El beso de Judas "Un rey sin corona" [Finalizada] ANTI ROMÁNTICO

Capítulo 1 Te amo, Madara

▬▬▬▬▬ஜ۩۞۩ஜ▬▬▬▬▬▬

Ahí se encontraba Hashirama detrás de aquella figura masculina con cabello largo azabache. El silencio se apoderó de la incómoda situación que atravesaban ambos adolecentes que fueron una vez amigos y ahora eran rivales. Lo que había pasado horas antes, por la tarde, había cambiado la rivalidad o lo que pensaban de sí mismos, por la sorpresa que se llevó Madara. Este no tenía ganas de verle a la cara o atacale, lo que el Senju le había hecho todos estos años era imperdonable...

—Madara... Y-Yo lo siento. —Hashirama se disculpó seriamente. Cruzó los brazos por debajo de sus pechos y esperó una respuesta del Uchiha. Sus ojos color chocolate ven al amor de su vida de espalda. Era apenas una kunoichi de 15 años, pero sabía que estaba enamorada de su amigo y rival, desde infantes.

—Si mi katana no hubiese arrancado tu armadura... no me hubiera dado cuenta de que eres, mujer. ¿Cómo mierdas no lo supe? —se mantenía dándole la esplada sin temer de recibir una apuñalada. No podía ver a esa persona que fingió ser hombre por muchos años.

Por otro lado, Hashirama sentía su mundo colapsar. Si la guerra entre clanes era mucho y no se permitía estar juntos, al darse cuenta que era mujer lo alejaría aún más de ella. Deseaba abrazarlo y perderse entre su cabello largo y rebelde. Sin embargo, eso sería una muerte segura...

—Madara, yo tenía pensado decirte la verdad, pero pasó lo de aquella vez en el río. Tú sabes, lo que pasó con nuestros padres y hermanos.

—¿Por qué mentiste? Solamente tenías que decirlo y ya —reprochó, sin voltear a verla. Lo que había sentido al ver sus pechos femeninos fue confuso.

—Porque tuve que hacerlo, por mi bien. Tú sabes la razón, ¡por temor a que me capturaran y violaran! ¡Créeme!

Madara se dio la vuelta instantáneamente para verla a la cara. La distancia entre ambos era de un metro. La noche era oscura, no había luna llena, y las nubes anunciaban una tormenta aproximarse. Los rayos era lo único que alumbra todo aquel bosque llenó de vegetación, y también los ojos del Uchiha con aquel tono carmesí frío ante lo que solía ser una "varón" Hashirama. La vio de abajo arriba con una mueca de desprecio. Su afeminado cuerpo no llevaba más esa armadura samurái de color rojo, ahora sí se mostraba tal como era, una kunoichi. Le desagrado que esta "hembra" le pudiera ser de frente al gran Uchiha Madara, el próximo líder del clan más sanguinario de la época.

—No sientes vergüenza, Hashirama, seguirme hasta aquí para burlarte de mí. ¡¿No ha sido suficiente lo que has hecho todos estos años?! —sus palabras fueron agrias. El Sharingan de tres aspas brilló más que de costumbre.

—Yo te he seguido para disculparme por toda mi farsa —se expresaba tranquila y a la vez con tristeza.

—¿Sabes que te puedo matar aquí? —desafió arrogante como se le da bien.

La morena bajó sus manos, a sus costados, se quedó callada observando al amor de su vida enfrente de ella. Las ganas de gritar cuán lo amaba se hizo presente, sin embargo, este hombre no era tierno y comprensible; no, Madara era frío, orgulloso, menospreciado y arrogante.

—Hazlo, si ello te complace... —Hashirama bajó la cabeza y esperó el golpe fatal. No sabía lo que hacía, lo único que sí sabía, cómo dolía en lo más profundo de su corazón esta mala situación.

Madara torció la boca y en arqueó una ceja. No entendía esta mierda, sabe que "la" Senju se deprime instantáneamente, pero este no era el momento para esos sentimientos cursis, porque su vida estaba en juego. Desea degollar, descuartizar, y arrojar los restos frente a la fortaleza Senju; pero había algo que no lo dejaba hacerlo, no sabía con exactitud qué era, mas no podía tomar su miserable vida así de fácil. ¡Hashirama debía ser asesinada en presencia del clan Senju y Uchiha, solo así tomaría su vida y la gloria de cargarse al más poderoso Senju! En este momento nadie los observaba.