59.Pagando errores

1.7K 90 1
                                    


Narra Seth

Luego de que Alice se fuera, los policias me llevaron hasta un autobús, me subí a el sin oponerme y me senté en el asiento del medio, habían otros  tres hombres sentados en otros lugares.

Agaché mi cabeza y miraba mis manos esposadas,el bus comenzó a andar y miré por la ventana.Me di cuenta de todo lo que estaba dejando atrás,mi madre y mi hermana,mi futuro,mis amigos y sobre todo, Alice y la bebé.Mis ojos comenzaron a aguarse al pensar en todo lo que me perderé, su nacimiento, su primer cumpleaños,cambiarle sus pañanales sucios y pasar noches sin dormir,pero sabiendo que Alice estara ahi conmigo.Tenía miedo,ella no me esperaría diez años y tenia todo el derecho de olvidarme y rehacer su vida,pero yo egoístamente no quiero que eso pase, no quiero ser olvidado.

Llegamos a la prisión,nos hicieron bajar en fila y entramos, el lugar era frío y tétrico,a medida que avanzaba por el largo pasillo veía a otros hombres tras las rejas.Recuerdo cuando a quien le temían era a mi,y ahora yo soy quien les teme a ellos.El guardia abrió mi celda y entré, luego de eso la cerró y por último me sonrió satisfactoriamente, como si fuera un triunfo.

Narra Alice

Estaba en casa llorando y revolcándome en mi cama, recién habian pasado tres días desde nuestra despedida y me sentía como en el mismo infierno, no quería ni imaginar por lo que Seth estaba pasando.No pude ayudarlo y por esto me sentía impotente.

Sonaron golpes en la puerta, me sequé la cara rápidamente y me incorporé quedando sentada en la cama.

Alice: ¡adelante!

La puerta se abrió y la cabeza de Marti se asomó por la abertura,le sonreí y le hice señas para que entrara.Ella me devolvió la sonrisa y entró cerrando la puerta tras de si;se sento a mi lado y soltó un suspiro triste mientras me sobaba la espalda.

Martina: no tengo idea de que decir, preguntarte como estas sería una estupidez y decirte que ya pasará sería muy tonto.

Esboze una sonrisa triste mientras obserbava mi estómago, de repente sentí movimiento ahí.Rápidamente agarré la mano de Marti y la coloqué sobre él.Ella me miró asombrada.

Martina: ¡oh por dios! Parece un pescadito.

Ambas nos reímos,ella quitó la mano de mi estómago y me acarició la cabeza para luego abrazarme.

Martina: Ay ali, saldrás adelante.Saldremos adelante, sabes que siempre puedes contar conmigo.Hemos superado todo hasta ahora, y lo seguiremos haciendo.

Asentí en su hombro, ella tenía razón.No sabía como pero yo y mi bebé saldremos adelante

Narra Seth

Era el tercer día y ya me habia peleado unas cuarenta veces, más que nada para defenderme.Estábamos todos los presos sentados en el comedor comiendo una especie de pudín verde con un vaso de agua, revolvía mi comida asqueado y sin hambre a la vez; en tres días habia perdido mucho peso porque comer no me interesaba en lo más mínimo.

-Si no comes, estarás débil.Y creéme que no te conviene estar débil aquí si es que quieres sobrevivir.

Miré al hombre al lado mío, que también era mi compañero de celda,tenía cuarenta años, llevaba quince en prisión y aún le faltaban otros quince.

Seth:No tengo hambre.

Me paré de la mesa y de inmediato un guardia se paró atrás de mi y me llevó hasta mi celda, subí a la litera donde dormía y me recosté con mis brazos atrás de mi cabeza,pasaron unos minutos y sentí que la celda se abría, luego se cerró y sentí movimiento en la cama de abajo.Todo estuvo en silencio durante un tiempo hasta que él habló.

-¿Sabes que lloras y hablas dormido en la noche?

Me sorprendí un poco pero no le respondí, al parecer mi yo revelde y violento estaba surgiendo ahora, a modo de defensa.

- Dices " lo siento, lo siento, lo siento mucho", "Espérame".

Tragué saliva un poco avergonzado, pero a la vez me sentí deprimido.

- Eres joven muchacho, debiste hacer una estupidez muy grande para tener que estar aquí por diez años.

Seth:¿cómo sabes eso?

- Esto es la cárcel niño, no hay nada que no se llegue a saber,también sé qué fue lo que hiciste.Antes dije eso para buscarte conversación y veo que funcionó

Otra vez me quedé callado.

-Esa chica,¿era importante para ti?

No contesté.

- Debió serlo, de otra forma no estarías lamentándote tanto.

Seth: Aún lo és.

- Te diré algo, viendo que lo lamentas tanto.El perdón en este mundo son solo palabras, si no pagas por tus errores en esta vida lo harás en la otra.Por eso crean estos lugares, el daño que le hicimos a otros debemos vivirlo nosotros el doble o incluso el triple, pero aún así no llega a ser tan grande como el dolor que le causamos a quien lastimamos.

Me iba sintiendo poco a poco más basura y pensaba en como hubiera sido si yo jamás hubiera tocado a Alice, ella estaría feliz con sus amigos y seguiría estudiando para ir a una buena universidad o simplemente seguiría su vida como a ella se le diera la gana.Siento el nudo en mi garganta cada vez mas grande y me acomodo boca abajo en la cama, hundiendo mi cara en la mini almohada.

-Pero aún con todo esto, hay personas tan inocentes e ingenuas que son capaces de perdonar a gente como nosotros.Mi esposa, por ejemplo, la maltraté por años cuando estaba borracho y ella me perdonaba una y otra vez, incluso cuando me metieron aquí,hasta el final ella dijo que me perdonaba y yo pensé que estaba bien.Pero luego de quince años aquí, me di cuenta que su perdón no era nada comparado con el dolor que ella sentía y es por eso que he logrado vivir en este infierno, porque sé que estando aquí de alguna forma puedo remendar un poco el daño que le hice, aguantando mi castigo por otra cosa aún peor que hice.Y sé que cuando salga de aquí lo primero que haré será buscarla y arrodillarme a rogar por su perdón absoluto hasta el día en que la herida ya no duela más.

Me sentía como un niño indefenso en este lugar,daba miedo despertar y no saber que te esperaba en el día.Pero más que todo eso,la tortura de no saber que pasaba con Alice allá afuera me mataba,el hombre tenia razón, este era mi castigo y si quería volver a ver a Alice sin culpa en mis ojos y decirle te amo a mi hija sin sentir un dolor en el pecho,debía acatarlo.

Embarazada por errorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora