Esperamos en silencio a que regrese el mesero, Henry se encuentra tranquilo admirando la zona del bar a su alrededor. Me siento incomoda y además de ello me encuentro agripada con mi nariz hinchada por el llanto. No debería estar aquí, hasta ahora razono ese punto; porque le he mostrado a Henry Lawrence que soy una persona muy fácil de convencer, y se supone que si todo esto es un juego no debería mostrarle a mi rival la mayor de mis debilidades.
Añadiéndole a eso que debo parecer una adolescente hormonada con mis mejillas sonrojadas.
— ¿Qué edad tiene? —pregunto, en un intento por distraerme de todo el gentío.
— ¿Disculpa?
—Su edad, ¿Cuántos años tiene?
Por primera vez desde que tomamos asiento en una mesa lejos de la entrada su mirada se encuentra con la mía, lo analizo: lleva puesta una camisa polo color vino, desde donde me encuentro puedo mirar su jean negro y botines de cuero, el cabello despeinado y huele muy varonil, casi puedo jurar que a crema de afeitar. Las luces de la discoteca se reflejan en su rostro, Henry se ve bien, muy bien para ser un simple mortal.
— ¿Es esto una entrevista? —bromea.
Me dejo caer sobre el respaldar del asiento, exasperada. Él hace un movimiento de manos, tranquilizándome.
—Veintiséis años, pero espero que, al levantarme mañana, esta información no divague por los periódicos.
—Lo he preguntado por simple curiosidad —le contesto— además, esta debería ser un poco de mi información-recompensa.
Henry ríe, y dos pequeños hoyuelos se forma a los lados de su boca.
—Claro, claro —responde.
Debo ocultar mi suspiro adulador ante su seductora sonrisa, porque esa sonrisa en él es como el pase al infierno; sus labios son finos, un poco carnosos y rosados, la combinación perfecta para caer, añadiéndole a ello la vibra tan atrayente que tiene, y ese rostro con facciones varoniles que enloquecerían a cualquiera.
Cuando llega el mesero, me obligo a apartar la mirada de Henry y posarla en mi bebida, ya que, si sigo en ello, al final de la noche acabaré gastándolo por completo.
—¿Y yo puedo saber cuál es su edad? Porque, para ser sincero, se ve muy joven, lo cual la coloca como la primera entrevistadora que no rebasa mi edad. ¿Es así o me equivoco?
No levanto la mirada de mi ginebra, pero, aun así, puedo sentir ese par de ojos oscuros encima mío.
—Veintitrés —le respondo.
Lo escucho silbar, por lo cual levanto la mirada. Y se puede decir que en el momento perfecto en que toma de su brandy y al despegar el vaso de sus labios los relame, causando estragos en mis pensamientos indebidos.
—¿Cómo ha conseguido su trabajo? —pregunta con notable interés. Su cuerpo que antes estaba apoyado por completo en el asiento, ahora se inclina sobre la mesa, más cerca de mí.
Es un poco difícil creer que un hombre tan atractivo como él me preste debida atención o que me invite a una bebida, aunque tan solo lo hiciera por disculparse.
—Conseguí trabajo con una amiga de mi mamá en la sede de Brooklyn —inicio— un año después de haberme graduado. Era ayudante de columnistas, hice investigaciones, escribí artículos y columnas que llamaron la atención de varias personas, por lo cual ascendí a columnista, hace poco fui traslada de sede hasta aquí, donde para ganarme mi ascenso me han impuesto un requisito: conseguir una entrevista de Henry Lawrence.
Tomo un poco de mi bebida, viendo como la sonrisa en el rostro del eludido crece aún más.
—Y aquí es donde entro yo —dice.
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Hasta el Final #1 ✅
RomanceHistoria #1 de la Biología "Secretos". Destiny Maher se cataloga a ella misma como alguien insegura y deseosa de aventuras. A sabiendas de esta mala combinación ha podido manejar su vida como adulta de una ¿buena manera? Es por ello que siendo una...