Le dedico este capitulo a: Noemy031210 ¡Qué lo disfrutes!
CAPÍTULO TREINTA Y NUEVE... [¡Ya están muertos!].
Lo miro con terror. En su mirada puedo ver malicia, una malicia mayor a la que nunca antes he visto en nadie. Ni en mi ex maestra, ni en Jayden, que son los que mayor maldad han aportado a mi vida. Esta es distinta. Siento que en cualquier momento se me va ha tirar encima.
Estoy congelada y odio no poder moverme. La mujer que me trajo el dulce baja la cabeza avergonzada y se va. No puedo creerlo, ella sabía.
Pienso en Ian y Jayden ¿Dónde están? ¿Por qué le permitieron entrar aquí? ¿Les hizo algo? Sí, les hizo algo porqué ellos nunca dejarían que él entrara.
—Lárguese de aquí —pese a todo, mi voz es muy firme, aprieto mis puños.
El hombre solo sonríe, mirándome extraño, yo estoy a la defensiva, buscando la manera de salir por la puerta que está justo detrás de él. Toma la tarta y el tenedor con la otra mano, acercándose a mí.
—No me rechazaras este dulce también, ¿verdad, printsessa? —trago saliva, toma un pedazo con el tenedor y lo acerca a mis labios.
—¡Salga de aquí! —grito y aparto su mano de mi rostro con brusquedad.
Dante se ríe, poniendo encima de la cama el plato y encogiendo sus hombros. Nuevamente se acerca a mí.
Con sonrisa terrorífica, de oreja a oreja, se peina el cabello con los dedos y yo siento que es un loco.Mete una mano en su bolsillo y doy otro paso atrás, mirando sus movimientos con miedo. Saca una bolsita pequeña, y de manera casi tétrica vuelve sus ojos a mí, mi pecho sube y baja, chupa su dedo y lo mete allí en la pequeña bolsita transparente, para luego sacar su dedo lleno de aquel polvo y chuparlo. Odio lo que está haciendo, si algo aprendí por Jayden, es que perderá más el control, y yo no podré hacer nada. Gruesas lágrimas resbalan de mis ojos y no dejo de mirarlo. Vuelve a meter su dedo húmedo por su saliva y lo saca otra vez lleno de aquel polvo.
Entonces se acerca a mí caminando apresurado, sonríe de oreja a oreja, mostrando casi todos sus dientes, y cuando quiero dar otro paso me estrello con la pared y dejo de respirar.
—No vas a rechazarme esto, eso sería un desperdicio. Solo es un poco —estoy paralizada mientras lo escucho decir.
Entonces pasa rápido, aprieta mis mejillas con su otra mano y hago un puchero, en el que aprovecha y mete su dedo en mi boca, la bilis me sube a la garganta, pero no vomito, y quiero hacerlo. Sus ojos se engrandecen, sus pupilas se oscurecen y soy capaz de escuchar su corazón. Me suelta y yo escupo para sacar la sustancia de mi lengua, pero rápido se deshizo en mi boca.
Siento de pronto levitar, y eso me hace llorar, no quiero sentirme así, mi corazón se acelera y mi temperatura también, siento que debería estar feliz, un sentimiento de euforia se apodera de mi mente y cuerpo pero aún soy consciente de que lo que está pasando no es bueno para mí. Me aterro de tal forma que empiezo a gritar para que me escuchen los chicos. La droga no me hace efecto, quizá si pude escupirla.
—Disfrutaras más, принцесса (princesa) —dice él, llamándome de esa forma que tanto detesto—. Sentirás el infierno en nuestros cuerpos.
Mis sentidos de alerta van en aumento, me siento enérgica, y siento que seré capaz de golpearlo. También pienso y me hago a la idea de no dejar actuar el químico o lo que sea que me haya dado, pero sé que es imposible. Y no quiero.
Cuando está por tocarme nuevamente se escuchan disparos abajo y me lleno de miedo, abriendo los ojos tanto como puedo, asustada. Tengo miedo de que les pase algo a los chicos. Por eso razón paso por su lado ante su distracción también, pero al llegar a la puerta me toma de los hombros y jala hasta él. Miro a sus ojos, y lo veo sonreír.
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JAYDEN "Tu deber como mujer" ©
Ficção GeralA Helena le han enseñado que siempre debe mantener la boca cerrada, que no debe discutir lo que piensa, que solo debe callar y obedecer. Que los hombres son un ser superior y que ella debe hacer lo que le piden; pero entre el miedo y sus ganas de se...