Capítulo 15 Celos y Chantaje parte 1

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El cielo anuncia una tormenta invernal por caer encima del campo de batalla. El frío es insoportable para aquellos que no portan la armadura apropiada para mantenerse cálidos. Las herramientas son variadas para cada ninja que pelea por mantenerse vivo contra el enemigo. Los emblema son distintos por cada clan que se presentó a la masacre. Sobre el piso yacen los muertos que partieron a la otra vida dejando a sus seres queridos esperando su regreso. Y los cuervos esperan pacientemente que despejen el campo para comenzar un banquete de carne putrefacta.

Cinco días atrás, el clan Uchiha pactó un trato con el clan del Kekkei Genkai Shikotsumyaku, para borrar al clan Yuki del resto de los clanes rivales. Toda esta mierda era una trampa que llevaría a esta guerra de clanes a un punto más profundo. Primero empezamos con el clan Kaguya, ellos son los responsables que los Yuki buscarán ayuda en los Senju. ¿Cuál otro clan podía hacerles de frente que los Uchiha? Pero los del clan Yuki solicitaron ayuda a los Senju porque sabían que los Kaguya iban a solicitar ayuda a los Uchiha. Y otro clan de alta escala vio esta oportunidad como todo o nada. El clan Uzumaki, reunión información concreta de lo que estaba por llevarse a cabo a varios kilómetros de sus tierras. Con sus mejores ninja y otros recién nuevos para esto; iban a toda velocidad a encontrarse en el punto en donde se daba la masacre.

La noche cayó y los más hábiles con suficiente chakra permanecían al frente. Hashirama ya se había percatado que esto había sido una trampa para atraer a los clanes más notables. Por más que intentaba llegar con Madara, no podía. El clan Uzumaki trajo consigo a un potente contrincante. Era la primera vez que ven a este ninja de cabellera rojo como la sangre. El susodicho se hizo llamar Mito, antes de empezar a pelear con la morena. Las reservas de chakra del pelirrojo eran casi similares a las suyas y a las del líder Uchiha.

—No mintieron cuando dijeron que el ninja más poderoso de los Senju era mujer —se expresó Mito con una sonrisa desafiante.

La morena detuvo la katana de este, con la suya, arriba por el aire antes de replicar:

—No hables cuando pelees, te morderas la legua. —Hazlo la pierna derecha y le metió una buena patada en el estómago. Esto arrojó al Uzumaki a seis metros de la morena que ya sudaba del calentamiento de su cuerpo, a pesar de la helada.

Mientras el Uzumaki fue arrojado lejos, aprovecho para echar un vistazo a su "rey", pues solo lo había visto a veinte metros peleando con el líder del clan Yuki, hace veinticinco minutos. Los ojos chocolates buscaban al de melena rebelde por todos lados, hasta que lo divisó al Sur, dándoles una buena paliza a los Yuki con su preciada arma la Gunbai. Los ojos chocolates de la morena brillaron al ver a su "rey" en su pasatiempo favorito: pelear con los mejores de otros clanes. Era una locura ver lo bien que lucía Madara peleando como una bestia con su armadura similar a la suya, en un momento no propio por las circunstancias adversas. Pero Hashirama lo amaba con todos sus defectos, y no le importaba lo que había paso entre ellos la vez pasada. Ella solo quería citarse otra vez con el Uchiha que la tenía locamente enamorada.

—Y tú, no deberías de distraerte cuando peleas...

La voz juvenil del Uzumaki se oyó susurrar detrás de la morena. Sus ojos chocolates abrieron por completo, se dio la vuelta instantáneamente; ya con un clon de madera listo para transportarse y no permetir que la asesine el pelirrojo. Lo que pensó que sería una manera para matarla, le tomó por sorpresa al prensar sus labios con el hombre que se colocó detrás de ella.

Las mejillas de la morena no tardaron en tornarse color carmesí, a pesar de su tonó de piel se podía ver claramente lo apenada que estaba. El Uzumaki actuó como si le hubiera gustado aquel beso robado porque permanecía en la misma posición. No eran la primera vez que pasaba algo así mientras se masacran, se escuchaba a menudo cómo hombres de los clanes rivales roban besos a las kunoichis de otros clanes, o hasta eran secuestradas para casarse con ellas a la fuerza. En esta época así era como muchos conquistan a la mala, y el Uzumaki hacía lo suyo con la morena Senju más temible del momento.

Por otro lado, Madara observaba a la Senju besuquearse con el Uzumaki. Y esto ante los ojos escarlata con tomos negros, era transmitido a su cabeza como algo que le gustaba a la morena, pues ella no hacía nada para evitar los besos. Si acaso duro menos de un minuto, pero para el Uchiha fue una eternidad. Su corazón imprimió y su Mangekyo Sharingan activo.

A lo lejos del joven líder, Sayuri por primera vez peleando en el campo de batalla, ve a su hijastro distraído por la escena peculiar de la morena Senju, mas no ve aquello extraño, sino un descuido por el kunai bomba que iba a toda velocidad hacia Madara por la espalda.

—¡Madara! —exclamó Sayuri a todo pulmón, sin embargo el ruido que provocaban los demás era inútil de percibir.

La Uchiha de ojos bellos subestimo al gran Uchiha Madara, pues este sin voltear atrás, se inclinó hacia su costado izquierdo para después tomar con los dedos de su mano izquierda la punta del kunai, acto seguido, regresó el kunai a quien se lo arrojó con doble velocidad. Tras la explotación, a menos de treinta metros, Madara permanecía donde mismo viendo a Hashirama empujar al Uzumaki con suma fuerza.

—Ma... dara... —murmuró Hashirama al ver cómo la ve su rey. Sus ojos transmitían arrepentimiento.

Madara leyó los labios de la Senju, torció la boca y escupió al suelo. Cerca de la morena, Tobirama se percató del gesto del Uchiha, y el albino lo tomó como un insulto.

—¡Hijo de perra! —Tobirama se lanzó a máxima velocidad con dirección al líder Uchiha, pero su fiel rival que apareció a seis metros listo para enfrentarlo.

—¡Tú eres mío! Elemento Fuego: Jutsu Ocultación en la Niebla Caliente —Sin uso de sellos, Izuna amaso una gran cantidad de chakra en su boca y luego lo expulsó a través de una niebla de altas temperaturas que funcionará para dañar la vista de su adversario, así como lastimarlos por el intenso calor. Dicha técnica había sido enseñada por Madara.

—¡Tobirama, sal de esa neblina!

Hashirama vio como se nublo en radio de treinta metros, supo que esto podía matar a su único hermano. Con rapidez se trasladó con el albino quien a puras pocas salió con quemaduras leves del ataque del segundo líder Uchiha, no obstante, Madara apareció detrás de la morena, y esta al sentirlo se preparó para el apuñalamiento. Pero, lo único que recibió fueron reproches de su rey.

—Así que te gusta besuquearte con quien sea. —La tomó del cabello de una manera brusca y la jaló hacia él. —No vuelvas a pedir que te bese, sino me pides perdón por lo que me has hecho sentir... —su voz molesta sonó cerca del oído de la morena.

—Madara... fue un mal entendido. Él, el Uzumaki me besó —farfulló y giró un poco la cabeza para verle de reojo —. Tú no quieres ser mi hombre, ¿por qué te molestas? —reprochó.

—Porque tú ya eres mi mujer —jaló con más fuerza el cabello castaño y largo de la morena —, y si no te vas conmigo en esté instante te llevaré a la fuerza.

Con la otra mano libre, Madara limpio los labios de Hashirama para después depositarle un beso posesivo en el que introdujo su larga y gruesa legua hasta donde topó. La cavidad vocal de la Senju se llenó de la sabrosa lengua de su rey, su larga melena azabache le cubrió el rostro. Y mientras se dejaba llevar por los beso de Judas, se perdió en los ojos escarlatas del hombre que más adelante le mostraría lo terribles que es amarlo sin poder odiarlo...

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El beso de Judas  "Un rey sin corona" [Finalizada] ANTI ROMÁNTICO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora