Quiero dedicarle este capítulo con mucho amorcito a una de las chicas que más "odia" a Jayden Wiccan57 ❤
CAPÍTULO VEINTIOCHO... [¿Empezar de cero?].
¿Qué debía hacer ahora?
Era simplemente una chica que nunca había sabido ni hecho un intento de defenderse. Escaparme, eso era lo que tenía que hacer, hablar con mi tía, con la psicóloga del instituto, con un adulto... denunciarlo. No sabía qué hacer y lo más probable era que Jayden no me dejara salir más. ¿Él lo supo todo este tiempo? Claro, él lo sabía, la laptop estaba en sus manos, ¿por qué nunca me lo dijo? Con el video que dejó mamá solo sabía dos cosas en concreto, primero: Jayden y yo no éramos ni siquiera medio hermanos. Segundo: mi... padre había causado todo este desastre. Ni siquiera sabía si debía llamarlo así, de la misma forma en la que dejé de querer a Jayden, lo dejé de querer a él; porque él pudrió la cabeza de un buen chico y estuvo a punto de pudrírmela a mí, lo peor, Dios mío, lo peor fue que él me había arrebatado a mi madre, había causado que Jayden entrara en depresión.
Mamá... ella no sabía quién era, había dejado que mi padre nos metiera a la cabeza todo tipo de ideas erróneas, dijo que nos quería y no lo dudaba, pero por qué no hizo algo, por qué permitió que todo esto pasara, por qué no lo denuncio, por qué subió a ese avión. Me siento completamente hipócrita, porque yo sé la razón, o creo saberla, después de todo yo estaba pasando por algo parecido. El por qué: miedo. El miedo nos puede llegar a consumir, el miedo nos paraliza, yo lo sé.
Ni siquiera me molesté en guardar la laptop nuevamente, la dejé a mis pies en la cama, me senté pegando mi espalda al respaldar y las piernas envueltas con las manos, mirando al frente, a la nada, pensando.
Estaba desesperada por no saber qué hacer.
La puerta se abrió, ver por primera vez a Jayden llegar sin tener indicios de estar ebrio o drogado me hizo sentirme menos angustiada. No lo vi como siempre: como mi hermano. Claro, nos habíamos criado juntos, para mí sería mi hermano siempre, en otras circunstancias. Ahora, era un desconocido, no era simplemente por lo que vi en esa laptop, era porque había abierto los ojos al fin, Jayden era malo.
Sus ojos verdes me miraron preocupados, mi nariz palpitaba dolorosa y mis ojos pesaban. Lo miré sin expresión, él entró por completo a la habitación, notó lo que tenía a mis pies y pude sentirlo asustarse. Sí, él lo sabía. Intentó parecer normal, pero ya era tarde, vi como pasaba saliva.
—¿De verdad? —pronuncié, mi voz se escuchó apagada y sin vida. Él estaba estático, no movía un músculo ni mostraba indicios de hablar—. ¿Todo este tiempo... lo supiste, Jayden?
No estaba en sus planes responderme, lo noté. Respiré por la boca profundamente, él seguía inmóvil. Hasta ese momento noté entre sus manos un paquete de dulces, los que nunca me daba, negué con la cabeza y sonreí con dolor. Claro, Jayden pensaba manipularme de nuevo, comprarme con dulces, hacerme creer que se arrepentía para a los días volver hacerme daño. Tomé la laptop en mis manos y se la lancé a los pies con rabia, cayó a sus pies, el golpe fue ensordecedor, Jayden dio un paso atrás antes de que lo golpeara.
—No somos hermanos y ni siquiera me quisiste como a una hermana —tenía ganas de gritarle, pero no lo hice, estaba afectada—. ¿Por qué no me lo dijiste?
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JAYDEN "Tu deber como mujer" ©
Ficção GeralA Helena le han enseñado que siempre debe mantener la boca cerrada, que no debe discutir lo que piensa, que solo debe callar y obedecer. Que los hombres son un ser superior y que ella debe hacer lo que le piden; pero entre el miedo y sus ganas de se...