Capítulo 23 Horas antes de la ceremonia

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Madara deseaba mostrar lo que es un verdadero hombre montando a una mujer. Se metió desnudo por  debajo del cobertor, con sus manos gruesas capturó la cadera a la morena, mientras su lengua no esperó aprobación de invadir cada centímetro de la boca que rápido dejó escapar gemidos. La temperatura de cada uno era infernal, sus pieles ardían en lascivia. Llevó la mano derecha a los labios vaginales y hundió dos dedos en su interior. Lady Hashirama, al sentir dos dedos dentro de sus paredes vaginales aplicando un vaivén, se abrió más de piernas permitiendo más acceso a Madara profanar como más plazca. Puede sentir el falo endurecido rozarle la entre pierna, muere por volver a tenerlo dentro de ella. Detuvieron los besos, él le susurró a pocos milímetros de sus labios mojados lo que debía saber.

—No soy nada romántico, tampocó soy lambiscón, sin embargo a la hora de practicar los placeres carnales no me contego. Me gusta practicarlo tras reponerme de una batalla y dos días antes de irme a una. Hashirama, ¿estás dispuesta a complacer a tu hombre cada vez que quiera tomarte sin quejas?

—Sí, solo dime qué quieres que haga —murmuró, y con una mano acarició las mejillas y con la otra su larga melena del mismo tono de las plumas de los cuervos.

—Nunca me digas no, siempre dime sí.

—Así será, Madara.

Judas depósito un beso e hizo que se perdiera con la danza de su lengua. Él se abrió paso para comenzar con la embestida, hundiendo su grueso pedazo de carne dentro de aquella estrecha vagina. Lady Hashirama, en arqueó la esplada, pero el agarré de su rey no le permitió que se moviera mucho, así que solo optó por morder el hombro como para dejar marcas en la piel.

—En cuanto terminemos te lavaras y dejarás que la servidumbre te vista con el kimono de bodas y aliste tu cabello. Nos casamos en menos de dos horas.

—¿No es muy temprano para ello? —cuestionó en voz baja.

Madara no detuvo la embestida, pero si el agarré de cadera. Atrapó los costados de la cabeza de Hashirama, y puso presión contra el futón. Sus iris se extendieron como si el Sharingan fuese hacerse presente, pero no lo activo.

—¿No quedamos que dirías sí a todo lo que te pidiera?

Eran escasas las veces que Madara podía provocar miedo en Hashirama, sin embargo, el miedo de ella no era por superioridad en fuerza, sino por miedo a que su amor disminuya si se niega a lo que él quiera.

—Claro que sí, mi amor, pero solo he opinado porque es temprano —contestó jadeosa. —Y sí quiero ser tu esposa.

—Esa es mi chica, obediente... —Su mirada se reflejó con una luz roja de triunfo en sus ojos.

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A cinco kilómetros de distancia de la fortaleza Uchiha, Osama vuela por los aires en busca del aliado de su amo. Con sus sorprendentes ojos divisó entre las ramas calvas, a la criatura de masa negra en forma de humanoide y ojos amarillentos, observarlo aterrizar por el suelo.

—Madara-sama, ¿necesitas algo? —La voz ronca y áspera salió de la boca de Dokuzetsu. Ya sabía porque había sido enviado el halcón rey.

Osama agitó sus alas por la mala vibra que desprendía Dokuzetsu. Esa criatura negra era en todo su ser perversa.

—El amo me ha enviado a ordenarte que hagas una emboscada a la tropa que manda Senju Tobirama, tropa que viene en camino y seguramente llegará por el camino principal de la fortaleza Uchiha. También quiere que no mates al ninja llamado Tobirama, y que nadie vea tu identidad o que se sepa quien te ha enviado. Solo deves hacer que no lleguen a la puerta principal antes de las 6:00 de la mañana. Si en dado caso los divisas antes de las 6:00, no hagas nada, dejarlos avanzar.

El beso de Judas  "Un rey sin corona" [Finalizada] ANTI ROMÁNTICO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora