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—Somos idénticos, otôto-san —sonrió dulcemente —. ¿Que piensas de mí?
Yuda observó detalladamente a su hermana, quien se encontraba sentada enfrente de él, con las piernas extendidas por en medio de las suyas. Se tomaban de las manos por la altura del pecho, como si fuesen niños jugando al barco.
—Lo mismo que tú, onee-san, somos idénticos, salvo tus ojos son diferentes a los míos. ¿Puedes ver con tu ojo blanco? —sonó curioso.
Hayami una vez más esbozó una dulce sonrisa y estiró las manos de su hermano hacia consigo misma, quedando el rostro de su hermano por la altura de las entrepierna y sus cabellos lisos rozando sus rodillas.
—Veo poco. Uso más mi otro ojo para verte mejor.
—Eso puede cambiar. Si tomamos el ojo de otro Uchiha.
—Eso significa que, ¿ya te quieres ir? —se entristeció y soltó las manos de su hermano.
—Oh no, no me quiero ir. Ya te dije que me quedaré a tu lado para toda la vida. —A medida hacía sentir bien a su hermana, se acomodó entre sus piernas y la capturó por la cintura.
—Siempre hemos estado justos —musitó dulcemente. Con una mano pegó su cabeza contra el pecho.
El príncipe reposo su cabeza sobre el pecho de su hermana, tal como le hubiese gustado hacerlo con su madre. Pero ella era mala y lo había golpeando una vez cuando niño. Y por ello nunca busco el calor de esa mujer. Las suaves manos y el olor de su hermana eran lo que le hacía falta. Hayami merecía ser amada por él.
—¿Cómo es ello posible? —Yuda levantó un poco la cabeza.
—Ven... —cuidadosamente se incorporó dejando sus manos deslizar por el rostro del príncipe —te voy a contar una historia.
Ambos se tumbaron en una cama matrimonial que había ahí en la reducida habitación, y se acomodaron viéndose mutuamente. Ella movía los largos cabellos lisos del rostro de su hermano para verlo mejor, mientras él, inmutable la escruta.
—¿Le tienes miedo a las historias de terror, otôto-san? —una ligera sonrisa esbozó.
—No siente miedo. —Se acurrucó con ella, enredo sus brazos por atrás de su espalda.
—Escucha y no preguntes nada hasta que termine de relatar la historia del feto que se le negó nacer...
Hayami comenzó a relatar lo que pasó aquella noche que Sayuri fue amenazada por Madara. La joven no tenía pensado en mencionar los nombres de las personas, dejaría que Yuda se diera una idea de quiénes hablaba.
—Se tumbó de rodillas ante aquel hombre que desgraciadamente amaba en lo más profundo de su corazón. Mientras estaba con el padre de su amor prohibido pensaba en él. Vas a juzgar a la mestiza porque pensarás que era una ramera. Una mujer durmiendo con dos hombres que son padre e hijo, tiene que ser una puta. Pues déjame decirte que no lo era, su madre fue vendida como esclava cuando niña, y con el tiempo tuvo a su única hija, convirtiéndose en una mestiza dentro del clan. La niña con tan solo diez años ya había atravesado por mucho, pensaba que su dolor no terminaría ahí, hasta que el líder de ese clan puso ojos en ella. Al principió, el líder, no pensaba cosas perversas con ella, sino lástima, extrañamente sentía lástima por la joven de ojos azul celeste. La niña se convirtió en una mujer inteligente y bella, después en la concubina del líder, a sus 17 años de edad. No por decisión propia, sino por obligación. A medida crecía más junto al hombre que fue obligada a servir como mujer, comenzó a sentir eso que le llaman amor hacia su hijastro. Con suerte el hijastro también puso ojos en ella, así comenzaron los encuentros prohibidos y apasionados. Hasta que, el hijastro, puso ojos en la ambición de tener a la mujer más poderoso de todas las naciones. Ese hombre veía más poder con la procreación de un hijo entre esa mujer poderosa y sí mismo. Así es como la mestiza fue cambiada por lo que más le convenía al hijastro. Dejando a una mujer con el corazón hecho añicos y a otra atravesando por el comienzo de ser amada.
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El beso de Judas "Un rey sin corona" [Finalizada] ANTI ROMÁNTICO
FanfictionMadara se enteró que Hashirama no es varón, sino hembra, tras una batalla, a sus 15 años de edad. Desde ese día las intenciones del Uchiha cambiaron hacia la Senju. Intenciones llenas de malicia y perversión a un nivel retorcido. Ella está enamorada...