Capítulo 13 Pelea de Reyes/ Sueños perversos

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Madara transmitía molestia al darse cuenta que cayó en la distracción como un tonto. El bosque de la Senju desapareció a los primeros rayos del sol dejando atrás un bosque invernal. Osama parloteo durante veinte minutos, repitiendo a su "amo" lo idiota que fue. Su idiotez se debió por ser blando con la deprimente hembra que dice amarlo. Esto no volverá a repetirse, se dijo a sí mismo tras morder su labio inferior y probar su propia sangre de la herida que provocó con los dientes. Quien crucé en su camino pagará con su furia, el rey halcón será el primero en probarlo.

Madara se mantenía firme a quince metros de distancia de lo que fue un bosque verde. Sus piernas están separadas de sí, y sus brazos están cruzados sobre su pecho. Su larga melena balancea con la fría brisa agónica que le pega de frente. Los discos membranosos se han movido del bosque invernal hacia Osama. La bella ave de plumas negras con dorado, vuela a treinta metros de altura sobre su amo. Espera que este lo mandé a su mundo, ya que por una extraña razón, lo sigue manteniendo en este mundo de escoria humana.

—¿Haz terminado de parlotear? —preguntó Madara sarcásticamente, en arqueando una ceja y levantando un poco la cabeza. 

Osama escuchó la pregunta del Uchiha, pero se negó a contestar. El chakra de su "amo" se ha vuelto áspera y oscura. Conoce bien a los humanos para saber, que el de cabello largó azabache, está por convertirse en el mismo príncipe de las tinieblas.

—Has contestado con tu silencio...

El halcón rey sigue volando sobre Madara, atento para recibir su primer ataque. Los ojos de su amo se tornaron a un tono carmesí y sus tomos se han conectado para formar aquel diseño satánico: tres seis pegados entre sí, los ojos del príncipe de las tinieblas lo acecha.

El humanoide espiritual comenzó a formarse cubriendo a Madara de cualquier ataque de la invocación del rey halcón. El brillo azul se puede ver a más de dos kilómetros de distancia. Aún no alcanza la transformación perfecta, con la figura sin armadura será más que suficiente para domar a su presa. La altura del Susanoo alcanzó los treinta metros, alcanzando a Osama. Adentro de la caja que se ubica en la cabeza, el cabello del líder Uchiha se alza por el sorprendente chakra que utiliza. Aún mantiene la postura erguida y omnipotencia: los brazos cruzados sobre su pecho y pies retirados. Y antes de empezar, la ave, exclama desde los cielos a quince metros retirado del Dios Mar:

—Antes de empezar debes saber esto, si llegases a asesinarme se te negará otro pacto con diferente halcón. Si me convences que eres digno de quitarme la corona y colocarla sobre tu cabeza... te voy a obedecer sin que uses las mañas de tus ojos otra vez en mí. Esta es una pelea de reyes, dame lo que tengas.

Con la confianza que posee ante esta pelea, una risa sardónica escapó de los adentros del líder Uchiha.

—Muestra si puedes seguirme el paso con la danza que estoy por mostrarte. —Lágrimas de sangre y sus ganas de enseñarle a la puta ave quien manda son de un millón. —Un golpe y estarás a mis disposición —sonó seguro de sí mismo.

De un golpe con la katana que fundó con el cuerpo del Dios del Mar, logró noquear al rey halcón de los aires hacia los fríos suelos cerca de los pies de Susanoo. Desapareciendo el humanoide azul ante los rayos de la mañana, Madara fue acercándose con lentitud al ave que sería su nuevo servidor. Pero antes, le aplicaría la Etiqueta de Maldición Individual Prohibida, para invitarse traiciones futuras.

—Kinkoju no Fuda. —Madara atravesó el pecho del halcón para tocar su corazón y colocar el sello. Osama estaba inconsciente para sentir el terrible dolor de su comienzo por ser manipulado mientras sea una marioneta de Uchiha Madara.

El beso de Judas  "Un rey sin corona" [Finalizada] ANTI ROMÁNTICO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora