmediato. Esa aurora de color azul transparente creó un capullo alredror del líder Uchiha. Estaba tan furioso que no podía contenerse, supuso que Sayuri habia hecho esto con el feto del bastado de ambos.
—¡Llamen a Chichi de inmediato! —ordenó con furia. Quería saber que mierdas significaba lo qué habia enfrente de sus pies.
El ninja que fue enviado en busca de la patriarca de los Uchiha regresó con la anciana de 75 años al lugar donde seguía Madara viendo con desdén el pentagrama satánico ante sus pies.
—¡Todos atrás, déjenme privacidad con Chichi! —ordenó Madara, viendo de reojo a la anciana colocarse a su costado izquierdo.
Los novatos y el sensei se distanciaron. La anciana al ver el hallazgo se mantuvo inmutable.
—¿Qué significa? —preguntó Madara en voz seria y baja.
—Es un ritual satánico. La persona que hizo esto ha pedido algo a Lucifer.
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El beso de Judas "Un rey sin corona" [Finalizada] ANTI ROMÁNTICO
FanficMadara se enteró que Hashirama no es varón, sino hembra, tras una batalla, a sus 15 años de edad. Desde ese día las intenciones del Uchiha cambiaron hacia la Senju. Intenciones llenas de malicia y perversión a un nivel retorcido. Ella está enamorada...