🥀 38. Printsessa 🥀

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Capítulo especialmente dedicado a: Persefone013


CAPÍTULO TREINTA Y OCHO...[Printsessa].


La puerta es abierta en absoluto silencio, solo escucho la respiración pesada de alguien. Yo mantengo la vista al frente, con una taza de café en las manos, que lejos de hacerme dormir nuevamente sé que me va ha tener despierta el resto de la madrugada, pues son las tres de la mañana y ya no puedo dormir más, por lo cual decidí bajar y merodear la casa. No hay nada en lo que pueda comunicarme y la ansiedad producida por lo que está ocurriendo está empezando a invadirme.

—Si me vas a tener aquí encerrada al menos dame un móvil, Jayden. —No hace falta que lo mire porque ya sé que son él e Ian quienes llegaron.

Pero no responde, ninguno de los dos los hace, y me parece raro, así que volteo a mirarlos y me estrello con el rostro neutro y serio de Ian, tiene salpicaduras de sangre en la camisa y parte de su cuello. Me levanto asustada y camino casi corriendo hasta él.

—¿Qué te pasó, Ian? —le pregunto preocupada, pero él no responde nada, esquivando mi mirada—. ¿Estás bien?

Tomo su rostro entre mis manos buscando una posible herida con preocupación, pero no veo ninguna, veo sus ojos llenarse de lágrimas pero no quita esa expresión neutral.

—¡¿Qué hiciste Jayden?! —volteo a mirar a Jayden, que está paralizado, mirándome con absoluta confusión.

Pero no puedo pensar otra cosa más que Jayden tuvo que ver, por supuesto, ¿cómo no voy a pensar eso?

—Ya veo que se han vuelto muy buenos amigos —es lo que dice, apretando los dientes. Se que le ha dado rabia que actué así.

—¡No seas idiota! ¿Qué le pasó a Ian? —vuelvo a buscar la mirada café de Ian, él parece estar en shock.

—¿Ves qué tiene una maldita herida? —dice de la misma forma Jayden, enojado.

Tomo nuevamente el rostro de Ian entre mis manos, lo reviso bien, incluso tengo ganas de levantar su camisa y ver si no tiene ninguna herida en el pecho o torso, pero me contengo, mirando sus brazos. Ian está ido y me llena de preocupación.

—¿Ian? Mírame —pido, y él pone sus ojos encima de los míos, al menos sé que está escuchando—. ¿Te sientes bien? ¿No te duele nada?

—Estoy bien —hace un intento de sonrisa y quita mis manos de sus brazos con suavidad.

De pronto me siento demasiado avergonzada por como reaccioné. Bajo la mirada sintiendo mis mejillas arder y me separo de ambos. Siento la mirada pesada de Jayden encima.

¿Por qué actué así?

—Voy a... a tomar un baño —dice Ian, sus ojos están perdidos y me duele verlo así.

Está demasiado afectado y jamás lo había visto así antes. Me hago a un lado para que pase a su habitación, y se va.

Suelto un suspiro sentándome en el sillón y agarrando mi cabeza entre mis manos. Jayden aunque vino molesto, está campante, y su amigo tiene una expresión de horror en su rostro que jamás había visto, tan neutral. Ian es un hombre expresivo.
Jayden se ríe y se sienta frente a mí, toma mis manos y las quita de mi cabeza. Levanto la vista y lo miro con enojo.

—¿Qué le hiciste? —Sigo creyendo que tuvo algo que ver, y me asusta pensar qué pasó.

No le quito los ojos de encima, pensando que si me miente lo sabré.
Pero no es así. Jayden es un perfecto mentiroso y manipulador.

JAYDEN "Tu deber como mujer" ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora