CAPÍTULO OCHO... [Recuerdos de infancia].Viajé al pasado sin poderlo evitar, recordé cuando tenía 10 años, cuando mi padre hizo que mamá hiciera aquello tan aberrante. Jayden era el retrato de nuestro padre, era igual a él.
—Mira hijo, así se trata a una mujer cuando es una perra. —Jayden asintió serio.
Yo las palabras no las entendía, no sabía a que se estaba refiriendo papá, él tenía a mami del cabello y yo estaba asustada acurrucada en el sofá. Mí hermanito me miró, yo al tener 10 años no era capaz de entender que pasaba, mamá lloraba y no hacía más que ponerme nerviosa, mi papá me daba la espalda y no podía ver muy bien lo que hacía. Jayden finalmente se me acercó, me acarició la cabeza y yo dejé escapar las lágrimas por escuchar la discusión de mis papás. Me tomó en brazos y yo escondí mi cabeza en su cuello.
—Ya, no llores, Lena, no pasa nada, es normal que los adultos discutan. —Levanté la cabeza y lo miré a sus ojitos, él me sonrió.
—¿De verdad? —le pregunté ladeando la cabeza para verlo mejor.
—Sí —respondió serio, como si estuviese molesto conmigo de repente, tragué saliva.
Jayden me cuidaba mucho, me protegía de todas las cosas de al rededor, pero la mayor parte del tiempo se la vivía riéndose de mí, mandándome y repitiendo que él era mi hermano mayor y yo debía obedecer. Jamás me ha pegado como lo hace papá con mamá. Y yo lo quiero mucho, porque siempre me protege de los golpes que intenta darme papá.
—¿Hacia dónde vas, Jayden? —mi hermanito se detuvo conmigo encima y lo sentí tensarse, pues yo sabía que le tenía miedo a nuestro papá, como mamá y yo a veces.
—Voy acostar a Helena, papá —no se giró, pero habló con miedo, como hablo yo al pensar en que un monstruo está en mi armario.
—Esa mocosa ya está grande, es hora de que aprenda que tú y yo somos quienes mandamos en esta casa. —Yo giré mi rostro y mi padre me sonrió dulcemente.
—Por favor, Mauricio, no hagas que nuestros hijos vean esto —mi mami lloraba y yo me sentía triste por escucharla así—. Haré lo que me pidas, amor, pero no hagas que la niña vea esto.
Escuché la risa de papá, los músculos fuertes de mi hermanito se pusieron más duros, tensos e intento de nuevo subir conmigo las escaleras.
—Deja a Helena en el sofá y acércate, hijo. —La adoración de mi papi era Jayden, lo amaba, mucho más que a mí, yo sentía que a mí no me quería.
Jayden suspiró y me llevó nuevamente al sofá, me quedé allí, sin saber qué hacer y con mis ojos nuevamente empapados nada más por escuchar a mamá llorar. No sabía lo que pasaba.
—No creo que sea adecuado que Lena vea lo que harás papá. —Vi a mi hermanito colocar una mano en el hombro de nuestro padre y decirle muy serio.
Papá se río, le dio un par de palmadas en el hombro a Jayden, quien me miró y torció la boca.
—Que miré que su madre es una zorra, que miré para que sirve una mujer —le dijo a mí hermano, él bajó la cabeza y asintió lentamente.
Papá me miró y me señaló con su dedo, me encogí en el sofá. Me dio la espalda y mamá se agachó poniéndose de rodillas, Jayden estaba a un lado, se le notaba incómodo, se alboroto el cabello y miró todo el lugar para al final mirar a mamá y apretar los dientes, molesto con ella, ella empezó a mover su cabeza, era lo único que lograba ver muy bien
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JAYDEN "Tu deber como mujer" ©
General FictionA Helena le han enseñado que siempre debe mantener la boca cerrada, que no debe discutir lo que piensa, que solo debe callar y obedecer. Que los hombres son un ser superior y que ella debe hacer lo que le piden; pero entre el miedo y sus ganas de se...