🥀 33. Comenzaremos una nueva vida 🥀

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Capítulo dedicado a EugeniaLopilato

CAPÍTULO TREINTA Y TRES... [Comenzaremos una nueva vida]

—Tampoco quiero que me vuelvas a poner una mano encima —sigo diciéndole mis condiciones. Jayden aprieta los puños y baja la cabeza, sé que lo está pensando—. Eso es lo único que te pido para irme contigo.

Aunque si quisiera me arrastraría sin problemas con él.
Está bastante alejado de mí, aún mantiene la cabeza gacha y cada vez aprieta más los puños, lo miro temiendo que en cualquier momento explote, las venas le brotan en los brazos porque cada vez los aprieta más, levanta la cabeza y su mirada hace que dé un paso atrás y trague saliva, Jayden es tan inestable que temo que me haga algo. Camina hasta mí y de la misma manera doy pasos atrás. Aunque me he dicho millones de veces que no debo demostrarle miedo, porqué es exactamente eso lo que hacía antes y él me usaba a su antojo, no puedo no hacerlo. Mi espalda toca la pared y las puntas de nuestros pies se rozan, sonríe y deja de apretar los puños, me arrepiento de haber actuado así, él va a creer que soy la misma Helena miedosa de antes. Estira una de sus manos hacia mi rostro y acaricia mi barbilla, vuelvo a pasar saliva y él lo nota.

—Va a ser difícil para mí —Mi respiración se ha vuelto muy pausada, y siempre he odiado que eso pase, pasa ahora sus nudillos por mi mejilla—. Pero cumpliré.

No puedo creer lo que escucho. No pensé que estaría de acuerdo con mis condiciones, pensé que me diría alguna de sus palabras trilladas: "Las condiciones las pongo yo", o cualquier cosa parecida. Suelta un suspiro y se aleja solo unos pasos, eso hace que mi respiración vuelva a regularse, mi corazón late apresurado.

—Pero... —levanto la vista apenas lo escucho, se mantiene serio—, las demás reglas siguen.

—No las voy a cumplir —levanto la voz, casi riendo por la rabia que me da escucharlo, niego con la cabeza.

—Nos iremos, te quedaras en esa casa todo el día y ya, Lena, no es tan difícil. —Todo se siente extraño, que tengamos está conversación para mí es surrealista—. Es por tu bien.

—No entiendo porqué te has metido en todo esto, que te hayas involucrado con narcos solo me deja claro que no te conozco nada —Aunque hubiese querido que sonara como un reproche, sueno triste. Solo se mantiene estático, al igual que yo.

—Recoge tus cosas, Lena, a la 1:00 a.m. Ian estará aquí y luego de eso nos iremos —Es lo último que dice y se da vuelta, yéndose de mi vista.

Suelto un suspiro conteniendo las ganas de llorar, no sé qué hacer, no me quiero ir, pero él me obligará sí o sí, y si me resisto solo empeorare todo para mí misma. Me siento y oculto mi rostro entre mis dedos, respirando con calma. Sea como sea intentaré largarme de su lado, sin Ian, sin nadie.

Escucho un auto estacionarse afuera y me levanto del sillón para asomarme por la ventana, son las cinco de la tarde y no creo que sea Ian. Veo un auto que no conozco y frunzo el entrecejo, ¿quién puede ser? No es hasta que la persona baja que mi extrañeza se va, mi corazón empieza a latir con rapidez por la alegría. Es mi tía Lorena, los hombres no le permiten pasar siquiera al jardín y veo como la requisan, ella como siempre mantiene una expresión imperturbable y fría. Camino a la puerta y tomo la manija, después de semanas es la primera vez que lo hago y mi mano tiembla y pica con la sola idea de salir. Abro la puerta y salgo, el aire me da en el rostro y nuevamente siento ganas de llorar, había olvidado lo que era sentir la brisa de la tarde, rápidamente los hombres me ponen los ojos encima.

—Vuelva a entrar, señorita —Uno de ellos ya está detrás de mí, sin tocarme,  su expresión es serena y me resulta extraño. Al no hacerle caso y acercarme más a mi tía él vuelve hablar—. Entre, no querrá que...

JAYDEN "Tu deber como mujer" ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora