¿Y si me arrepiento? ¿Y si dejo todo y me evito la mala pasada de su rechazo? Sería más fácil fingir que nunca estuve aquí, que nunca estuve tan cerca como para arrepentirme y dejarlo todo botado. Sería fácil, pero sé que para mí es imposible. Encontrar aquí ya es un reto, pero ir y dejarlo pasar lo es aún más.
Pienso tantas cosas cuando salgo del elevador que, para cuando estoy frente la puerta de su habitación, no pienso en más que salir huyendo, en correr y dejarlo todo así, de esta manera. Soy una cobarde, porque tengo las de ganar a mi favor, puedo hacerlo cambiar de opinión... o no.
¡Malditas inseguridades! ¡Maldita la hora en que decidí encerrarme en un caparazón lejos del mundo! Donde nadie me dañara. ¡Dios! Desearía tanto poder ser valiente y acabar con este nudo de contradicciones que me nubla. No sé si ceder. No sé si todo lo que me dice Lorraine es cierto.
Y no lo sabré hasta que toque esa puerta y me enfrente a la realidad.
Doy un largo suspiro, toco el timbre y me quedo a esperar. Muerdo mi labio inferior en señal de desesperación; restriego mis manos en mi rostro y cuento hasta diez. Si llego a cero y él no se digna a salir tendré que darme por vencida. Me iré. No puedo quedarme a darlo todo cuando se me acaban las oportunidades.
Voy en cinco cuando la puerta se abre y lo miro.
Entiendo ahora lo de "el mundo se detiene" porque justamente ahora, es como si todo a mi alrededor se tomara un respiro y me dejara mirarlo; recorrer sin disimulo su piel blanca, su cabello castaño y sus ojos color miel... sus labios, su cuerpo, todo de él. Es como si mi mundo colapsara a la hora de encajar con el suyo... porque, ¡Dios! Lo que lo he extrañado es poco para el sinfín de sentimientos que experimento al mirarlo.
—Henry...
Abre su boca para hablar, pero niego repetidas veces, interrumpiéndolo.
—Escúchame —le digo— por favor escúchame.
Estiro mis manos, intentando tocarlo, pero se aparta.
—No puedes estar aquí —contesta.
No entiendo qué sucede dentro de mí, pero de un pronto a otro todo es furia. Y pienso en mi cobardía, en los días en que todo parecía nublando para mí. Pienso en las veces que me rendí tan fácil para luego lamentarlo. Pienso en que, de hacerle caso, estaría dejándolo ir. Y no pienso, ni puedo permitirlo.
Niego.
—Basta de los no puedo, Henry.
Deseo tocarlo, abrazarlo ¡y por los cielos! Cuanto deseo besarlo.
—Destiny, por favor, por favor, vete.
Intenta alejarme de la puerta de su habitación, pero cuando sus manos sostienen mis hombros lo único a lo que puedo reaccionar es lanzarme a su pecho, aferrarme a él de su torso y abrazarlo.
—Por favor, escúchame —suplico.
Porque me he dado cuenta que tengo tantas cosas por decir.
—Destiny, vete —me sostiene de los hombros, cuando no me suelto suspira con fuerza, intentando contenerse— Destiny, por favor, ¡tan solo vete!
Se aleja de mi agarre y me siento perdida. Me mira dolido y entiendo con ello que he violado una de sus decisiones, que he elegido por sobre él este encuentro. Pero no me arrepiento, comienzo a entender que estoy preparada para esto; para dejarlo todo en el intento.
—Debemos hablar —murmuro. Me cubro el rostro, no quiero llorar— esto, Henry.
—Se acabó.
ESTÁS LEYENDO
Hasta el Final #1 ✅
RomanceHistoria #1 de la Biología "Secretos". Destiny Maher se cataloga a ella misma como alguien insegura y deseosa de aventuras. A sabiendas de esta mala combinación ha podido manejar su vida como adulta de una ¿buena manera? Es por ello que siendo una...