Capítulo 9.

249 21 4
                                    

N/a
En multimedia: Madison Pritt como Destiny Maher.

¡Son libres de imaginar a su manera!

____

Coloco la fotografía de mis padres sobre mi escritorio, y es así como doy por finalizada mi mudanza. Es un milagro que, por fin, todas las cajas en mi oficina hayan desaparecido por completo. Dejándome ver una linda alfombrilla que tapizaba el suelo, las vadosas que cubren la parta baja de la pared y unos cuantos azulejos con flores de colores. Suspiro aliviada, cayendo sobre mi silla y admirando con gran orgullo el lugar. Este es por fin, el inicio de mi vida como adulta.

—Como adulta —susurro para mí, saboreando esas palabras que me llegan a deleitar la victoria.

Aun con mi orgullo encima, llego a sentirme un poco exhausta; el desempacar, mover y llevar cajas es un trabajo arduo, y aunque el chico de la bodega me ayudó con las ultimas cosas por bajar al basurero, me siento exterminada. Así que cierro mis ojos y me permito descansar. Pero como sucede desde la noche de ayer, una sonrisa de ángel domina mis pensamientos, haciéndome sonreír inconsciente ante el recuerdo de sus labios sobre los míos.

—Destiny Maher, dime qué has hecho y el por qué sonríes como boba a la nada.

Abro mis ojos y miro hasta la puerta, la silueta hermosa de Lorraine me hace sonreír aún más, lo cual me incita a hacerla entrar.

—¿Cómo has estado, Lore?

Ella se sienta frente a mí, en una de las sillas cerca del escritorio.

—No me cambies de tema, cariño.

Ruedo mis ojos divertida.

No es que quiera esconderle a Lorraine que Henry me ha besado, después de todo ha sido por ella que he pasado la noche de ayer con él. Además, es mi amiga, y no hay algo que yo quiera esconderle. Aun así, me pone nerviosa el cómo vaya a reaccionar. Sé que se emocionaría, y me llenaría de ilusiones que, desde la ida de Henry, intento no crearme. Estoy consciente que algunas veces hay que permitirse uno que otro desliz, como él lo ha hecho.

—¡Anda, dime!

Se inclina hacia adelante cuando se lo pido, sonríe ansiosa, esperando mi respuesta.

—He culminado mi mudanza —le digo.

—¡Destiny!

Rio ante su reacción, sé que su vena de reportera ha de estar pidiendo información, y el que yo no se la dé, es algo que la puede hacer enloquecer.

—Dime, Des, ¿por qué esa sonrisa?

Doy un largo y sonoro suspiro adulador.

—Henry Lawrence me besó —confieso al fin.

Lorraine da un grito tan fuerte que debo tirarme sobre el escritorio para cubrirle la boca. Algunas de las personas que pasan frente a la oficina se detienen a mirar nuestro desastre, por lo cual les sonrío dejándoles claro que nada raro está sucediendo aquí. Cuando Lore deja de forcejear y me promete no gritar nuevamente, me alejo de ella, regresando a mi silla.

—¿Imposible de creer? —inquiero.

Lore realza su risa, causando que me sienta pequeña.

—Lo veía venir —contesta, seguido de una risita infantil— ¡Esto era lo que necesitabas, Des! Un hombre así de atractivo y cumplidor como él.

Si tuviese un vaso con agua, este sería el momento preciso en el que escupo todo por el guiño con doble sentido que me lanza mi amiga. Pero, como no es así, mi única alternativa es bajar la mirada y dejar que mis orejas y rostro enrojezcan.

Hasta el Final #1 ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora