Retoco mi maquillaje frente al gran espejo del baño, hay unas chicas un poco menores a mí que ríen con desenfreno en medio de cuchicheos y chillidos agudos que se escuchan por sobre el bullicio de la música y el gentío. No quiero pensar que lo que sea que están ingiriendo son drogas y mucho menos el añadirle que puede, en un porcentaje muy alto, que ellas sean menores de edad. Por lo que las miro un instante a través del espejo y me apresuro en alisarme el ajustado vestido de encaje que llevo puesto y salgo de ahí.
El ambiente de la discoteca es arrasador, se puede sentir el retumbar de la música en el pecho, el calor de las personas y ni hablar de lo espeso que se encuentra el aire aquí dentro. La discoteca es gigantesca, hay luces neones que bailan por todas partes cegándome y un mar de personas moviéndose de un lago a otro sin permitirme pasar.
Desde que llegamos nos fue fácil sentir lo húmedo y caliente del lugar; el sentimiento asfixiante convertido en una necesidad desesperante por tomar aire y no poder hacerlo. Empujo a unas cuantas personas, me cubro el rostro con las manos por lo alto y busco a mis compañeros de trabajo por lo lejos.
Llego a mi mesa luego de chocar entre el gentío y forzar mi mirada en los sitios oscuros. Al llegar Lore y Madison celebran, debieron esperarme demasiado. Me he desaparecido al entrar, escapando de la mirada curiosa del chico de Internacionales.
—¿Todo bien? —cuestiona Austin por sobre la música, lo escucho poco, por lo que pido repetirlo y a la segunda vez consigo escuchar con claridad.
—Todo bien, tan solo que es un poco asfixiante —contesto de igual manera, con gritos y señas— me cuesta un poco respirar.
Austin me regala una sonrisa sincera y un apretón de hombros. Pienso en que, él sería un buen hombre para Lorraine. Es inteligente, estable y al parecer la quiere tal y como es. Lo cual no es de asombrarse, Lorraine logra que la amen todas las personas a su alrededor.
—Iremos por unos tragos, acompáñanos Austin —interpreto con claridad las intenciones de Lorraine, por eso, cuando Austin asiente gustoso siento mis nervios atascar mi garganta.
Lo que no quería está por suceder, quedaré a solas con Quentin. Y no es que eso sea algo malo, tan solo que, ya siento mis mejillas enrojecer, la tensión adueñarse de mis hombros y la garganta cerrárseme en un nudo. No quiero arruinarlo, no quiero arruinar lo que podría ser mi primera cita desde lo sucedido hace tiempo.
—Así que... eres Destiny —llama mi atención.
Me regreso a él, mi sonrisa tiembla un poco pero no lo nota. Parece sentirse tranquilo en este ambiente, con sus hombros relajados, la mirada puesta en mí y el vaso de vidrio suspendido en el aire muy cerca de su boca. Quentin es agradable, al menos eso percibo de él. Pero de una manera desgarradora, parece encajar bien, casi con intensidad. Es el tipo de persona a la cual le huyo, Quentin no es como Henry.
Sacudo mi cabeza. Claro que no es como Henry. Quentin es agradable, más de lo que cualquier otro hombre que yo haya visto. Eso es algo que agradezco a Lorraine. Además de ello, el hombre tiene una inteligencia digna de admirar; lo he notado con cada investigación que hace, por cada palabra que soltó en el transcurro de nuestro viaje hasta acá.
Tan solo espero, no haya algo desagradable en él.
—Esa soy yo —contesto, sintiéndome un poco más tranquila— y tú Quentin. Es curioso cómo me he leído cada uno de tus artículos y trabajando en el mismo lugar no hemos dado uno con el otro.
—Es un poco lamentable —dice— eres una chica muy bella, es triste no haberte conocido antes.
Me sonrojo, y debo agachar la mirada.

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Hasta el Final #1 ✅
RomanceHistoria #1 de la Biología "Secretos". Destiny Maher se cataloga a ella misma como alguien insegura y deseosa de aventuras. A sabiendas de esta mala combinación ha podido manejar su vida como adulta de una ¿buena manera? Es por ello que siendo una...